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Compromiso con estilo: empresas de moda argentinas diseñan productos en contra de la contaminación

En este último tiempo surgieron diversas marcas enfocadas que haciendo particular foco en la utilización de desechos y materiales reciclados.

En un contexto mundial en el que se hace cada vez más necesario extremar los cuidados con el medio ambiente, muchas son las firmas de indumentaria que se comprometen en desarrollar un diseño sostenible. 

Argentina no se queda atrás, y en este último tiempo surgieron diversas marcas enfocadas no sólo en crear indumentaria amigable con el cuidado del entorno, sino que haciendo particular foco en la utilización de desechos y materiales reciclados.

“Desde el año 2004 soy fabricante de indumentaria publicitaria y para colegios. Por ese motivo, comencé a acumular los descartes de la producción y creé mi firma Luma Baez, que surge con el propósito de darle vida a los descartes del taller y además de transmitir la cultura de nuestro país”, explica en diálogo con FashionNetwork.com la diseñadora Luciana Baez, dueña de la firma.

Los productos de Luma Baez tienen una colección anual y una cápsula pequeña para prendas de alto verano. La línea “Perdón” está elaborada 100 % a partir de descartes textiles, mientras que la línea “Gracias” se realiza con textiles naturales como algodón crudo elaborado por una cooperativa de Chaco, que se tiñe luego con óxido y té.

“Hay un nicho bastante importante de marcas de autor en Argentina que están trabajando esta temática. Tenemos un muy buen nivel de diseño y creo que podemos llegar a otros mercados, sobretodo para las marcas que trabajan con técnicas ancestrales y textiles nativos, la gente que reconoce el valor de nuestra cultura”, detalla Luciana, quien a su vez es miembro de la Asociación Moda Sostenible Argentina en la categoría de Diseñador Consciente.

La yerba mate en la indumentaria

Otra firma que trabaja en ese sentido es Karu Biodiseño, cuyas prendas, collares, carteras y accesorios están elaborados con un biomaterial de origen microbiano, creado a partir de la yerba mate.

Lo más interesante es que este material fue creado y descubierto por la fundadora de la firma, Verónica Bergottini, quien es licenciada en Genética de la Universidad Nacional de Misiones y doctora en Biología de la Universidad de Neuchatel, Suiza.  

“El biomaterial se llama TILEX, y está sintetizado por microorganismos que se cultivan en yerba mate. Tiene una textura similar al cuero o al papel, es biodegradable y compostable”, cuenta Bergottini a FashionNetwork.com.

Además, este biomaterial se puede producir bajo un modelo circular, es decir, empleando residuos agroindustriales. TILEX ya fue reconocido por la Parson’s Design School de NY, Vogue Italia y Tech Fashion Week de Nueva York. Karu Biodiseño fue seleccionada como Embajadora Proesus 2020 de la Secretaria de Ambiente de la Nación.

“Lo que más me apasiona del diseño es la comunicación, la posibilidad de transmitir valores a través de los nuevos materiales sustentables que están surgiendo a raíz de la problemática ambiental. El biodiseño en particular, nueva área de intersección entre la biología, la tecnología y el diseño, es atrapante por la innovación disruptiva y la sinergia que se genera entre los científicos y los diseñadores”, agrega Bergottini.

Sostenibilidad y compromiso social

Juaga nació en julio de 2018 como una marca de accesorios centrada en atacar dos problemáticas: la contaminación ambiental y la desigualdad social. 

Por eso, sus bolsos y accesorios están creados a partir de materiales descartados y reciclados y su fabricación se realiza dentro de un taller propio que la firma tiene en la cárcel de Olmos, brindando así trabajo y capacitaciones a personas privadas de su libertad y colaborando con su reinserción sociolaboral.

“El proceso de producción comienza con la recolección de residuos como plástico, caucho o banners publicitarios. Continúa con la limpieza de esos materiales que luego se llevan a la cárcel para que se confeccionen joyas, bolsos y mochilas”, detalla Leandro Caamaño, fundador de Juaga junto con Ana Trelles y Francisco Rubio.

Además de trabajar con cárceles, desde Juaga comenzaron también a colaborar en conjunto con el taller protegido Los Tilos, de padres de niños con síndrome de Down. Con ellos, elaboran un packaging sostenible y reutilizable.

“Hay gente que nos dice que lo sustentable es más caro, pero en realidad es más caro porque es un trabajo más artesanal, consume mucho más tiempo. Yo estoy acopiando muchos materiales, tengo que pagar un depósito. Y lo que es la logística de ir a buscar, la limpieza del material, es mucho tiempo”, explica Leandro Caamaño al consultarle sobre la aceptación del diseño sostenible en Argentina. 

Sin embargo, Caamaño cree que de a poco se va generando una mayor conciencia en los consumidores. “Nosotros hicimos encuestas al público y lo que vimos era que la gente al elegir un producto, por ejemplo una riñonera, vimos que lo primero que mira es el diseño y el precio. Pero después ante dos productos similares siempre se van a inclinar por la sustentable o la que tiene inclusión social”, finaliza.

Fecha de publicación: 18/03, 6:39 am