Científicos buscan pareja para la planta más solitaria del mundo
La extinción de esta singular especie solo podrá evitarse si los expertos logran encontrar una hembra que pueda adaptarse a la reproducción.
En un remoto bosque al este de Sudáfrica, vive un ser que posiblemente sea el más solitario del mundo: un macho de Encephalartos Woodii, una de las plantas más raras que existen. De esta especie solo quedan clones masculinos, lo que hace imposible su reproducción natural.
Cuánto mide la planta solitaria
Conocida también como cícada de Wood, esta planta habitó el planeta desde hace 300 millones de años. Puede alcanzar los 6 metros de altura y tiene una apariencia similar a una palmera. Su tronco de 50 centímetros de diámetro sostiene una impresionante copa de hojas brillantes que pueden superar los 2 metros de largo.
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Este ejemplar macho en el bosque sudafricano espera encontrar una hembra para perpetuar su especie. Por esta razón, científicos de la Universidad de Southampton están llevando a cabo un proyecto de investigación para encontrar una posible candidata. Sin embargo, hasta ahora, nadie ha visto jamás un ejemplar hembra de esta especie.
La doctora Laura Ciniti y su equipo están empleando la última tecnología en drones e inteligencia artificial para explorar miles de hectáreas de bosque en busca de la esquiva hembra. “La historia de la E. woodii parece sacada de un cuento clásico de amor no correspondido”, comentó Ciniti.
“Tengo esperanza de que haya una hembra en algún lugar; después de todo, en algún momento debió de existir una. Sería increíble poder salvar a esta planta, tan cercana a la extinción, mediante la reproducción natural”, afirmó la científica.
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Cuál es la flor desconocida
Una escuadrilla de drones toma decenas de miles de imágenes del bosque donde podría encontrarse la planta hembra. Utilizan sensores multiespectrales para capturar detalles más allá de lo visible a simple vista, permitiendo distinguir si las plantas están vivas o muertas y así identificar distintas especies.
La cámara multiespectral captura imágenes de cinco bandas de longitud de onda discretas. Cada vez que se activa el sensor, se tomaban cinco fotografías de la misma zona y cada una de ellas en una banda de longitud de onda particular: azul, verde, rojo (visible para nosotros), borde rojo e infrarrojo cercano (invisible para el ojo humano). Cada banda es propicia para distinguir diferentes características.
Se obtuvo una extensa colección de fotografías que se unieron para crear mapas en mosaico, que se analizan visualmente para detectar la presencia de cícadas. Cada planta tiene su propia firma espectral única y se espera que pueda usarse para detectar más fácilmente una cícada en el bosque.
Luego, un modelo de inteligencia artificial, previamente entrenado, analiza las imágenes en busca de coincidencias que puedan apuntar a la hembra.
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“Usamos un algoritmo de reconocimiento de imágenes para identificar las plantas por su forma. Generamos imágenes de plantas y las colocamos en diferentes escenarios ecológicos para enseñar al modelo a reconocerlas”, explica Ciniti.
Los científicos son conscientes de que la hembra podría no aparecer nunca, por lo que están desarrollando un plan alternativo para evitar la extinción definitiva de la especie.
Ciniti está investigando si es posible cambiar el sexo de E. woodii mediante manipulación química o fisiológica, y luego generar plantas vegetativas a partir de ese material. “Ha habido informes de cambio de sexo en otras especies de cícadas debido a cambios ambientales repentinos, como la temperatura, por lo que tenemos la esperanza de poder inducir el cambio de sexo también en E. woodii”, explicó.