¿Transición energética en peligro? El despliegue de GNL por u$s 123 mil millones pone en jaque a América Latina
Las nuevas inversiones en infraestructura podrían generar más riesgos económicos y ambientales que beneficios, según un informe de Global Energy Monitor.
Una serie de nuevas terminales de GNL y gasoductos pone en jaque la transición energética en América Latina, según un informe de Global Energy Monitor.
En un contexto global donde la transición energética es cada vez más urgente, México y Argentina están impulsando significativas adiciones a su capacidad de exportación de gas natural licuado (GNL), con la ambición de posicionar a América Latina y el Caribe (LAC) como una región clave en este mercado.
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La expansión planificada en México, que se basa en gran medida en la cuenca pérmica de los Estados Unidos representa una inversión de 54,3 mil millones de dólares y se posiciona como el tercer proyecto de GNL más grande del mundo, con una capacidad total de 73,6 millones de toneladas por año (mtpa).
Por su parte, Argentina contempla una terminal de GNL de 30 mtpa, valorada en 30 mil millones de dólares, considerada una de las mayores instalaciones de exportación en su tipo.
Por qué la transición energética está peligro
Sin embargo, esta ambición de expansión enfrenta críticas. Según el informe de Global Energy Monitor, la proliferación de nuevas terminales de GNL y gasoductos en la región «podría dejar a América Latina con activos costosos e inoperantes, al tiempo que aumenta su vulnerabilidad a la volatilidad de los precios de la energía», señalaron en un comunicado de prensa.
Con un total estimado de 123,6 mil millones de dólares en nuevas inversiones en terminales para la exportación e importación de GNL, los principales países involucrados son México, Argentina y Brasil. A pesar de la promesa de desarrollo económico, los nuevos proyectos corren el riesgo de convertirse en activos abandonados si las naciones cumplen con sus propios objetivos climáticos.
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Robert Rozansky, analista global de GNL en Global Energy Monitor, advirtió que el despliegue masivo del GNL podría imponer una carga significativa sobre comunidades, medio ambiente y economías en toda la región.
«Dado que América Latina ya cuenta con una de las matrices energéticas más limpias del mundo, una apuesta más inteligente sería aprovechar su vasto potencial eólico y solar», señaló. En este sentido, a medida que la COP16 en Colombia destaca la importancia de la transición energética, los países de la región tienen la oportunidad de repensar su enfoque hacia la inversión en infraestructura de GNL y priorizar el desarrollo de energías renovables para un futuro más sostenible.