Un pueblo con 300 personas en Suiza quedó sepultado por un desprendimiento de rocas
Los residentes ya habían sido evacuados hace unos diez días antes de que un glaciar se derrumbara.
Un deslizamiento glaciar ocurrido este miércoles 28 de mayo en el sur de Suiza dejó una persona desaparecida y causó serios daños en el pequeño pueblo de Blatten, que ya había sido completamente evacuado la semana pasada debido al alto riesgo que representaba la situación, según informaron las autoridades locales.
“Hoy perdimos el pueblo, pero no nuestro corazón”, expresó el alcalde de la comunidad, compuesta por unos 300 habitantes, antes de la evacuación preventiva.
El colapso se produjo alrededor de las 15:30 (13:30 GMT) en la zona del glaciar de Birch, según comunicaron los equipos de emergencia del cantón de Valais. Hasta el momento, se confirmó la desaparición de una persona, aunque no se brindaron mayores precisiones.
Gran parte de las viviendas del pueblo resultaron destruidas, confirmó Jonas Jeitziner, responsable adjunto de información del servicio regional de gestión de urgencias, en declaraciones a la agencia de noticias Keystone-ATS. El deslizamiento del glaciar, aunque previsto desde hacía varios días, se produjo con una fuerza devastadora.
Imágenes difundidas en YouTube muestran enormes masas de hielo y rocas descendiendo por la montaña que domina el valle donde fluye el río Lonza, en cuya ladera se encuentra el pueblo afectado.
La violencia del fenómeno fue tal que el alud logró continuar su curso incluso por la montaña opuesta, al otro lado del valle. Los primeros desprendimientos significativos se registraron entre la noche del martes y la madrugada del miércoles.
Según explicó Raphaël Mayoraz, responsable cantonal de gestión de riesgos naturales, alrededor de tres millones de metros cúbicos de rocas se precipitaron de golpe sobre el glaciar, arrasando con todo a su paso en el valle.
“Es un hecho verdaderamente excepcional. No tenemos antecedentes en la historia reciente de algo similar; ahora todo ha colapsado”, advirtió. En la misma línea, Albert Rösti, consejero federal a cargo del área de Medio Ambiente, calificó el evento como “extraordinario”.