El Gobierno lanza un plan para transformar a los cartoneros en recuperadores ambientales
Se otorgarán subsidios y créditos para “profesionalizar” y blanquear a los recuperadores urbanos. Se busca así avanzar hacia una co-gestión de residuos más eficaz y sostenible en términos ambientales, sociales y económicos.
El manejo de los residuos sólidos urbanos (RSU) es un problema ambiental de alcance mundial que, obviamente, afecta también a la Argentina.
Para los expertos en sustentabilidad, las estructuras económicas de los países, caracterizadas por acelerados esquemas de consumo y desarrollo de productos en tiempo récord, generan un costo ambiental muy alto para la sociedad y la naturaleza que está llegando al límite de su capacidad para absorber los desechos resultantes de este esquema productivo.
Ya no alcanzan los sistemas urbanos de recolección que, por ejemplo, en el ámbito del AMBA, operan en cinco zonas y recolectan 17 millones de kilos diarios de basura que desechan los 16 millones de personas que viven o trabajan en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires (GBA).
A partir de esta foto, de la que también participan 2.500 camiones de recolección diarios, uno pegado detrás del otro, desde una punta de la avenida General Paz a la otra, y de la magnitud de volumen y movimiento permanente que tienen los residuos en esta zona nació un actor inesperado durante los últimos años.
Se trata del Recuperador Urbano (RU), una raza compuesta por cartoneros; recicladores; catadores; hurgadores; waste-pickers y gancheros. Sin embargo y a pesar de que encuentran en el reciclado de basura un medio de subsistencia, no son reconocidos como trabajadores y su actividad está expuesta a un alto riesgo fundamentalmente por falta de condiciones mínimas de seguridad e higiene.
Además, ser un recuperador urbano implica jornadas de trabajo de muchas horas transportando un peso que puede oscilar entre los 100 y 400 kilos de material, recorriendo y recuperando puerta por puerta de comercios, domicilios particulares, edificios y oficinas, con un aporte permanente a la promoción de la separación en origen a través de la concientización.
Desde el Gobierno entienden que estos trabajadores integran y cumplen, sin contraprestación alguna, un servicio de cuidado ambiental fundamental para toda la sociedad.
Pero también generan la convivencia de dos sistemas paralelos, llamados “formal” e “informal” así como una falta de coordinación con una mirada integral del problema ambiental vinculado a la basura, socavando las posibilidades de llevar adelante el fortalecimiento de un sistema de gestión integral de residuos sólidos urbanos.
De acuerdo a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social frena también la búsqueda de un sistema de inclusión que permita avanzar hacia una co-gestión de residuos más eficaz y sostenible en términos ambientales, sociales y económicos, que incluya de manera real a los grupos de trabajo conformados por los recuperadores urbanos de cada una de las localidades del país que ya son miles tal como se evidencia en datos publicados por el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (RENATEP – RESOL-2020-408-APN-MDS).
Según el trabajo, en mayo ya existen 75.512 personas inscriptas bajo las actividades de recuperación, reciclado y servicios ambientales, número que representa el 3,9% del total de los inscriptos hasta el momento.
En relación a la distribución territorial por provincias, el 47% reside en la provincia de Buenos Aires. Le siguen, aunque en forma minoritaria, quienes se encuentran radicados en Chaco con un 6,7%; Santa Fe (5,4%) y Tucumán (4,8%).
En cuanto al nivel educativo se observa que el 70,8% no posee los estudios obligatorios completos, 10 puntos por encima de la media de los trabajadores registrados en las demás actividades del RENATEP.
Teniendo en cuenta estos datos, desde el ministerio que dirige Daniel Arroyo suponen que existe una mayor proporción de trabajadores que se enmarcan en estas actividades y que aún no forman parte del registro. Asimismo, evidencian que el conjunto de recuperadores urbanos realiza su tarea diariamente sin derecho a una remuneración, sin posibilidad de acceso a una obra social o servicios de salud, ni seguro contra accidentes y sin las condiciones mínimas de seguridad e higiene.
