Encontraron una forma que evitará que un glaciar gigante desaparezca y provoque una catástrofe mundial
Según una reciente investigación, la capa de hielo de la Antártida está retrocediendo a un ritmo más rápido que en décadas anteriores, lo que hace temer un colapso total.
Los científicos presentaron hallazgos alarmantes sobre el enorme glaciar Thwaites en la Antártida. Según los investigadores, el futuro de esta capa de hielo es “sombrío”.
Esta masa helada, que tiene un tamaño comparable al de Gran Bretaña, fue apodada el ‘Glaciar del Juicio Final’ debido al catastrófico impacto que su colapso podría tener en el planeta. Los científicos advierten que si el glaciar se derritiera, la consiguiente subida del nivel del mar podría afectar a cientos de millones de personas.
A pesar de esto, esta semana también se reportaron buenas noticias sobre el hielo marino. Las primeras pruebas de bombeo de agua de mar sobre la nieve en el Ártico canadiense demostraron que es posible aumentar el grosor del hielo.
El colapso del ‘Glaciar del Juicio Final’ sumergiría grandes zonas del planeta
La capa de hielo de la Antártida está retrocediendo a un ritmo más acelerado que en décadas anteriores, lo que suscita temores sobre un posible colapso total. Un equipo de científicos británicos y estadounidenses monitoreó el glaciar Thwaites desde 2018 y se reunió la semana pasada en el British Antarctic Survey (BAS) para presentar sus hallazgos.
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Este glaciar, que en algunos puntos supera los 2.000 metros de espesor, es uno de los más grandes y de mayor cambio en el mundo. Desde la década de 1990 hasta la de 2010, el volumen de hielo que fluye hacia el mar desde Thwaites y sus glaciares adyacentes se duplicaron.
La región en su conjunto, conocida como la bahía del mar de Amundsen, es responsable del 8% del aumento actual del nivel del mar en el mundo, que se sitúa en 4,6 milímetros al año. Según los investigadores, si el glaciar Thwaites colapsara por completo, el nivel del mar podría elevarse hasta 65 centímetros.
“El glaciar Thwaites lleva retrocediendo más de 80 años, con una aceleración considerable en los últimos 30, y nuestros resultados indican que su retroceso va a ser mayor y más rápido”, declaró Rob Larter, miembro de la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites (ITGC) que supervisa la capa de hielo y geofísico marino del BAS.
“Existe consenso en que el retroceso del glaciar Thwaites se acelerará en algún momento del próximo siglo”, añadió. “Sin embargo, también existe la preocupación de que procesos adicionales revelados por estudios recientes, que aún no están lo suficientemente bien estudiados como para incorporarlos a modelos a gran escala, puedan hacer que el retroceso se acelere antes”, agregó.
Los resultados indican que el glaciar Thwaites y gran parte de la capa de hielo de la Antártida Occidental podrían desaparecer en el siglo XXIII. Este glaciar es especialmente vulnerable, ya que su hielo se asienta sobre un lecho que se encuentra muy por debajo del nivel del mar y desciende hacia el interior de la Antártida Occidental.
Gracias a tecnologías avanzadas, como robots submarinos, nuevas técnicas de prospección y métodos innovadores para modelar el flujo del hielo y sus fracturas, los científicos adquirieron conocimientos valiosos sobre estos procesos.
Los primeros ensayos sugieren que se podría utilizar agua de mar para aumentar el grosor del hielo marino en el Ártico.
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Un ambicioso proyecto para incrementar el grosor del hielo marino en el Ártico canadiense tuvieron éxito en sus pruebas iniciales. A principios de año, la empresa británica Real Ice llevó a cabo pruebas de campo para bombear agua de mar sobre las capas de hielo.
El hielo marino del Ártico también se está derritiendo rápidamente debido al cambio climático, y los científicos pronostican que la región podría estar libre de hielo durante el verano en la década de 2030. Los investigadores de Real Ice buscan fortalecer las capas de hielo que son cruciales para la fauna polar y las comunidades inuit.
La empresa está probando técnicas de perforación del hielo hasta el océano y el bombeo de agua sobre la nieve. Esta agua llena las bolsas de aire en la nieve y se congela, transformándose gradualmente en hielo.
“Nuestro objetivo es demostrar que el engrosamiento del hielo puede ser efectivo para preservar y restaurar el hielo marino del Ártico”, declaró Andrea Ceccolini, codirector ejecutivo de Real Ice, a ‘New Scientist’.
Los ensayos de la empresa, realizados en colaboración con el Centro de Reparación del Clima de la Universidad de Cambridge, dieron como resultado 25 cm de crecimiento natural del hielo en su parte inferior.
“Los resultados de mayo confirman que, en efecto, se obtiene una tasa adicional de crecimiento de nuevo hielo marino por la parte inferior”, declaró a ‘New Scientist‘ Shaun Fitzgerald, director del Centro de Reparación del Clima.