El derretimiento de la Antártida permite estudiar estructuras ocultas desde hace 500 millones de años
La estructura fue detectada por primera vez en 1958 gracias a estudios sísmicos. Todos los detalles de la investigación.
Una investigación geológica reciente reveló la existencia de una antigua cadena montañosa sepultada bajo el hielo del este de la Antártida, formada hace más de 500 millones de años y conservada en un estado sorprendentemente intacto. Este descubrimiento aporta nueva información sobre la estabilidad del continente antártico y el origen del supercontinente Gondwana, según explicaron los geólogos Jacqueline Halpin y Nathan R. Daczko en The Conversation.
El derretimiento de la Antártida permite estudiar estructuras ocultas
Se trata de las montañas subglaciales Gamburtsev, identificadas por primera vez en 1958 a través de estudios sísmicos. A diferencia de otras cordilleras, no son visibles desde la superficie, ya que están enterradas bajo varios kilómetros de hielo en una región sin actividad tectónica reciente.
El nuevo estudio, publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters, detalla que estas montañas alcanzaron altitudes similares a las del Himalaya hace unos 580 millones de años, antes de experimentar un colapso parcial. Lo que se conserva hoy es una raíz cortical profunda, producto de un proceso geológico conocido como extensión gravitacional.
El papel de Gondwana en su formación
El equipo científico señala que estas montañas se formaron como consecuencia del choque entre antiguos bloques continentales durante la creación de Gondwana. Esta colisión originó una acumulación de material caliente en las capas internas de la corteza terrestre, lo que provocó deformaciones y elevaciones en la superficie que posteriormente cedieron por su propio peso.
Gran parte de lo que hoy se sabe sobre esta antigua cordillera se debe al análisis de zircones encontrados en sedimentos fluviales cercanos a las montañas Príncipe Carlos. Estos pequeños cristales actúan como relojes geológicos naturales, ya que permiten fechar con gran precisión los procesos que formaron la corteza terrestre, gracias a la desintegración del uranio que contienen.
La notable estabilidad geológica del interior de la Antártida se explica, en parte, por la presencia de esta raíz estructural profunda, que permaneció prácticamente intacta durante cientos de millones de años. Al estar sepultada bajo una gruesa capa de hielo, la cordillera quedó protegida de la erosión, lo que la convierte en una de las formaciones más antiguas y mejor conservadas del planeta.
Nuevas pistas sobre la evolución geológica de la Antártida oriental
Además de los análisis mineralógicos, las recientes campañas de trabajo de campo en el glaciar Denman aportaron muestras de roca que podrían estar vinculadas a la cordillera subglacial enterrada. El estudio de estos materiales permitirá reconstruir con mayor precisión la historia geológica del este antártico.
De acuerdo con el modelo geodinámico desarrollado por los investigadores, la formación de esta estructura pasó por varias etapas: una fase inicial de crecimiento, seguida por un período de fusión y deformación interna, y finalmente una fase de estabilización estructural. Este proceso arroja nuevas claves sobre cómo se originan y preservan las cordilleras en contextos tectónicos antiguos, incluso en regiones actualmente inactivas como la Antártida.