“Ciruja” o reciclador
A partir de esta investigación oficial, se divide a quienes participan de esta actividad en tres grupos:
Recuperadores urbanos: recorren las calles de las ciudades todos los días recuperando puerta por puerta en jornadas de muchas horas a la intemperie, sometidos a la estigmatización y discriminación de gran parte de la sociedad asociadas a la figura de “cirujeo”.
Plantas sociales: es el sector más pequeño, pero con mayor visibilidad. Está generado a partir de la inversión del Estado en infraestructura para la clasificación de residuos. En algunos casos esto implicó un reconocimiento aislado de pequeños grupos de recuperadores que formaron cooperativas autónomas. En la mayoría de los casos, las plantas funcionaron durante poco tiempo o no funcionaron y en la actualidad muchas han quedado abandonadas.
Recicladores de basurales: realizan su tarea en las peores condiciones. Se encuentran directamente en los sitios de disposición final ubicados en las afueras de las ciudades. Trabajan entre descargas de camiones y montañas de basura completamente invisibilizados y desprotegidos.
“En todas las instancias y realidades la falta de herramientas y elementos de protección personal que disminuyan el riesgo de contracción de enfermedades y contribuyan al cuidado de la salud de cada uno de los recuperadores urbanos, recrudece el nivel de criticidad de la tarea desarrollada”, destaca un trabajo publicado por el Ministerio de Desarrollo Social en el cual se asegura que, en relación a la comercialización de los materiales, los recuperadores urbanos venden diariamente lo que recolectan a intermediarios por precios muy bajos en comparación con la industria recicladora.
En este mercado, donde los compradores ofician de formadores de precio, la posibilidad de venta directa a la industria implica necesariamente ofrecer productos de mayor valor agregado (enfardados) y transformar el esquema de pagos diarios hacia otros con plazos más extensos que involucran tiempo para el acondicionamiento y transporte de los materiales, como así también para procesos administrativos, que ante la falta de maquinaria, insumos y herramientas que permitan fortalecer el proceso de comercialización.
En el informe se advierte que si bien los recuperadores urbanos históricamente recolectaron materiales con valor de compra, existen otros residuos con los que se encuentran diariamente que no son tratados, por desconocimiento o por tratarse de nuevos hallazgos, y culminan siendo enterrados.
Por eso, las autoridades impulsan la implementación de líneas productivas, con promoción de reciclado de estos materiales; el desarrollo de proyectos piloto para el tratamiento de nuevas corrientes de residuos y de proyectos productivos que agreguen valor a los materiales reciclados vinculados sobre todo al tratamiento de plásticos, uno de los residuos de mayor crecimiento en los últimos años.
“Esta política permitiría generar nuevas fuentes de ingresos como así también nuevos oficios”, detalla el documento en el cual también se anuncia la creación del Programa Nacional de Recuperación, Reciclado y Servicios Ambientales “Argentina Recicla”.
El Programa implementará acciones para facilitar el desarrollo de proyectos de recuperación, reciclado y servicios ambientales, a través de subsidios no reintegrables para la ejecución de acciones que garanticen y promuevan la implementación, desarrollo y fortalecimiento de estas iniciativas.
Se pretende además lograr la formalización de los recuperadores urbanos quienes serán inscriptos en el Registro Nacional de la Economía Popular (RENATREP) como monotributistas sociales a los fines de posibilitar su acceso al Sistema nacional de seguro de salud.
El programa será puesto en marcha por la Dirección Nacional de Economía Popular con el objetivo de promover la inclusión social y laboral de aquellos trabajadores no reconocidos que realizan tareas de recolección y recuperación de residuos sólidos urbanos, lo cual redunda en la provisión de un servicio ambiental fundamental.
Según sus lineamientos, que fueron publicados en el Boletín Oficial de este martes, el programa impulsa la realización de acciones de promoción de derechos garantizando condiciones mínimas de seguridad en el trabajo, generando infraestructura y brindando equipamiento para fortalecer espacios institucionales y comunitarios que potencien las capacidades de recuperación, procesamiento y comercialización de materiales reciclables.
