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América Latina y una transición energética tan urgente como postergada

El paso de la producción de energía a partir de combustibles fósiles a las denominadas energías"limpias" todavía está en deuda en la región.

La transición de una economía basada en los combustibles fósiles a otra con bajas emisiones de carbono es un reto para América Latina, donde la mayoría de los países no tiene una estrategia a largo plazo. Y siguen apostando a la combustión de fósiles, con proyectos de petróleo y gas -en el caso de la Argentina, Vaca Muerta- para consumo interno y para exportar.

América Latina representa  5 % de las emisiones mundiales, que provienen del sector energético, la agricultura y el cambio de uso del suelo. Una proporción que aumenta dado los mencionados proyectos basados en fósiles y en carbón.

Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la inversión en la producción de nuevos combustibles fósiles y en la generación de energía a partir del carbón debe terminar este año para que el sector energético mundial alcance las emisiones netas cero en 2050.

A juzgar por lo que sucede en la región y los pasos lentos que se dan entre los países que son los principales productores de combustibles a nivel mundial, esto no será viable.

Manuel Pulgar-Vidal, líder global de clima y energía de Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), expresó que América Latina “no está prestando atención” al surgimiento de una “nueva economía climática, no tiene ningún plan”. A excepción de Chile, Uruguay y Costa Rica, al no tener petróleo ni gas.

Costa Rica comenzó a aplicar una estrategia de descarbonización a largo plazo, que incluye el sector energético. Chile y Argentina están trabajando y podrían presentar sus respectivos planes en noviembre de este año, en el amrco de la 26ava Conferencia de las Partes (COP26) sobre cambio climático,que se llevará a cabo en el Reino Unido.

¿Qué pasa con las energías limpias?

Si bien la energía eólica y solar crecen aceleradamente, todavía es un porcentaje pequeño: el  6,5 % de la capacidad energética instalada en América Latina.

Los combustibles fósiles son aproximadamente el 75 % del suministro de energía primaria, y el resto de la matriz se compone en gran medida de hidroeléctrica, biomasa y bioenergía.

Algunos países latinoamericanos dependen en gran medida de la energía hidroeléctrica, como Brasil y Colombia, mientras que otros utilizan el petróleo y el gas como fuente principal de electricidad. Entre ellos se encuentran Argentina y Perú. La energía del carbón sólo representa una pequeña parte de la producción total de electricidad en la región.

“Es hora de discutir una transición energética en América Latina. La región tiene grandes inversiones en combustibles fósiles y muchos de ellos tendrán que cambiar de rumbo drásticamente”, analizó Isabel Cavelier, cofundadora de Transforma, una ONG de Colombia. “Algunos países tienen planes climáticos ambiciosos, pero son totalmente contradictorios con sus políticas energéticas”.

Se calcula que 81 % de las reservas de petróleo de América Latina podrían no usarse si los países cumplen con los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático, de acuerdo a un estuio publicado en la revista Energy and Climate Change.

Pero claro, eso significaría reducir los ingresos fiscales procedentes del petróleo entre 1,3 y 2,6 billones de dólares, frente a entre 2,7 y 6,8 billones si se explotaran en su totalidad.

Ejemplos: en 2018,  el 8 % de los ingresos fiscales de Ecuador,  4,6 % de Bolivia,  4,2 % de México y 3,4 % de Trinidad y Tobago dependían de la explotación de petróleo y gas, según datos de la OCDE.

“La mayor parte de la región parece ignorar estos debates. Los gobiernos siguen adelante con sus planes de producción de combustibles fósiles sin planificar lo que harán cuando la demanda mundial de petróleo y gas empiece a disminuir”, dijo Baltazar Solano Rodríguez, autor del estudio. “América Latina tiene que empezar a pensar en cómo va a diversificar sus fuentes de ingresos”, añadió.

El futuro incierto

Esta claro que la región podría tardar décadas en dejar atrás los combustibles fósiles,aun cuando comenzara hoy mismo la transición.

Para que las empresas de combustibles fósiles que dependen de los estaods, como YPF en Argentina o Petrobras en Brasil, den el primer paso con un plan de transición deberán por comenzar a invertir en nuevos proyectos de petróleo y gas.

“Los gobiernos pueden resistirse, pero los precios del petróleo y del gas acabarán bajando debido a una menor demanda y la región obtendrá menos dinero de sus exportaciones de combustibles fósiles. Tenemos que empezar a pensar en nuevos sectores, como el del hidrógeneto verde”, consideró Manuel Pulgar-Vidal, de la WWF.

Un escenario posible delineado por la Agencia Internacional de Energías Renovables de un sistema energético global coherente con el Acuerdo de París, el 93% de la electricidad de la región provendría de energías renovables en 2050.

Este resultado no solo limpiaría la red energética, también impulsaría la economía.

Fuente: Diálogo Chino

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Fecha de publicación: 15/06, 5:18 pm