El impacto negativo de la vuelta al trabajo en el cambio climático, tras la pandemia
Uno de los puntos más álgidos es la utilización del transporte, que es responsable del 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta.
El impacto de las políticas de vuelta al trabajo en el marco de una crisis climática sin precedentes, es una cuestión importante a analizar, sobre todo, teniendo en cuenta que los científicos predicen que 2023 será el año más caluroso jamás registrado.
En este sentido, el transporte es responsable de cerca del 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta, y los coches, camiones y autobuses aportan una cantidad desorbitada.
Si bien el trabajo presencial puede tener ciertos impactos en el cambio climático, la relación entre ambos es compleja y depende de varios factores.
Por este motivo, es importante señalar que el impacto de la pandemia del COVID-19 en los patrones de trabajo y movilidad también ha influido en esta dinámica.
//Mirá también: Para el 42% de las empresas argentinas el bienestar de los empleados «es importante»
Impactos negativos anteriores a la pandemia
1. Transporte: el desplazamiento diario al trabajo de millones de personas en automóviles y transporte público puede contribuir significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. El tráfico vehicular y la congestión aumentan la huella de carbono de la movilidad urbana.
2. Consumo Energético en Oficinas: el funcionamiento de edificios de oficinas, incluyendo la iluminación, la climatización y el uso de equipos electrónicos, puede requerir una cantidad considerable de energía, en gran parte proveniente de fuentes no renovables.
3. Residuos: los lugares de trabajo generan residuos, como papel, plásticos y desechos electrónicos, que contribuyen a la contaminación ambiental.
Impactos tras la pandemia
1. Teletrabajo: la pandemia del COVID-19 ha llevado a un aumento significativo en el teletrabajo y en la adopción de tecnologías de comunicación digital. Aunque esto ha reducido la necesidad de viajar al lugar de trabajo, también ha aumentado el consumo de energía en hogares debido a la mayor utilización de dispositivos electrónicos y acondicionamiento de espacios.
2. Cambios en la Movilidad: la disminución del tráfico vehicular debido al teletrabajo ha llevado a una reducción temporal en la contaminación del aire en algunas áreas urbanas. Sin embargo, los patrones de movilidad pueden cambiar nuevamente a medida que las restricciones se relajen.
3. Uso de Tecnología: la dependencia de herramientas tecnológicas para el trabajo remoto puede aumentar la demanda de servidores y centros de datos, lo que a su vez requiere energía para su funcionamiento y enfriamiento.
4. Cambios en la Infraestructura: la adopción permanente del teletrabajo podría influir en la demanda de espacio de oficinas y, por ende, en la construcción y el uso de edificios.
En resumen, el trabajo presencial puede tener impactos negativos en el cambio climático debido a la movilidad y al consumo de recursos en las oficinas. Sin embargo, el auge del teletrabajo durante la pandemia ha presentado tanto oportunidades como desafíos.
La combinación de enfoques, como el trabajo remoto parcial y la mejora de la eficiencia energética en edificios, podría ser una manera de reducir los impactos negativos en el cambio climático mientras se mantienen los beneficios del trabajo presencial en términos de colaboración y cultura organizacional.