El calentamiento global agrava la apnea del sueño y podría duplicar su impacto hacia 2100
La investigación estima que, sin acciones concretas contra el cambio climático, las consecuencias sanitarias y económicas serán tremendas.
La apnea del sueño es un trastorno respiratorio frecuente que interrumpe la respiración de forma repetida durante el descanso nocturno. Estas pausas, que pueden durar desde unos segundos hasta más de un minuto, suelen ir acompañadas de ronquidos, despertares repentinos y sensación de fatiga al despertar.
El tipo más común es la apnea obstructiva del sueño (AOS), provocada por el colapso o bloqueo de las vías respiratorias superiores. Más allá de alterar el descanso, este trastorno está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2 y deterioro cognitivo.
El calentamiento global agrava la apnea del sueño
Ahora, un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Flinders y publicado en Nature Communications, advierte que la crisis climática podría agravar significativamente este cuadro. Según el autor principal, Bastien Lechat, sin una acción política urgente para frenar el calentamiento global, la carga social de la AOS podría duplicarse para el año 2100, impulsada por el aumento sostenido de las temperaturas.
La investigación analizó datos de más de 116.000 personas en todo el mundo durante 3,5 años, utilizando sensores colocados debajo del colchón para monitorear la calidad del sueño y la gravedad de la apnea. Estos registros se cruzaron con información de temperatura ambiental recogida a lo largo de 24 horas mediante modelos climáticos.
El hallazgo principal es contundente: las noches más cálidas están asociadas con un aumento del 45% en la probabilidad de sufrir apnea obstructiva del sueño. En 2023, ese aumento en la prevalencia provocó la pérdida estimada de 800.000 años de vida saludable en 29 países, un impacto comparable al de enfermedades como el Parkinson, el trastorno bipolar o las patologías renales crónicas.
La apnea del sueño en las personas podría duplicar su impacto hacia 2100
En términos económicos, el costo global asociado a este deterioro de la salud fue estimado en 98.000 millones de dólares. De ese total, 68.000 millones se atribuyen a la pérdida de bienestar y 30.000 millones a la caída de la productividad laboral.
Sin embargo, el profesor Danny Eckert, también autor del estudio, advirtió que los resultados podrían incluso estar subestimando el impacto real. Esto se debe a que los datos provienen mayormente de países con niveles socioeconómicos altos, donde muchas personas cuentan con condiciones de sueño más favorables, como acceso a aire acondicionado.
En este escenario, la apnea del sueño emerge no solo como una preocupación médica, sino también como una consecuencia indirecta -pero no menor- del cambio climático.