Argentina y Brasil relanzaron una alianza estratégica entre ambos países con eje en una agenda nuclear, ¿de qué se trata?
El Gobierno nacional pretende duplicar la provisión de energía nuclear y, para esto, requerirá sumar más centrales de las que tiene actualmente.
Durante la visita del reciente electro presidente de Brasil, Lula da Silva, junto a Alberto Fernández, relanzaron una alianza estratégica entre ambos países, como una de las primeras medidas luego de su llegada al poder. Están relacionadas a la energía y a la tecnología nuclear.
En este campo, Argentina tiene una ambiciosa agenda hacia adelante, que incluye duplicar la participación de la energía nuclear en la matriz energética, para lo cual podrían requerirse cinco centrales nucleares.
Por otro lado, el país invertirá unos USD 1000 millones en un reactor nuclear que podría exportar por sumas millonarias y generar el ingreso de dólares genuinos. Así lo reveló Adriana Serquis, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), en diálogo con Ámbito.
En línea con esto, Alberto Fernández y Lula publicaron una nota: “Consolidaremos nuestra posición como proveedores de tecnología nuclear con fines pacíficos, fortaleciendo la agencia Brasileño-Argentina de contabilidad y control de materiales nucleares, y dando continuidad a proyectos ambiciosos, como el reactor multipropósito”.
Según pudo averiguar Ámbito, habrá “cooperación nuclear”, en cuestiones de transparencia y seguridad y, de esta manera, se asegura que no haya desvíos de los programas nucleares, como así también habrá una alianza en proyectos tecnológicos.
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Serquis, en diálogo con Ámbito, precisó que la asociación entre Argentina y Brasil en materia nuclear busca fortalecer los acuerdos para usos pacíficos a través de la diplomacia nuclear.
“Entre 2022 y 2023 Argentina fue elegida para liderar el Grupo de Abastecedores Nucleares (Nuclear Suppliers Group) y el período siguiente lo tiene asignado Brasil”, remarcó.
“Es importante encabezar estos grupos económicos porque son foros donde se discuten temas clave de no proliferación nuclear, mediante controles estrictos sobre qué materiales pueden ser vendidos internacionalmente, y utilizados para el desarrollo de la tecnología nuclear”, agregó.
Por otro lado, el año que viene Argentina podría finalizar la instalación de los componentes del reactor nuclear Carem, lo que significa una mini central nuclear que solo realizan unos pocos países.
“Este año hay que arrancar 120 contratos a 120 compañías nuevas para componentes, y la Secretaría de Energía nos autorizó incorporar 200 personas para el proyecto, para ingeniería, logística y termohidráulica”, adelantó Serquis.
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De momento, el Estado lleva invertido en el Carem unos u$s600 millones, y la inversión total cuando finalice estará cercana a los u$s1000 millones. “El proyecto NuScale de Estados Unidos tendrá una inversión de u$s1400 millones, aunque el nuestro es un prototipo más chico, no nos va mal en la eficiencia”, indicó la titular de la CNEA.
Por último, en la matriz energética argentina, la energía nuclear tiene el 7% de participación. “Trataremos de llegar al 2040-2050 duplicando la capacidad, en alrededor del 15%”, indicó Serquis.
“Por este motivo, no alcanzará solo con sumar una central más a las tres que hay, sino que podrían necesitarse dos”, agregó.
Además, la investigadora indicó que la energía nuclear fue una de las “beneficiadas” de las consecuencias de la crisis energética producto de la guerra. “Si queremos crecimiento industrial y tecnológico no podemos dejarla de lado”, concluyó.
