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Por el cambio climático, 100 mil personas tuvieron que emigrar de Burundi

Save the Children advirtió que "el desplazamiento a causa de choques climáticos está sustituyendo ahora al desplazamiento por conflicto".

Los fenómenos asociados al cambio climático, especialmente las inundaciones a causa del aumento del nivel de las aguas del Lago Tanganica, desplazaron durante los últimos años a unas 100 mil personas en Burundi, denunció la organización Save The Children.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 115.981 personas viven internamente desplazadas en este país africano, donde un 83 % de ellas a causa del cambio climático.

Por este motivo, Save the Children advirtió en un comunicado que “el desplazamiento a causa de choques climáticos está sustituyendo ahora al desplazamiento por conflicto”.

Con el aumento del nivel de sus aguas, el Lago Tanganica, el segundo más profundo del mundo y dividido entre cuatro países -Tanzania, Zambia, República Democrática del Congo (RDC) y Burundi- destrozó hogares y granjas, y de esta manera la población tuvo que moverse hacia otra región.

La organización advierte que los niños se ven especialmente afectados por esta crisis, dado que, según los últimos datos de la OIM, los menores de un año representan un 7% del total de desplazados, mientras esta cifra asciende al 18 % cuando se trata de niños y niñas de uno a cinco años.

Según Save the Children, en el campo de desplazados de Gatumba (en el noroeste del país y al norte del lago), que acoge a unas 3000 personas, más del 80 % son menores, de los cuales la mayoría no pueden asistir al colegio y tienen acceso a una sola comida al día.

El calor aumenta, y las lluvias también

“Con el aumento del nivel del Lago Tanganica, vemos familias que antes tenían casas sólidas, todos los menores en el colegio y dos padres con trabajo, forzadas a vivir en tiendas de campaña, sin empleo, sin comida y con los niños teniendo que trabajar por un dólar al día para apoyar a sus familias”, denunció la directora de la organización para Burundi y Ruanda, Maggie Korde.

Citado por la OIM en julio, el director medioambiental de las autoridades burundesas para el lago, Gabriel Hazikimana, alertó que “si esto continúa en 2022, la destrucción será enorme, lo que requerirá un inventario del coste económico y humano para diseñar un plan de recuperación”.

Según datos del Instituto Geográfico de Burundi, la subida del lago es un fenómeno cíclico que ocurre entre cada 50 y 60 años, mientras las inundaciones de los últimos tiempos se atribuyen ampliamente al cambio climático.

Hazikimana explicó que, en años anteriores, “cuando el lago se elevaba, la lluvia se detenía y daba tiempo para que volviera a bajar” pero los últimos estudios apuntan a que “es probable que la temperatura en la región continúe aumentando, y esto podría significar más precipitaciones”.

Además, incluso si el agua desbordada retrocede de nuevo para regresar a sus límites originales, corre el riesgo de contaminarse al arrastrar residuos, de las letrinas por ejemplo, lo que podría tener consecuencias negativas para la salud de los menores que tienen que atravesar las aguas inundadas para ir al colegio.

Fuente: EFE

Fecha de publicación: 20/09, 5:04 pm