El 80% de los conductores argentinos están dispuestos a evitar el uso del auto: ¿por qué?
La situación medioambiental y climática demanda con urgencia nuevas ideas, motivo por el cual la tecnología relacionada con el transporte está en auge.
Según los datos confirmados por el Índice Kapsch TrafficCom 2020, el 81% de los conductores argentinos estaría dispuesto a no circular en su propio auto a determinadas horas del día para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en la ciudad.
Como alternativas de transporte, el 80% se muestra a favor de iniciativas como los carriles VAO (vehículos de alta ocupación), el 92% del uso de autos eléctricos mientras que el 85% está a favor de compartir bicicletas.
La situación medioambiental y climática demanda con urgencia nuevas ideas, motivo por el cual la tecnología relacionada con el transporte desempeñará un papel fundamental proporcionando soluciones innovadoras y sostenibles para las complejas tareas de movilidad del presente y del futuro.
Esto implica una integración eficiente de todas las áreas, como los sistemas inteligentes de transporte aplicados a la gestión del tráfico, de la movilidad con vehículos electrónicos, así como también el acceso a las ciudades, estacionamientos o la aplicación de normas de seguridad vial, entre otras.
Expertos en movilidad vial recomiendan aprovechar este momento particular que estamos viviendo como sociedad, a partir de la menor movilidad generada por el COVID-19, para implementar acciones específicas que logren alcanzar objetivos de gestión de tráfico y mejorías en la calidad del aire.
“Durante la pandemia, las secretarías de movilidad de las grandes ciudades del mundo tuvieron que reaccionar rápidamente para crear más espacio destinado a peatones y ciclistas”, dice Carlos Wiedmaier Vicepresidente de Solution Consulting de Kapsch TrafficCom para América Latin.
“Para mantener el distanciamiento social, se han creado nuevas ciclovías además de haber expandido las ya existentes. Sin embargo, será solo una cuestión de tiempo para que el número de autos en las calles aumente de nuevo. Aunque se levanten las restricciones, la mayoría de las personas, por miedo al contagio, seguirán evitando el transporte público siempre que puedan”.
Los gestores de las ciudades deberían aprovechar la oportunidad que existe ahora para implementar sistemas que posibilitan generar una movilidad sostenible en el largo plazo.
En este contexto, existen soluciones que, de forma rápida, ayudan a gestionar el tráfico para reducir la congestión y polución en el aire: desde la gestión de los accesos, tecnologías electrónicas de cobro de peajes y de libre circulación o la gestión inteligente del tráfico hasta sistemas semafóricos capaces de adaptarse al tráfico en tiempo real y reducir los niveles de congestionamiento vehicular.
Para Carlos Wiedmaier, “la crisis del coronavirus visibilizó los efectos negativos del transporte en la contaminación. Las mejoras de la calidad del aire llegaron durante el confinamiento, sin embargo, con la disminución de las restricciones, éstas se están disipando. La pandemia nos ha abierto la oportunidad de reconsiderar las estrategias de movilidad. Es necesaria una gestión holística para lograr sistemas de transporte más eficientes, resilientes y sostenibles”.
Movilidad en tiempo real en Buenos Aires
Buenos Aires ya está dando pasos en este sentido, mediante el análisis de la movilidad real para mejorar y agilizar el tráfico urbano. El Sistema de Gestión Integral de la Movilidad (SGIM) desarrollado por Kapsch, está basado en la obtención y tratamiento de datos en tiempo real, a través del estudio de la demanda de los distintos modos de movilidad que hay en la ciudad -vehículos, bicicletas y transporte público.
La solución EcoTrafiX de Kapsch, implantada para el SGIM de Buenos Aires, analiza la información que proviene de múltiples fuentes de datos, desde estaciones de conteo de vehículos tradicionales a otras más avanzadas, basadas en analítica de imágenes en tiempo real, con cámaras y sofisticados algoritmos de cálculo para el conteo, junto con campañas específicas, informaciones de gestores de flotas, información de la policía de la ciudad, etc.
Con la fusión de todos estos datos, se obtiene información útil para el análisis comparativo en tiempo real del comportamiento de la movilidad y su planificación futura, lo que permite detectar anomalías e incidencias.
En palabras de Wiedmaier: “Gracias a este proyecto la Ciudad puede hacer una mejor planificación para desarrollar la movilidad multimodal, priorizando el transporte público, al tiempo que favorece su apuesta por la accesibilidad, la mejora de la seguridad peatonal y el desarrollo e impulso de la bicicleta. Como consecuencia, la Ciudad de Buenos Aires está más preparada para poner en práctica soluciones para reducir la congestión y con ello mejorar el cuidado del medio ambiente, reduciendo la contaminación”.