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Innovación

Científicos argentinos desarrollaron la primera tintura textil de origen microbiana

Se trata acerca de Protiva, una startup nacional que está conformada por cinco jóvenes que se proponen como "la revolución en colorantes biodegradables".

Un equipo de científicos argentinos desarrolló «la primera tintura textil de origen microbiano» con el objetivo de mitigar el fuerte impacto ambiental de los colorantes sintéticos utilizados en telas y tejidos. Este avance se logra a través del cultivo de bacterias capaces de transformar residuos agroindustriales en tintes biodegradables de alta calidad, según explicó uno de los creadores a Télam.

Esteban Silva, director ejecutivo de Protiva, la startup formada por cinco jóvenes científicos para desarrollar este producto, afirmó: «Estamos trabajando en la creación de la primera tintura textil de origen microbiano», y destacó que se presenta como «una revolución en colorantes biodegradables».

El licenciado en biología molecular señaló que en la actualidad no existen colorantes de este tipo en el mercado, es decir, naturales, ecológicos y al mismo tiempo producibles a gran escala para satisfacer una demanda potencial de 11.000 millones de dólares anuales.

«Hasta ahora, la única alternativa natural a los colorantes sintéticos que puedes encontrar en el mercado son los derivados de plantas, que seguían la lógica utilizada antes de la Revolución Industrial para teñir la ropa», añadió.

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Prototipos de tintura

Protiva Bioinks tiene desarrollados los prototipos para cuatro colores de tintura «a escala de laboratorio» -rosa magenta, amarillo, violeta azulado y negro- y estiman que el producto podría comenzar a comercializarse en el mercado «dentro de tres años».

«Los colorantes que producimos tienen relación con lo que se busca en la industria textil. El negro obviamente se usa un montón, pero los otros tres son colores que tienen mucho contraste entre sí, que se encuentran ubicados en espacios distantes del (espectro) color y podés mezclarlos entre sí para lograr los tonos intermedios», dijo.

No hay blanco, en tanto, porque este color «en la industria textil no se obtiene a través de un colorante sino por un tratamiento que se hace a la fibra, que se llama blanqueamiento, para lo cual se usan químicos que no son colorantes».

Los cuatro prototipos de tintura se obtuvieron a partir de cuatro diferentes «bacterias naturales (no modificadas genéticamente), una para cada tono», las cuales fueron «aisladas en diferentes ambientes del territorio argentino» y cuyos nombres se excusó de dar por tratarse de «información sensible» de este proyecto.

Estos colorantes aún en estado líquido y con su versión sólida aún pendiente de elaboración para completar el prototipo, son capaces de teñir lana, algodón o poliéster; pero además son «de alta calidad» como tintes dado que son resistentes al sol, el roce y los lavados.

«Nosotros seleccionamos bacterias que tienen la capacidad natural de producir ese colorante y entonces las pensamos como fábricas (microrgánicas) que como insumo energético necesitan materias primas naturales de las cuales se alimentan -como pueden ser, por ejemplo, residuos de la agroindustria-, y que transforman en colorantes», dijo.

El científico explicó que estos compuestos «naturalmente tienen otras funciones» para las bacterias que los producen, «como defensa ante otros microorganismos o ante la exposición solar».

«Ahora con eso solo no tenés producto, para eso lo que nosotros hacemos es retirar el colorante de las bacterias. Es decir, lo separamos y lo purificamos a través de un proceso biotecnológico», agregó.

En el final de este proceso «nosotros nos quedamos con el tinte puro que es libre de bacterias y de restos de bacterias», y que «a partir de ahí es un producto químico» aunque de origen natural.

«Por un lado, trabajamos con bacterias seguras incapaces de provocar alguna infección en el ser humano; y, por otro, trabajamos en un laboratorio con toda la seguridad», dijo.

El biólogo comparó la obtención de estos tintes a partir de bacterias con otro «proceso biotecnológico» como es la fabricación de cerveza que a partir de la acción de otro organismo vivo -la levadura, que es un hongo- y un sustrato orgánico -como es la malta-, da como resultado una bebida alcohólica en lugar de un colorante textil.

«Los equipamientos que se suelen usar y los costos asociados son similares en ambos casos y por eso ese ejemplo sirve para explicar que la producción de este colorante se puede hacer en un espacio pequeño -al igual que como se hace la cerveza-, y se puede hacer en forma masiva», dijo.

Silva explicó además que «nosotros no buscamos vender solo colorantes para la industria textil, sino que nos abocamos a que estos colorantes no sólo cumplan con todos los estándares esenciales de la industria» sino que incluso «sean superadores en cuanto a esas cualidades», para lo cual ofrecen también «fórmulas de aplicación» para conseguir la mayor eficiencia del producto.

Fecha de publicación: 27/02, 5:07 pm