En Brasil, casi se duplicaron las multas por infracciones medioambientales
El organismo estatal impuso 6.140 infracciones a personas físicas y jurídicas. También cayó casi 70% en abril la deforestación.
En los primeros cuatro meses del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama) incrementó las sanciones contra las infracciones ambientales cerca de un 90% respecto al mismo período del último año de Jair Bolsonaro.
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El organismo impuso 6.140 infracciones a personas físicas y jurídicas, lo que representa un total de 1.591 millones de reales en multas (322 millones de dólares), 153 millones de dólares más que en los cuatro primeros meses de 2022, cuando se emitieron cerca de 3.950 sanciones.
Las multas son también muy superiores a las impuestas en el mismo período de años anteriores al 2022, señala la agencia de noticias Europa Press.
En 2021, se pusieron multas por valor de 550 millones de reales (112 millones de dólares) y en 2019 por 924 millones de reales (186 millones de dólares).
La sanción más cuantiosa de este 2023 corresponde a 15,5 millones de reales (3,04 millones de dólares) a la empresa ferroviaria Rumo Malha Oest, del grupo Cosa, propiedad del empresario Rubens Ometto, uno de los más importantes financistas de campañas electorales en 2022, detalla el diario O Globo.
Bolsonaro y los números de la deorestación
La tala de la Amazonia brasileña alcanzó sus cotas más altas de los últimos quince años en la administración de un Bolsonaro, al que se acusó de connivencia con los grandes ganaderos y agricultores responsables de esa deforestación.
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En sus primeros tres años de mandato se deforestaron unos 34.000 kilómetros cuadrados de selva, lo que provocó una condena unánime de la comunidad internacional, que optó por suspender la financiación del Fondo Amazonía, mecanismo sufragado especialmente por Noruega y Alemania.
Coincidiendo con la llegada de Lula da Silva, Noruega informó de que volvía a funcionar este fondo, que además contará ahora también con financiación de Reino Unido, tal y como se lo hizo saber su primer ministro, Rishi Sunak, al presidente brasileño en su visita a Londres para asistir a la coronación de Carlos III.
Durante la campaña presidencial que lo llevó al Ejecutivo, Lula mostró un compromiso con el medioambiente y reforzó el mensaje de que los asuntos ambientales serán neurálgicos en la política exterior.
Menos deforestación en Brasil
La deforestación de la selva amazónica de Brasil fue en abril un 67,9% menor que en el mismo mes de 2022, en el primer registro a la baja que se detecta desde que asumió el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, según datos del gubernamental Instituto Brasileño de Estudios Espaciales (INPE).
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El sistema satelital llamado Deter indicó que Brasil perdió en abril 329 kilómetros cuadrados de selva, contra los 1.026 kilómetros cuadrados del mismo mes del año pasado.
En el primer cuatrimestre del año se verificó una caída del 41% en la comparación interanual de la deforestación amazónica, pero un aumento del 14,5% en el Cerrado, el bioma conocido como la sabana brasileña, informó a Télam la oficina de prensa de la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva.
“No es posible, dada la escala del análisis y la nubosidad que interfiere con estas mediciones, asegurar que estos números sean definitivos. Sin embargo, constituyen una herramienta importante para planificar y mejorar las acciones para combatir la deforestación ilegal en estos biomas”, señaló un comunicado.
Los principales estados más afectados por la devastación de la selva son Amazonas, Pará y Mato Grosso, estos dos últimos los principales productores de la industria de la minería extractiva de hierro y de soja, respectivamente.
La deforestación está vinculada a los permisos otorgados por los estados, al avance ilegal de la actividad agropecuaria, así como la minería.
Un ejemplo es el aumento de las inspecciones contra la minería ilegal.
Según el ministerio, hubo 121 multas por deforestación ilegal impuestas por el gobierno de Lula entre enero y abril de este año, contra 71 en la administración de Jair Bolsonaro en 2022, un aumento del 70%
La lucha contra la minería en la Tierra Indígena Yanomami, invadida por más de 30.000 personas en busca de oro, quienes contaminaron con mercurio los ríos, fue uno de los focos de este inicio de gobierno.
Brasil tiene el 60% de la selva amazónica y promete terminar con la deforestación hasta 2030. Sin embargo, la caída de abril debe verse con cautela, según dijo a la prensa local Romulo Batista, portavoz de la organización ecologista Greenpeace Brasil para la Amazonia.
“Si consideramos el período fiscal de deforestación que determina la tasa oficial publicada anualmente, que va de agosto de 2022 a julio de 2023, este acumulado hasta abril, en comparación con años anteriores, es el más alto de la serie histórica iniciada en 2015, registrando 5.977 kilómetros cuadrados de alertas de deforestación”, aseguró.