También intenta “promover sistemas integrados de gestión de residuos sólidos urbanos, desde una perspectiva de inclusión social y con la participación de distintos actores sociales e institucionales a nivel local”.
Otra de las búsquedas del programa se vincula con la necesidad de mejorar las condiciones laborales y productivas de los cartoneros, recolectores y recicladores promoviendo la recuperación, el reciclado y la disminución del enterramiento de residuos sólidos urbanos.
Se intentara además potenciar la capacidad de recuperación y procesamiento de materiales reciclables fortaleciendo el trabajo de estas personas a través de infraestructura, maquinaria y herramientas; de ampliar los circuitos de comercialización y de impulsar proyectos para el tratamiento de nuevas corrientes de residuos.
En los fundamentos del programa se explica que la iniciativa implica el desarrollo de una política pública integrada para todo el sector en base a los siguientes objetivos específicos:
- Fortalecer entidades y organizaciones de recuperadores urbanos para el mejoramiento de las condiciones mínimas de higiene y seguridad en el trabajo.
- Fortalecer el trabajo de los recuperadores urbanos en todas sus etapas.
- Fomentar acciones de promoción ambiental en base a los servicios de recolección y reciclado.
- Fomentar la recolección diferenciada puerta a puerta y en grandes generadores de RSU.
- Robustecer los circuitos de comercialización de los materiales reciclables recolectados para mejorar su competitividad en relación a precios de venta, brindar autonomía y por consiguiente mejorar sus ingresos y calidad de vida.
- Fortalecer proyectos y emprendimientos productivos para el tratamiento de corrientes específicas de residuos para agregar valor a los materiales recolectados, incluyendo el tratamiento de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, compost, plásticos de baja y alta densidad.
- Instar a los municipios a llevar adelante la implementación de normativa acorde que permita fortalecer los sistemas integrados de gestión de residuos sólidos urbanos, desde una perspectiva de inclusión social.
Políticas de apoyo
Todos estos objetivos y premisas se complementan con otras acciones que también llevará adelante Desarrollo Social para, entre otras cosas, financiar proyectos que suministren herramientas de trabajo y acciones orientadas al mejoramiento de las condiciones mínimas de seguridad e higiene en el trabajo de todos los recuperadores.
Habrá también políticas de apoyo a la implementación de estos sistemas articuladas con autoridades municipales para el diseño y puesta en marcha de un sistema de gestión integral de residuos sólidos urbanos con inclusión social que mejore la producción diaria contemplando la promoción ambiental, la recolección diferenciada puerta a puerta, el transporte, tratamiento y clasificación de residuos en los Centros Regionales de Reciclado, con participación de los recuperadores en cada una de estas instancias.
Este esquema se complementará con el fortalecimiento de las redes de comercialización de residuos recuperados, lo cual está ligado a dos prestaciones básicas y esenciales: la logística y el financiamiento para mejorar la oferta y brindar autonomía en la selección de clientes.
En este sentido, el programa prevé brindar créditos para obtener asistencia técnica que permita resolver problemas logísticos y contables, así como la adquisición de equipamiento para robustecer Centros Regionales de Reciclado.
Se reservan también fondos para la provisión de infraestructura y equipamiento específico para el tratamiento de corrientes de reciclado especiales tales como residuos electrónicos, neumáticos, poda, polietilenos de baja y alta densidad, entre otros, que incluyan el agregado de valor.
“Para promover el reciclado de estos residuos, se buscará generar proyectos y emprendimientos productivos que permitan nuevas fuentes de ingreso y nuevos oficios vinculados a la actividad de reciclado”, añade el proyecto oficial.
En cuanto a la elegibilidad de los proyectos se tomará en cuenta la relación entre cantidad de destinatarios alcanzados, mejora en los ingresos, creación de puestos de trabajo, desarrollo de sectores productivos y mejorar las oportunidades de poblaciones vulnerables.
En este sentido, se priorizarán planes que tengan un mayor alcance en términos de cantidad de beneficiarios incluidos, pero también se tendrá en cuenta la idoneidad o trayectoria de la titular de derecho o de los destinatarios de la implementación del proyecto.