Así es el pueblo al lado del mar donde no existe la inseguridad y que queda cerca de Buenos Aires
En Marisol, el tiempo parece detenerse. Entre playas, médanos y bosques serenos, la tranquilidad no es solo un deseo, sino una realidad.
Durante la temporada de verano, miles de personas buscan un escape en los espejos de agua para refugiarse del calor, y como cada año, la Costa atlántica ofrece mucho más que solo eso. Si bien las grandes ciudades suelen ser el destino preferido por muchos argentinos en esta época, otros optan por alejarse del ruido y encontrar un lugar de calma. Aquí es donde entra en escena este pintoresco pueblo costero, rodeado de médanos, un río y el mar.
Marisol, un pequeño y encantador pueblo en el sur de la provincia de Buenos Aires, logró conservar su esencia intacta. En este rincón natural, el mar, el río, el bosque y las dunas se combinan para ofrecer el ambiente ideal para disfrutar en familia y reconectar con la naturaleza.
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Marisol se encuentra a 110 km de la ciudad cabecera y a 22 km de Oriente, justo frente al Mar Argentino y cerca de la desembocadura del Río Quequén Salado. Para llegar, hay que tomar la Ruta Nacional Nº 3 hasta el km 531, donde se toma el desvío hacia la Ruta Provincial Nº 108, que lleva a Oriente. Desde allí, se recorren 22 km por un camino consolidado hasta llegar a la costa.
Entre sus principales atractivos naturales se encuentran sus extensas y cálidas playas, que se extienden a lo largo de 50 km de costa sobre el Mar Argentino. Estas playas están acompañadas por un impresionante cordón de médanos blancos y áreas boscosas con eucaliptos, álamos, pinos y otras especies, creando un entorno de paz y belleza natural.
A pesar de su ubicación apartada, que podría hacer pensar que carece de servicios, Marisol sorprende por lo contrario. El pueblo cuenta con una población estable que se incrementa considerablemente durante la temporada alta. Además, ofrece todos los servicios necesarios para que los turistas disfruten de su descanso y recreación, con una variada oferta de alojamiento: casas, departamentos, complejos turísticos y campings con excelentes comodidades para quienes buscan una experiencia más cercana a la naturaleza.
Qué visitar si te cansas de la playa
Uno de los principales atractivos de Marisol es El Sinuoso, una antigua arboleda de eucaliptos que invita a recorrer el sinuoso camino que conduce a la villa balnearia. También se puede disfrutar del mirador panorámico, ubicado en un punto estratégico sobre un sendero de dunas, con cartelería informativa sobre la flora y fauna local. Desde allí, las vistas del mar y el río son realmente impresionantes.
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Otro lugar de interés es el Anfiteatro David Mathov, situado en la calle Uruguay entre Córdoba y Corrientes. Este espacio rinde homenaje a uno de los pioneros de Marisol, quien le dio su nombre. Durante los fines de semana de verano, el anfiteatro se llena de vida con espectáculos musicales en un entorno natural rodeado de árboles, que brindan una acústica excepcional.
Finalmente, no se puede dejar de visitar El Vimar, una playa situada sobre el Río Quequén Salado, a la que se accede por la calle Roberto Brunad. Este rincón es ideal para relajarse, practicar deportes náuticos o disfrutar de la pesca, ofreciendo una experiencia única en comparación con las playas del mar abierto.
Marisol es, sin duda, un destino que combina la magia de la playa con la serenidad de la naturaleza, convirtiéndolo en el lugar perfecto para aquellos que buscan escapar de lo convencional y sumergirse en un entorno incomparable.