Científicos lograron convertir plástico en «algo impensado»
Un equipo de investigadores desarrolló un proceso innovador para integrar el plástico a ciclos naturales.
El plástico se convirtió en uno de los principales desafíos ambientales de la actualidad. Frente a la acumulación creciente de residuos, la búsqueda de soluciones sostenibles impulsa el desarrollo de tecnologías capaces de transformar estos materiales de forma eficiente y segura. En ese escenario, un equipo de investigadores australianos avanzó con un proceso innovador que permite convertir el plástico en una fuente de alimento para microorganismos.
La propuesta no solo apunta a mitigar el problema de los desechos plásticos, sino que también introduce nuevas formas de reutilización dentro de ciclos biológicos. De prosperar, este enfoque podría modificar de manera profunda la forma en que la industria concibe al plástico, integrándolo a procesos productivos más cercanos a los materiales de origen natural.
Convertir el plástico en alimento: cómo funciona la innovación australiana
El proyecto es liderado por el Bioplastics Innovation Hub (BIH) de Australia y se basa en el uso de microorganismos locales capaces de metabolizar residuos de carbono presentes tanto en restos orgánicos como en fragmentos de plástico. A partir de este proceso, los microbios producen PHA, un bioplástico biodegradable que, al completar su ciclo de vida, se descompone completamente sin dejar residuos tóxicos.
El esquema contempla varias etapas: la alimentación de los microorganismos con residuos orgánicos y plásticos, la conversión de esos materiales en bioplásticos PHA y, finalmente, la degradación del bioplástico en abono natural que se reintegra al ecosistema.
Si bien la investigación se desarrolla actualmente en Australia, el método presenta un potencial de aplicación global. Los bioplásticos obtenidos pueden adaptarse a distintos entornos -desde climas tropicales hasta zonas áridas o urbanas- lo que reduce la necesidad de transporte y favorece modelos de economía circular a escala local.
Las ventajas de transformar el plástico en alimento microbiano
Además de reducir la presión sobre vertederos y ecosistemas marinos, este sistema abre oportunidades para la generación de empleo en áreas vinculadas a la biotecnología y la innovación sostenible. También propone una nueva lógica para la producción de plásticos, basada en materiales diseñados para reintegrarse a la naturaleza sin impactos negativos.
Entre los principales beneficios del proceso se destacan la disminución de residuos plásticos, la producción de bioplásticos completamente compostables y la integración de la gestión de residuos dentro de esquemas de economía circular.
Regulación y respaldo institucional en Australia
El avance de estas tecnologías se enmarca en un contexto de reformas impulsadas por el Gobierno australiano, orientadas a mejorar la recuperación de envases plásticos y a fortalecer la economía circular. Las iniciativas incluyen mayores exigencias en reciclabilidad, la incorporación de contenido reciclado y un etiquetado más claro para los consumidores.
El Bioplastics Innovation Hub, lanzado formalmente en septiembre de 2024, articula el trabajo de Murdoch University, CSIRO y distintos actores de la industria. Su objetivo es desarrollar bioplásticos totalmente compostables a partir de residuos orgánicos, combinando investigación en microbiología, ingeniería bioquímica y biotecnología, formación de recursos humanos especializados y colaboración entre el ámbito académico, el sector productivo y la comunidad científica.
Estas acciones se alinean con la misión Ending Plastic Waste de CSIRO, que busca reducir en un 80 % los residuos plásticos para 2030, en sintonía con el compromiso asumido por Australia en el marco del tratado global de la ONU sobre la contaminación por plásticos.
