Así funciona el Wall-E porteño que recorre 900 kilómetros de túneles bajo tierra
El robot mide 70 centímetros y puede recorrer hasta 500 metros sin necesidad de salir a la superficie. Cuenta con luz led y una cámara que gira 720 grados.
Al igual que en la película de Disney Pixar, la Ciudad de Buenos Aires tiene a su Wall-E. El objetivo de este robot es inspeccionar la red de desagües pluviales para detectar obstrucciones y fisuras.
El Wall-E porteño también se mueve a lo largo de 900 kilómetros de pasajes inaccesibles para el humano por los que circula el agua de lluvia. Gracias a la tarea de este pequeño robot, es posible descubrir obstrucciones y así evitar inundaciones en la ciudad.
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El robot porteño mide 70 centímetros y tiene cuatro ruedas a tracción. Esta tecnología le permite avanzar entre el barro y el sedimento de los desagües bajo tierra.
Para registrar lo que ve, en el frente lleva una lámpara led y una cámara que gira 720 grados, transmite en vivo y permite grabar video. Puede recorrer hasta 500 metros sin necesidad de salir a la superficie.
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Los movimientos del robot son dirigidos desde un camión, que cuenta con una cabina similar a la de un móvil de televisión. Allí, un operario del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la CABA lo maneja con una especie de joystick y monitorea las imágenes a través de una pantalla.
Los peligros con los que puede toparse el robot porteño van desde objetos que obstruyen un conducto hasta fisuras que requieren una reparación.
“Se hace un trabajo preventivo durante las 24 horas, los 365 días del año. Contamos con ocho robots que nos permiten pasar al menos una vez por mes por todos los sumideros. En algunas zonas que ya tenemos estipuladas como de mayor riesgo, pasamos dos o tres veces más”, explica Christian Parrone, gerente de Mantenimiento de la Dirección General del Sistema Pluvial.
“Primero se retira el sedimento o el agua que haya dentro del conducto y luego se usa agua a presión para extraer lo que haya quedado sin remover. Así se garantiza que el robot pueda circular por los desagües sin problemas”, detalla Parrone.
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El Wall E porteño también actúa en casos de emergencia. “Hace un tiempo teníamos un anegamiento en una avenida y no podíamos detectar cuál era el problema. Con el robot vimos que en un desagüe había un balde de pintura de 20 litros que estaba haciendo las veces de tapón. Lo extrajimos y quedó el conducto apto para que escurriera normalmente el agua”, ejemplifica Parrone.
Después de su inspección de los desagües, Wall-E regresa a la superficie y recibe un “baño” con una manguera y es guardado nuevamente para su utilización posterior.