Un emprendedor argentino fabricó el primer carbón ecológico con residuos del arroz
En concreto, la empresa utiliza la cascarilla de arroz, abundante en la provincia de Corrientes, como materia prima. Este duplica el tiempo de ignición.
Comprometido con la responsabilidad social y la preservación del medioambiente, un argentino se embarcó en la misión de encontrar una forma ecológica de producir carbón.
Desde finales de 2018 a la fecha, el emprendedor argentino Fernando Cabrera ha trabajado incansablemente para hacer de cada asado un evento sostenible y así nació BrasUP.
Con BrasUP, Cabrera introdujo inicialmente una caja de carbón vegetal con autoencendido, y ahora suma un producto inédito en Argentina: el primer carbón ecológico del país.
El emprendimiento surgió con el objetivo de solucionar un problema común en los asados: encender el fuego. Para esto, Cabrera desarrolló una caja con carbón vegetal y un sistema natural de autoencendido, capaz de encender las brasas en tan solo 15 minutos.
Sin embargo, la entrada al mundo del carbón le hizo darse cuenta que la mayoría del carbón vegetal proviene de bosques nativos que raramente se regeneran.
//Mirá también: Argentina pone en marcha su primera fábrica de baterías de litio: qué promete abastecer
Con el único fin de cambiar esta realidad, BrasUP introdujo su carbón 100% ecológico, fabricado a partir de residuos orgánicos. En concreto, utilizan la cascarilla de arroz, abundante en Corrientes, como materia prima.
El proceso de producción consiste en carbonizar la cascarilla, triturarla, aglutinarla y extruirla, obteniendo así un producto de alta calidad, con un poder calorífico notable, durabilidad y una competitividad impresionante frente al carbón vegetal.
Este carbón ecológico, además de ser amigable con el medio ambiente, tiene ventajas significativas frente a su competencia. Por ejemplo, posee un poder calorífico superior al del carbón vegetal y duplica el tiempo de ignición.
La necesidad de generar carbón ecológico radica en el impacto negativo del carbón tradicional, la fuente de energía más contaminante y peligrosa del mundo.
Con este invento, la compañía BrasUP no solo quiere contribuir a la preservación del medioambiente, sino también establecer un negocio sustentable que no dependa de los árboles, un recurso que es escaso.