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Cómo funciona

Una provincia acaba de crear su propio “laboratorio” de árboles autóctonos

Con un plan al 2030 busca integrar la conservación y la producción para consolidar un sector forestal competitivo, sostenible, con valor agregado.

En la Argentina, la política foresto industrial se basa en un equilibrio entre la conservación del patrimonio natural y el fomento de una industria productiva y sostenible.

El eje de protección tiene como premisa cumplir con la Ley de Bosques Nativos (Ley N° 26.331), para regular la conservación, restauración y manejo sostenible de los llamados bosques nativos.

Córdoba acaba de crear su propio “laboratorio” de árboles autóctonos

Como herramienta clave se hace mención al Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN), que clasifica los bosques en categorías de conservación (rojo; amarillo; verde) y prohíbe el desmonte en las zonas de mayor valor.

Para incentivar este proceso, el país creó un Fondo de Compensación que asiste a las provincias y compensa económicamente a los propietarios que conservan sus bosques en pie y que basan sus actividades en expandir la base forestal con fines productivos.

El objetivo del fondo es fomentar las inversiones en plantaciones forestales y en el sector foresto industrial otorgando incentivos impositivos y económicos directos, como una estabilidad fiscal por hasta 30 años; apoyos económicos no reintegrables (AENR) para cubrir costos de implantación y exenciones impositivas a los bienes destinados a la forestación.

Cómo funciona el laboratorio y cuál es el plan

El eje de desarrollo del plan apunta a integrar la conservación y la producción en una visión a largo plazo (al 2030), consolidando un sector forestal competitivo, sostenible y que genere valor agregado bajo un modelo de bioeconomía.

La idea es aumentar la superficie de bosques cultivados hasta alcanzar las dos millones de hectáreas; promover el manejo de bosques con ganadería integrada (MBGI) y fomentar la industria de la madera y el mueble con mayor tecnología y diseño.

El eje de desarrollo del plan apunta a integrar la conservación y la producción en una visión al 2030.

Se busca además gestionar de manera sostenible los bosques nativos para transformarlos en una fuente de desarrollo para las comunidades y fomentar la bioeconomía forestal, generando bienes competitivos y socialmente responsables, mientras se brindan servicios ambientales, especialmente en mitigación y adaptación al cambio climático.

En ese sentido, organismos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), desarrollan programas y líneas de investigación para fortalecer los sistemas agroforestales enfocados en la innovación, el mejoramiento genético, la restauración y la resiliencia climática.

En el mismo sentido, algunas provincias cuentan con políticas similares para impulsar la forestación y la gestión sostenible de los bosques.

Un caso es el de Córdoba, que estableció el llamado Plan Provincial Agroforestal (PPA), para la gestión ambiental y productiva de la provincia.

Mejora integral

Su marco legal es la Ley Provincial N° 10.467 que establece la forestación obligatoria de una porción de los predios destinados a la producción agropecuaria.

Los dueños de los campos deben destinar al menos el 2% de la superficie de sus predios a la cobertura vegetal arbórea, pudiendo llegar hasta el 5% en zonas específicas, según las condiciones (tipos de suelos, pendiente, clima, etc.).

Los productores tienen un plazo de hasta 10 años para cumplir con la superficie total exigida, debiendo presentar un plan gradual de forestación que busca un desarrollo sostenible y una mejora integral de las áreas rurales, con los siguientes fines:

  • Protección del suelo para ayudar a prevenir y evitar los procesos de erosión eólica e hídrica.
  • Regulación hídrica para favorecer la infiltración, la reducción y el consumo de los excesos hídricos.
  • Conservación ambiental para contribuir a la conservación y restauración de la biodiversidad, funcionando como hábitat de polinizadores naturales y refugio de fauna.
  • Mejora de la calidad de vida para ofrecer un adecuado ambiente del aire y del agua, así como el entorno rural.
  • Uso múltiple para promover la implantación de especies forestales que puedan ser aprovechadas bajo un concepto de uso múltiple (producción de madera, frutos).

Qué dice el plan de Córdoba

De acuerdo a fuentes del gobierno cordobés, el plan se instrumenta a través de diversas herramientas y acciones.

Por ejemplo, obligan a los productores a informar la superficie forestada de su campo y a la provincia a poner a disposición mapas detallados que muestran las zonas agroforestales y el porcentaje de forestación requerido para cada parcela.

Como parte de la misma estrategia, la provincia lanzó el denominado Plan Gen Nativo, una acción complementaria que garantiza el suministro de plantines de especies nativas para que los productores puedan cumplir con esta obligación legal.

El proceso es coordinado por el Ministerio de Bioagroindustria provincial, que lo enfoca en la producción e investigación de especies de árboles y arbustos nativos de Córdoba para actuar como un multiplicador de bosques en el marco del Plan Provincial Agroforestal (PPA).

De acuerdo a fuentes del gobierno cordobés, el plan se instrumenta a través de diversas herramientas y acciones.

Las instalaciones de Gen Nativo están desplegadas en Corralito, San Francisco, Laboulaye, Coronel Moldes y Despeñaderos. Se estima que pueden generar entre 10.000 y 30.000 plantas mensuales.

Al respecto, Luisina Battistón, bióloga y jefa del Área Agroforestal de la Secretaría de Agricultura y Recursos Naturales, explica que “el objetivo del plan es asegurar una oferta constante de ejemplares, reduciendo los costos para los productores y acercando los viveros a sus zonas”.

