Vacaciones eco-friendly sin romper el presupuesto: así son los «hoteles containers» que marcan tendencia este verano
Con un enfoque ecológico y un bajo impacto ambiental, se presentan como una opción innovadora y diferente. Desde El Bolsón hasta la costa de Mar Chiquita, cómo son y cuánto salen.
Con un pie en las fiestas de fin de año y a pocos días de que se termine el 2024, familias, parejas y grupos de amigos ya están planificando y hasta ultimando detalles para sus próximas vacaciones.
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Y aunque sin dudas el sempiterno Brasil este verano 2025 se posicionará entre los primeros lugares del “ranking” de los destinos internacionales más demandados por parte de los argentinos, hay otras experiencias a muchos menos kilómetros y mucho más sustentables que bien valen la pena experimentar en diferentes lugares de nuestro país.
Qué son los hoteles-containers y por qué son eco-friendly
Para quienes ya estén cansados de los hoteles tradicionales, los contenedores convertidos en alojamientos ofrecen una experiencia singular, en especial para los que buscan alternativas más ecológicas. Este tipo de arquitectura destaca por su rápida construcción, menor impacto ambiental y su enfoque sostenible, ya que muchas de estas unidades son contenedores marítimos reciclados.
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Inmersos en esas estructuras, para los amantes de la montaña y a menos de 2 horas de Bariloche, en la ciudad de El Bolsón hace siete años que nació Santuario Patagonia (José Hernández s/n); un complejo emplazado al pie del cerro Amigo que fue “craneado”, justamente, por dos amigos durante un viaje a México.
“Empezó con una casita, donde actualmente se encuentra la recepción y que funciona, a la vez, como salón de desayunos y espacio eventual de experiencias gastronómicas, y a la que, durante la pandemia, se le agregaron 5 tiny homes hechas a base de shipping containers, una casa del árbol, un camper, un domo y una casa alpina”, pormenoriza Alejandro Alberto Sánchez, dueño del establecimiento.
Cada unidad está equipada para 2 personas, desde los $50.000 diarios, o para 4, que parte de $70.000. Y viene con interiores revestidos en madera de pino, una ambientación sencilla ideal para aquellos que quieran relajarse sin demasiadas cosas: “La TV no existe, aunque sí hay muy buena señal de internet; contamos con hamacas, decks, balcones que favorecen la ventilación cruzada y bicicletas”, pormenoriza.
En pro de la sustentabilidad, en Santuario Patagonia aprovechan el agua de las vertientes naturales del cerro, separan los residuos y ahorran energía con termotanques ecológicos importados que garantizan un consumo reducido de luz y agua. Asimismo, trabajan en conjunto con asociaciones protectoras de perros y gatos callejeros, de manera que el 10% de las ganancias del lugar se destinan a esta obra.
Hoteles containers sustentables, con vista al mar
En Mar Chiquita el concepto de alojamiento, aunque funcional como tal, se convierte en algo de mayores dimensiones de la mano de un barrio cerrado rodeado de naturaleza. Los Teros (Av. Automóvil Club 1510) fue idea de un inversionista que trajo el proyecto de las casas container desde los Estados Unidos, donde ya se viene implementando hace tiempo.
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Así empezaron a fabricar contenedores porque la construcción tradicional era más lenta y costosa. “Todos los meses, terminamos una casa; si alguien la compra, se la entregamos, unos días queda en stock, y si no la instalamos en el barrio”, detalla Juan Pablo Viciconte, el gerente del emprendimiento.
Las primeras unidades estuvieron listas en 2018, son prototipos de 60 y 90 m2, que llevaron más tiempo. “Algunos años se vendió bastante, pero otras se fueron juntando. Empezamos a explotar una unidad de negocios de turismo con un container y dos viviendas por Booking y redes”.
El barrio hoy tiene un complejo de 10 containers de 30 m2 para 4 personas sobre contenedor marítimo cuyo precio por noche parte desde 70 dólares. Todas las unidades tienen la iluminación, Internet, TV smart, conexión USB alimentados con energía solar, baño y cocina completos, barra desayunadora con cuatro banquetas, sofá cama para dos personas, dormitorio con cama de 1,60 x 1,90, vestidor, toallas, sabanas y frazadas, calefactores, ventiladores y hasta juegos de mesa.
El complejo, por otra parte, posee una pileta de uso compartido y un salón con metegol, ping-pong y baños con duchas. En adición, son pet-friendly, cuentan con una huerta y abastecen gran parte del consumo eléctrico del predio con paneles solares.
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También en zona costera, pero a una distancia de más de 150 kilómetros, en Quequén, aparece una alternativa de hospedaje con similares características. Al igual que en el juego del Jenga, donde cada pieza está cuidadosamente posicionada, Container Cubo Hotel (Calle 504 Nº 2201) invita a otras andanzas.
Diseñado con 6 contenedores HC de 12 metros de largo, con menos del 3% de PVC o plásticos, materiales reciclados y un impacto mínimo en el terreno, el hotel incorpora termotanques solares y paneles para iluminación LED. Sus 8 habitaciones dobles y triples (tres de ellas con cocina completa) a tan solo 90 metros del mar provocan que “los huéspedes se olviden dónde están», asevera Emmanuel Fernández, diseñador y cerebro del proyecto.
Con un valor por noche que durante la temporada estival oscila entre los $75.000 y $100.000, aparte cuentan con jardín con parrillas donde “coexiste la filosofía de autosustentabilidad y cuidado del medio ambiente”. Y, en honor a su ubicación, ofrecen actividades para “explorar el mar”, con salidas en velero, clases de surf o sesiones de yoga frente al océano.