Qué son los sellos verdes en la construcción y cómo el acero impulsa la economía circular
Por Carlos Vaccaro, director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero, quien analiza cómo afrontar el reto de construir de manera más sustentable en un mundo que avanza hacia la economía circular.
Las tendencias internacionales son claras. El mundo gira hacia una economía circular que implica reconvertir y transformar sistemas productivos.
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Parte de cómo afrontar este reto en la construcción incluye las certificaciones sustentables disponibles, que garantizan condiciones amigables con la naturaleza y el entorno en cada etapa del proceso. Por sus características intrínsecas, el acero brilla como oro en ese contexto.
Cómo se obtiene los sellos verdes en la construcción
Para comprender mejor de qué se tratan estas certificaciones en la construcción, debemos dejar en claro cuáles son las características que tiene que tener el proceso y sus productos para alcanzar este sello verde. Podemos reducir todos los requerimientos a cinco puntos básicos.
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El primero es la eficacia energética. Es necesario contar con fuentes renovables que disminuyan la huella de carbono. El segundo es la utilización del agua. La distribución desigual de este bien a nivel global, el cambio climático, la contaminación y su uso prioritario para el consumo humano exigen que su uso se reduzca y que se promuevan acciones tendientes a su reutilización.
En un tercer escalón, tenemos que contar la sustentabilidad del sitio donde se desarrolle la obra. Toda construcción debe ser amigable con su entorno y tener presente la conservación y restauración de la biodiversidad del lugar.
En esa línea, el cuarto punto son los sistemas industrializados en acero, que permiten desarrollar la producción en una planta controlada. La innovación con tecnologías de vanguardia apuntalan esa iniciativa, disminuyendo el nivel de residuos, entre otras virtudes.
El quinto y último factor, no menos importante, es la selección de materiales. La recomendación que realizan quienes evalúan los proyectos y procesos para otorgar el sello verde es que han de ser ecológicos, reciclados o de bajo impacto ambiental.
Es allí donde el acero entra como un factor diferencial en todo desarrollo inmobiliario. Esta definición abarca a edificaciones de gran escala o una casa habitación. Por sus características de ser 100% reciclable, combinar maleabilidad y resistencia y contar con trazabilidad de producción desde la materia prima hasta el producto terminado, el acero es el mejor aliado para un desarrollo desde ambiental.
Presenta la capacidad de ser reutilizado en su totalidad sin perder sus propiedades. Eso es lo que lo transforma en producto de altísima reciclabilidad. Así, se posibilita el ahorro de recursos naturales y de energía.
Por otro lado, la durabilidad de una construcción de acero garantiza una vida útil prolongada en el tiempo, reduciendo la necesidad de reemplazo. Al minimizarse la cantidad de desechos, se achica el impacto ambiental asociado a la producción de nuevos materiales.
La innovación en los procesos y la modernización de las plantas donde se lo elabora, han reducido el consumo energético necesario, lo que impacta de lleno en la huella de carbono. A su vez, se han minimizado las emisiones de gases, por lo tanto, se trata de productos cada vez más limpios y eficientes.
Cómo certificar la producción de acero
En la actualidad existe un abanico de posibilidades para certificar la producción de acero. Hay dos tipos de sellos, el de las viviendas y el de productos siderúrgicos. En el caso de las viviendas vale destacar al LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental, por sus siglas en inglés), creado en 1993 por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos (US Green Building Council). También está BREEAM, pionero en la arquitectura sostenible y extendido en 89 países. Ambos presentes en Argentina.
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En el área de productos siderúrgicos podemos enumerar el Sello Argentino de Sustentabilidad Ambiental (SAA) o el EPD (Declaración Ambiental de Producto), que aunque no ha calado en profundidad en el país, evidencia de manera transparente el avance de la construcción en la reducción del carbono embebido en la edificación.
A la vista está que a nivel global existen distintos tipos de sistemas que aseguran el desempeño ambiental en los procesos de fabricación de productos siderúrgicos en la construcción. Además de las certificaciones, las iniciativas sectoriales vinculadas a las estrategias de descarbonización de las empresas también cumplen un papel fundamental.
La combinación de estas tendencias se van imponiendo progresivamente y algunas de ellas están llegando al país. Todos esos cambios, graduales pero sin pausa, serán parte de ese camino hacia un futuro sustentable en la construcción.
*El autor es Director Ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA)