Una provincia argentina prohibió el uso del glifosato y promueve los bioinsumos
Se aprobó por unanimidad en Diputados de Misiones y se estableció un período de dos años para que los productores abandonen este producto.
Con unanimidad, la Cámara de Diputados de Misiones prohibió en dos años la utilización del glifosato y otros agroquímicos, a la par que promueve con varias líneas de acción la producción de bioinsumos para reemplazar al agronómico.
“Se prohíbe la utilización del glifosato, sus componentes y afines en toda la provincia. Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos años desde su publicación oficial a los efectos de una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos”, dijeron.
A pesar de haber sido aprobado por unanimidad, la oposición cuestionó el artículo número 7 que establece el plazo de dos años para su puesta en vigencia.
“El glifosato es un veneno y ya es tiempo de erradicarlo”, señaló Rafael Pereyra Pigerl, diputado provincial y titular de la Comisión de Recursos Naturales de Diputados, que confeccionó el dictamen favorable a la norma en 2022.
Cabe destacar que en Misiones, el glifosato se usa principalmente en los cultivos de té, yerba y tabaco, así como en producción frutihortícola.
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En 2015, un documento del Centro Internacional de Investigación del Cáncer (CIAR), un organismo de la Organización Mundial de la Salud, catalogó al glifosato como “probablemente cancerígeno”.
Sin embargo, fue un ida y vuelta, porque un año después, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) consideró ese riesgo es “poco probable”.
Marco legal
La norma se destaca por su aspecto positivo: la promoción de insumos orgánicos en reemplazo del químico y sus formulaciones. “Se han evaluado diferentes preparados en varios cultivos con resultados positivos, comprobando que el uso de bioinsumos puede generar mejoras en el rendimiento y efectos estimuladores del crecimiento en las plantas estudiadas”, comentaron.
“Además, son de bajo costo para el control de plagas y enfermedades y tienen menor riesgo de contaminación ambiental porque se fabrican con sustancias biodegradables y de baja o nula toxicidad, ya que cientos de microorganismos benéficos pueden contribuir al control biológico de plagas de plantas o animales, o incluso a mejorar la productividad de los cultivos a través de su incorporación en suelos y partes de la planta como los bioinoculantes, todo esto sumado a que representa una oportunidad para cientos de pequeños productores”, argumenta la Ley.