La movilidad eléctrica empieza a ganar terreno en Argentina. La decisión del gobierno nacional de eliminar los aranceles a la importación de autos eléctricos fue recibida con entusiasmo por usuarios y empresas del sector, que ven en la medida una oportunidad para acelerar la transición hacia una matriz de transporte más limpia.
El anuncio, sin embargo, trae consigo un nuevo interrogante: ¿está preparada la infraestructura de carga del país para acompañar el crecimiento proyectado?
En los últimos años, empresas privadas desplegaron redes propias de cargadores, las principales petroleras comenzaron a invertir en corredores eléctricos y la autonomía de los vehículos disponibles en el mercado es cada vez mayor.
Un mapa desigual de la infraestructura de carga en Argentina
Hoy en Argentina hay alrededor de 230 cargadores públicos instalados, distribuidos en 19 provincias. La cifra refleja un avance respecto a años anteriores, pero la distribución sigue siendo muy desigual: más de la mitad de los puntos (56,9%) se concentran en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
En contrapartida, provincias como Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja y Santiago del Estero aún no cuentan con ninguna estación habilitada, lo que deja en evidencia la necesidad de ampliar la red a nivel federal.
Entre las empresas privadas, ChargeboxNet lidera con 85 cargadores instalados. Asimismo es posible encontrar puntos de carga de marcas como Scame, Siemens, Nosso, Vulletic, ABB y Cirlatina.
Las petroleras entraron al juego por un rato
En 2023, YPF presentó dos corredores eléctricos: uno que recorre la Costa Atlántica y otro que une Buenos Aires con Córdoba, con estaciones planificadas cada 150 kilómetros a lo largo de 700 km. 15 de esos cargadores rápidos están instalados y la empresa lanzó YPF Punto Eléctrico, una membresía que permite a los usuarios acceder a carga rápida ilimitada en su red.
Shell Recharge suma 10 cargadores rápidos en corredores estratégicos y Raízen Argentina instaló cinco adicionales con potencias de hasta 22 kW. Por su parte, Axion, en alianza con Enel X, fue la primera petrolera en dar el salto: inauguró su primer punto de carga para autos eléctricos en 2019.
Este movimiento del sector energético tradicional no es menor. Si bien las redes privadas aportan dinamismo, el despliegue de cargadores en estaciones de servicio sobre las principales rutas nacionales es clave para garantizar que la movilidad eléctrica pueda trascender las grandes urbes.
Normas, incentivos y el rol del Estado
La discusión no se limita a cuántos cargadores hay, sino a cómo se regula y estimula su expansión. El gobierno del presidente Javier Milei eliminó el Registro Nacional de Infraestructura de Carga, creado por la Secretaría de Energía. La medida fue interpretada por el sector privado como una desburocratización, aunque no implicó un incentivo concreto para el desarrollo de la movilidad sostenible.
En conversación con Economía Sustentable, los operadores coinciden en que, más allá de la apertura a las importaciones, aún faltan herramientas de estímulo: financiamiento específico, reglas claras para poder cobrar por kilovatio hora en puntos públicos, facilidades para que los particulares instalen cargadores y procesos de habilitación simples en espacios comerciales y estaciones de servicio.
“Necesitamos estar seguros de que podemos cobrar por la energía que vendemos. Solo así valdrá la pena invertir y, al mismo tiempo, el usuario se beneficiará con más opciones de carga”, explica Nicolás Nervi, CEO y cofundador de ChargeboxNet.
¿Cuántos cargadores debería haber en Argentina?
Los referentes internacionales marcan la pauta. En Europa, la meta es contar con un cargador público cada 10 vehículos eléctricos y lograr que la distancia promedio entre estaciones no supere los 100 kilómetros.
En ese sentido, Nervi asegura que el país no parte de cero, aunque sí tiene un largo camino por recorrer: “Tenemos que crecer en cargadores rápidos y fortalecer los corredores que conectan Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y la Costa Atlántica”.
Pero también es importante cambiar la mentalidad: “Un auto eléctrico promedio tiene cerca de 400 kilómetros de autonomía, y la mayoría de los viajes diarios no supera esa distancia. Incluso hoy, muchos trayectos del centro del país ya pueden realizarse con una sola carga”.
Autos eléctricos, en números
La apertura de importaciones despertó un fuerte interés. En la primera fase, el Gobierno nacional adjudicó 28.262 autos eléctricos de un total de 33.027 solicitudes.
Si bien la distribución inicial contemplaba un esquema equitativo entre terminales automotrices y particulares, el reparto favoreció a los importadores: 18.977 unidades fueron asignadas a personas físicas e importadores independientes, frente a 9.285 destinadas a las terminales.
Por otra parte, los datos de patentamientos de SIOMAA muestran que en el primer semestre de 2025 se registraron 493 autos 100% eléctricos, apenas el 4% de los 12.335 vehículos electrificados matriculados. En el total del 2024, ese porcentaje se mantuvo estable: unas 567 unidades eléctricas puras sobre 14.175 vehículos sostenibles.