Para la funcionaria, “además de cumplir con la Ley Agroforestal, se restauran agroecosistemas y se generan servicios ambientales”.

La iniciativa provincial apunta a mantener una producción estable durante todo el año bajo condiciones ambientales controladas, algo más difícil de conseguir con métodos tradicionales de vivero.

En este sentido, Marcos Blanda, secretario de Agricultura y Recursos Naturales de Córdoba, destaca “la responsabilidad de cuidar y generar recursos naturales con una mirada integral y sostenible”.

El funcionario entiende que el programa “es un espacio donde producimos árboles nativos para forestar y al mismo tiempo, fortalecer la biodiversidad y promover una relación más armónica entre producción y ambiente» .

Los estudios se llevan a cabo en varios centros, incluyendo un laboratorio inaugurado en Corralito y la presentación del Gen Nativo 2.0 en Despeñaderos.

La iniciativa provincial apunta a mantener una producción estable durante todo el año bajo condiciones ambientales controladas.

El laboratorio de Corralito, uno de los primeros que se puso en marcha, cuenta con sistemas automatizados de aire acondicionado, grupo electrógeno propio, y otras herramientas de alta tecnología.

Las variedades que se siembran incluyen chañar, diversas variedades de algarrobo, sen de campo, manzano de campo, espinillo, tusca, espinillo negro, cina cina, moradillo, y aguaribay, entre otras.

Las plantaciones con especies nativas contribuyen a la restauración de agroecosistemas y la generación de otros servicios ambientales como la regulación hídrica, la atracción de polinizadores, la recuperación de suelos degradados y la creación de corredores biológicos.

Tecnología para tener más árboles

El proceso utiliza laboratorios de avanzada tecnología con ambiente controlado (temperatura, humedad, luz, etc.) para la germinación acelerada de semillas nativas.

En tanto, el laboratorio de Corralito puede producir hasta 7.000 plantas cada 10 días, en el marco de un programa más amplio que ha tenido metas de distribución de 100.000 árboles autóctonos en un año.

Se trabaja con protocolos de producción para diversas especies nativas que cubren los tres estratos vegetales necesarios, incluyendo el algarrobo blanco, el caldén, la cina cina, el espinillo y la tusca.

De acuerdo a los lineamientos del plan, los ejemplares son seleccionados por su adaptabilidad y servicios ecosistémicos, como la regulación hídrica, la atracción de polinizadores, la restauración de suelos y su utilidad para cortinas forestales.

Una vez que los plantines alcanzan entre 5 y 10 centímetros comienza la segunda etapa del proceso, con el traslado al invernadero.

Previo a su entrega, las plantas pasan por un proceso de «rustificación» para adaptarlas gradualmente a las condiciones climáticas y ambientales naturales.

Una vez que los plantines alcanzan entre 5 y 10 centímetros comienza la segunda etapa del proceso, con el traslado al invernadero.

Allí se realiza el repique (trasplante), donde los ejemplares son llevados del sustrato artificial a bandejas individuales donde permanecen entre uno y seis meses.

La etapa final es la oxidación o aclimatación al exterior, donde las plantas pasan entre seis meses y un año adaptándose gradualmente a las condiciones ambientales naturales bajo media sombra y con riego asistido.

Un plan a largo plazo

El proceso tiene como objetivos principales ser un «multiplicador de bosques» mediante la producción masiva y tecnológica de ejemplares de árboles y arbustos autóctonos de la provincia.

También, actuar como un centro de producción e investigación para mejorar los protocolos de germinación y asegurar la disponibilidad de una buena diversidad de especies nativas (cubriendo los tres estratos vegetales).

Le suma la necesidad de producir ejemplares que brinden servicios ambientales esenciales para los ambientes rurales, tales como regulación hídrica; atracción de polinizadores; restauración de suelos salinos, sódicos o inundables y generación de especies útiles para cortinas forestales.

El proceso tiene como objetivos principales ser un «multiplicador de bosques» mediante la producción masiva y tecnológica de ejemplares de árboles y arbustos autóctonos de la provincia.

Otra de las principales metas es la de promover la sostenibilidad fomentando una relación más armónica entre la producción y el ambiente en la provincia.

Es decir, impulsar la restauración de ecosistemas mediante la siembra de especies nativas que brinden más servicios a los lotes productivos y mejoren el ambiente.

Desde la provincia explican que Gen Nativo trabaja junto al Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), dependiente del CONICET, y la Universidad Nacional de Córdoba para evaluar tratamientos pregerminativos y estudiar la adaptación de las especies a diferentes condiciones de campo.

A partir de la información recolectada se alimenta una red de ensayos con 25 sitios distribuidos en la provincia y más de 15.000 árboles monitoreados y se publican los resultados en Mapas Córdoba, la plataforma de IDECOR, donde los productores pueden consultar las tasas de supervivencia y crecimiento, y descargar cartillas técnicas y materiales de germinación.

La información se actualiza continuamente y está disponible para cualquier persona interesada en la producción, investigación o restauración con especies nativas.

En el 2024 se distribuyeron 50.000 árboles entre instituciones públicas y productores privados, y se incorporó la modalidad de Proyectos Forestales Asociativos, ampliando la escala y el impacto de las acciones.

Para este año, el desafío es duplicar la cantidad de ejemplares entregados.

Fecha de publicación: 28/11, 10:06 am