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Científicos hallaron que la corteza terrestre se está diviendo en dos mitades

Según un estudio, una inusual grieta subterránea se esconde debajo de la meseta tibetana, que alberga a las montañas más altas del mundo.

El Himalaya, la majestuosa cordillera asiática que alberga las montañas más altas del mundo, es el resultado de la colisión entre dos placas tectónicas justo debajo de la corteza de la meseta tibetana: las placas continentales india y euroasiática.

Tradicionalmente, cuando dos placas continentales convergen, es decir, chocan entre sí, se espera que una se sumerja debajo de la otra en un proceso llamado subducción, pero un estudio reciente ha identificado una situación inusual debajo del Tíbet, conocido como «el techo del mundo».

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Cuando chocan dos placas continentales de igual densidad, como la india y la euroasiática en el sur del Tíbet, no es claro cuál debería sumergirse bajo la otra. Algunos expertos sugerían que la placa india se estaba subduciendo bajo la euroasiática, resistiéndose a sumergirse por completo en el manto. Otros indicaban que la parte superficial de la placa india se corrugaba, mientras que solo los restos más profundos se sumergían.

Sin embargo, un equipo de geólogos de China y Estados Unidos ha descubierto un tercer escenario inesperado: en la colisión de estas placas, la placa india se está fracturando horizontalmente, dividiéndose en dos mitades, de manera similar a la tapa de una lata de pescado.

Esta ruptura horizontal, poco común en comparación con las habituales rupturas verticales en placas divergentes como las de África e Islandia, implica que la parte superficial de la placa india está soportando el Tíbet, mientras que la parte más profunda se hunde en el manto a unos 33 km de profundidad en la corteza continental. Este descubrimiento redefine nuestra comprensión de la complejidad del proceso tectónico en esta región, desafiando las expectativas convencionales de las colisiones entre placas continentales.

El descubrimiento de la fractura en la placa india surgió a partir del análisis del recorrido de las ondas sísmicas, utilizando datos recopilados de 94 estaciones sismológicas en Asia. Este estudio reveló que la estructura presenta una profundidad de aproximadamente 200 kilómetros en un extremo y apenas unos 100 kilómetros en el otro.

Douwe van Hinsbergen, geodinámico de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) y uno de los investigadores principales, destacó la importancia de este hallazgo en el ámbito de la geociencia. «No teníamos conocimiento de que los continentes pudieran comportarse de esta manera, y eso tiene implicaciones fundamentales para la ciencia de la Tierra sólida», señaló en una entrevista con la prestigiosa revista Science, que dio difusión al descubrimiento.

La revelación fue presentada durante la conferencia del año pasado de la Unión Geofísica Americana en San Francisco, liderada por instituciones de Estados Unidos y China. Este hallazgo desafía las concepciones anteriores sobre el comportamiento de las placas continentales, abriendo nuevas perspectivas en la comprensión de los procesos geodinámicos de la Tierra.

Según Simon Klemperer, geofísico de la Universidad de Standford y uno de los autores del estudio, el nuevo desgarro de la corteza propuesto puede estar influyendo en el riesgo de terremotos en el Tíbet.

Incluso, señala, puede que una profunda grieta en la meseta asiática, conocida como fisura Cona-Sangri, sea un indicio de que el tumulto en la parte más vulnerable de la placa india podría extenderse hacia la superficie. No obstante, el vínculo directo con los sismos todavía sigue siendo incierto, asegura el experto.

Fecha de publicación: 08/02, 4:30 pm