En búsqueda de ciudades más eficientes: ¿cuáles son los principales retos para impulsar las smart cities?
Regulaciones, vehículos autónomos y empresas menos contaminantes, las claves de esta tendencia que marca el futuro de las grandes urbes.
Las ciudades inteligentes están creciendo en el mundo como una respuesta a distintos problemas sociales, como el calentamiento global, la falta de recursos fósiles y la sobre población de ciudades, sin embargo para tener una ciudad conectada y competitiva, se requieren de ciertos factores.
De acuerdo con la Encuesta Global de consumo automotriz de Deloitte, el 41% de los usuarios norteamericanos consideran un auto eléctrico como una opción para su siguiente compra de vehículo, un aumento del 29% con respecto a lo declarado en el año anterior.
“Los consumidores se han vuelto más informados y saben que este tipo de alternativas ya no es algo de ciencia ficción, sin embargo requieren de una certeza en el tema de infraestructura para considerar realmente su compra”, precisó en conferencia de prensa, Joe Vitale, líder del sector automotriz en Deloitte, durante un panel sobre competitividad económica en el CES 2020, en Las Vegas.
La encuesta también mostró sentimientos encontrados acerca de los vehículos autónomos, ya que el 48% de los consumidores estadounidenses dijeron que creían que no eran seguros y el 58% dijeron que no pagarían más por un automóvil con autonomía.
“Hasta la fecha, no se ha enfocado mucho en cuáles podrían ser las políticas y regulaciones para hacer más homogéneo el mercado de vehículos autónomos, y entonces los problemas morales asociados con las decisiones que el vehículo debe tomar cuando se coloca en una situación son inciertas para el usuario. Eso podría ser perjudicial para el pasajero o los peatones en la ciudad (…) Muchas preguntas aún deben abordarse y debe haber una asociación clara entre el gobierno, entre las ciudades, entre los responsables de las políticas, las compañías automotrices y las compañías de alta tecnología que proporcionan esas soluciones”, puntualizó Vitale
En el caso de las ciudades latinoamericanas, no se tiene una regulación clara al respecto, donde se incentiva el uso de vehículos autónomos o donde se tenga un plan de infraestructura eléctrica en la región, sin embargo la oportunidad es grande.
Un informe del programa de medioambiente de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) precisa que la descarbonización de la matriz energética y la electrificación total del sistema de transporte en 2050, podría evitar 1,100 millones de toneladas de dióxido de carbono en la región.
Además de este par de factores, Vitale considera que un plan que incentive a los usuarios a comprar un coche eléctrico será clave para las ciudades de América Latina y del mundo, pues la encuesta de la consultora aún apunta a una resistencia de parte del usuario por gastar más en este tipo de opciones.
Los consumidores esperan que ocurran estos cambios, pero no están dispuestos a pagarlos. Una opción es que los fabricantes de automóviles den un retorno de la inversión por gastar en esta tecnología, pero realmente lo que se requiere es de un ecosistema donde ciudad, empresas y gobierno se pongan en línea e incentiven a los usuarios
Otra de las claves que consideran los expertos de Deloitte está en la parte de talento especializado en áreas de automatización e innovación.
“En algunas áreas de América Latina el recurso humano es grande, pero se requiere que éste sea especializado, sobre todo para saber en qué invertir y en qué momento hacerlo”, puntualizó Vitale.
Deloitte calcula que serán necesarias inversiones en torno a 15,000 millones de dólares en modernización y actualización de la red -centros de transformación, subestaciones y redes de transporte- hacia 2030 para que la integración entre redes y automatización de ciudades sea una realidad, por ello las inversiones deberán realizarse de forma constante y eficiente.
El informe de la ONU, titulado Carbono Cero en América Latina y el Caribe, precisa que en la región ya se está invirtiendo en distintos corredores para generar energía eléctrica en las ciudades latinas, en el caso de México, San Luis Potosí y Puebla están uniendo esfuerzos para que esta infraestructura sea una realidad pero donde mayor atención se ha tenido es en Chile, pues se está buscando crecer el número de opciones eléctricas en el país.