Científicos hallaron un nuevo exoplaneta gigante que nunca debería haber existido
Un equipo de astrónomos encontró un planeta fuera de la galaxia de la Tierra y que tiene el tamaño de Júpiter. Orbita a 165 años luz de distancia.
Un nuevo estudio descubrió un exoplaneta gigante que nunca debería haber existido y está ubicado a la impresionante distancia de 165 años luz de la Tierra.
Se trata acerca de un exoplaneta que rompe las reglas conocidas por la Astronomía que fue descubierto recientemente por un grupo de expertos internacionales.
El gigante gaseoso, llamado TOI-4860 b, es un planeta inusual por dos razones: no se espera que las estrellas de masa tan baja alberguen planetas tan grandes como este, que tiene el tamaño de Júpiter, y este mundo parece estar enriquecido con elementos pesados.
El estudio, dirigido por astrónomos de la Universidad de Birmingham, fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, una revista especializada en astronomía.
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Dicho planeta orbita alrededor de la enana roja TOI-4860, ubicado en la constelación de Corvus. La estrella tiene una masa equivalente a alrededor de un tercio de la del Sol y el exoplaneta que lo orbita completa su órbita aproximadamente una vez cada 1,5 días terrestres, clasificándolo como un “Júpiter cálido”.
“Bajo el modelo canónico de formación de planetas, cuanto menos masa tiene una estrella, menos masivo es el disco de material alrededor de esa estrella”, dijo George Dransfield, miembro del equipo de la Universidad de Birmingham.
“Dado que los planetas se crean a partir de ese disco, se esperaba que no se formaran planetas de gran masa como Júpiter. Sin embargo, teníamos curiosidad acerca de esto y queríamos comprobar los candidatos planetarios para ver si era posible. TOI-4860 es nuestra primera confirmación y también la estrella de masa más baja que alberga un planeta de masa tan alta”, agregó el experto.
El planeta fue descubierto utilizando el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito de la NASA como una gota de brillo mientras transitaba frente a su estrella anfitriona, pero esos datos por sí solos fueron insuficientes para confirmar que era un planeta.
El equipo de astrónomos utilizó el Observatorio Sur SPECULOOS, ubicado en el desierto de Atacama en Chile, para medir la señal planetaria en varias longitudes de onda y validar la naturaleza planetaria.
En paralelo, los científicos también observaron el planeta justo antes y después de que desapareciera detrás de su estrella anfitriona y notaron que no había cambios en la luz, lo que significa que el planeta no emitía nada.
Finalmente, el equipo colaboró con un grupo japonés utilizando el Telescopio Subaru en Hawai. Juntos midieron la masa del planeta para confirmarlo completamente.