Eternamente reciclable: ¿por qué las latas son un claro ejemplo de sostenibilidad?

La lata cumple 85 años y, lejos de envejecer, ha ido rejuveneciendo a pasos agigantados. Nació en 1935, en Estados Unidos. Una empresa de cervezas fue la que decidió lanzar la idea, convirtiéndola entonces en un envase novedoso. En sus orígenes, el peso de la lata era considerable y la apertura de la misma se efectuaba con el tradicional abrelatas.

Pero, poco a poco, este envase se fue adaptando a una sociedad en constante evolución que exigía más comodidad y atractivo. A día de hoy, la lata pesa la sexta parte de lo que marcaba en 1935. Con sus apenas 12,5 gramos, destaca por su ligereza y facilidad de apertura y, por si esto fuese poco, la lata es capaz de soportar una gran presión.

Tanto es así que, tal como explicó en Radio Voz Juan Ramón Meléndez, director general de la Asociación de Latas de Bebidas, un coche pequeño puede apoyarse sobre cuatro latas (una por cada rueda).

El director general de esta asociación abundó en el hecho de que se trata de un envase muy eficiente y muy bien pensado, constituyendo todo un ejemplo de sostenibilidad dada su eterna reciclabilidad. Tanto es así que el 80% de todo el metal extraído por la humanidad sigue estando hoy en uso.

El reciclaje de latas de bebidas también avanza a buen ritmo. En España, la tasa de reccuperación de este material se sitúa en el 86%, pero, tal y como indicó Juan Ramón Meléndez, “aspiran a llegar al 100%”.

Recordó que las latas, tanto de bebidas como de refrescos y de conservas, deben introducirse en el contenedor amarillo para asegurar su correcto reciclado.

“Desde que la depositamos en este recipiente hasta que se transforma en un nuevo producto, no transcurren más de dos meses”. Es por ello que “el principal yacimiento para fabricar nuevas latas de aluminio no está ni en África ni en ninguna mina, sino en los residuos de nuestros municipios. Aprovechémoslo”, subrayó.