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Biodiversidad

Revelan por qué el océano tiene diferentes colores en distintos lugares

Esta diferencia no es casualidad ni un fenómeno misterioso: tiene una explicación según la ciencia. Detalles.

Quienes recorrieron distintas costas alrededor del mundo habrán notado que el color del océano varía de un lugar a otro. Esta diferencia no es casualidad ni un fenómeno misterioso: tiene una explicación científica basada en cómo la luz interactúa con el agua.

Expertos en ciencias naturales señalan que el color del mar está determinado principalmente por la profundidad del agua, la presencia de microorganismos, los sedimentos en suspensión y la intensidad de la luz solar. Todos estos factores influyen en cómo el agua absorbe y refleja la luz, dando lugar a una amplia paleta de colores, según explica el oceanógrafo de la NASA Gene Carl Feldman.

El océano cambia de color según determinadas características de cada región

En aguas profundas y cristalinas, como las del océano abierto, el mar suele presentar un tono azul oscuro o azul marino. Esto ocurre porque el agua absorbe las longitudes de onda más cálidas del espectro solar -como el rojo, el naranja y el amarillo- y refleja principalmente el azul, que penetra más profundamente.

Además, la vida marina también juega un papel importante. En zonas ricas en fitoplancton -microscopios organismos que realizan fotosíntesis-, el mar adquiere tonos verdosos. Esto se debe a la clorofila que contienen, la cual absorbe luz azul y roja, pero refleja la verde, tiñendo el agua de ese color característico.

Las zonas con alta productividad biológica, como los deltas de los ríos o los mares fríos, suelen mostrar colores particulares que reflejan la abundancia de nutrientes y vida marina en esas aguas.

En áreas costeras poco profundas o cerca de la desembocadura de ríos, el océano puede adquirir tonos marrones, grisáceos o incluso blanquecinos. Esto sucede cuando las corrientes arrastran sedimentos, arena o arcilla, lo que dificulta el paso de la luz a través del agua y altera su color. Las tormentas y el fuerte oleaje también pueden remover el fondo marino, volviendo el agua más turbia, sobre todo en días nublados.

La diferencia de color no es casualidad ni un fenómeno misterioso

Otro factor clave es la luz solar y el ángulo desde el que se observa el mar. La cantidad de luz que incide sobre la superficie y la perspectiva del observador influyen directamente en cómo percibimos el color del agua.

Durante el amanecer o el atardecer, por ejemplo, el mar puede lucir tonos dorados o anaranjados, mientras que en días grises o cubiertos suele verse apagado o grisáceo. La atmósfera, las nubes y las partículas en suspensión también juegan un papel en esta percepción visual.

El color del océano no es solo una cuestión estética: es también una valiosa fuente de información sobre su estado ecológico, su profundidad y la vida que alberga. Por eso, la ciencia lo estudia de cerca, usándolo como una herramienta para monitorear la salud de los océanos y detectar cambios relacionados con el clima y la biodiversidad.

Fecha de publicación: 23/04, 6:32 am