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Tesla dejó de construir cargadores para vehículos eléctricos, ¿quién lo hará ahora?

La compañía liderada por Elon Musk dio marcha atrás con su agresiva estrategia de construir estaciones de carga para vehículos eléctricos.

La semana pasada, Elon Musk, CEO de Tesla, sorprendió a competidores, proveedores y empleados al dar marcha atrás en su agresiva estrategia de construir estaciones de carga para vehículos eléctricos en Estados Unidos, una de las principales prioridades del gobierno del presidente Joe Biden.

La decisión de Musk de despedir a los 500 miembros del equipo encargado de instalar estas estaciones y de reducir drásticamente la inversión en nuevas infraestructuras dejó perpleja a la industria y planteó dudas sobre si habría suficientes cargadores públicos para satisfacer la creciente demanda de vehículos eléctricos. Ahora, la responsabilidad recae en otras empresas de carga, y surgen interrogantes sobre su capacidad para construir lo suficientemente rápido como para abordar la escasez que podría estar desalentando a algunas personas de comprar autos eléctricos.

Dado que Tesla posee la red de carga más extensa en Estados Unidos, su decisión tiene un impacto significativo en la percepción del público sobre los vehículos eléctricos.

“Indudablemente, hay un componente psicológico”, señaló Robert Zabors, socio principal de la consultora Roland Berger. “La disponibilidad y la fiabilidad son fundamentales para la adopción general de los vehículos eléctricos”, agregó.

El cambio repentino de dirección por parte de Tesla, apenas unos días después de informar a los accionistas sobre su plan de expandir “rápidamente” su red de recarga, conocida como Supercharger, es probable que retrase la construcción de cargadores rápidos, los cuales se concentran a lo largo de las dos costas y en partes de Texas.

Wildflower, un desarrollador inmobiliario de Nueva York, estaba a punto de cerrar un contrato de arrendamiento con Tesla para construir un centro de recarga cerca de la intersección de las autopistas interestatales 278 y 495 en Queens. Sin embargo, Adam Gordon, socio gerente de la firma, recibió un mensaje de texto del ejecutivo de Tesla con el que había estado trabajando.

Según Gordon, el gerente de Tesla le informó: “Oye, me despidieron a las cuatro de la mañana y a mi jefe también”. “Esa fue la única comunicación que recibimos de Tesla”, agregó Gordon.

Es probable que otra empresa de recargas se encargue del sitio, el cual tiene permiso para obtener electricidad, señaló Gordon. Sin embargo, es inevitable que la retirada de Tesla demore el proyecto.

Ninguna otra compañía tiene tanta experiencia y habilidad como Tesla a la hora de instalar estaciones de recarga, las cuales van desde un grupo de enchufes en la esquina de estacionamientos hasta decenas de ellos en lugares específicos, a menudo a lo largo de autopistas.

La automotriz es responsable de 25.500 de los 42.000 cargadores rápidos instalados en Estados Unidos, según datos del gobierno federal. El periodo en el que un cargador rápido puede recargar por completo la batería de un auto eléctrico va de 10 minutos o una hora, depende del auto y el cargador. Hay unos 132.000 cargadores públicos más lentos que pueden tardar entre 8 y 12 horas en completar la recarga de los autos eléctricos.

Tesla empezó a construir sus estaciones Supercharger en 2012 con el fin de ofrecerles un lugar para recargar en sus viajes por carretera a los dueños del sedán Model S. Quienes compraron su modelo anterior, el deportivo Roadster, recargaban en su mayor parte en casa.

Es posible que otras empresas no puedan construir cargadores tan rápido o tan barato como Tesla, señaló Daniel Bowermaster, gerente sénior de transporte eléctrico en el Instituto de Investigación de Energía Eléctrica, un grupo sin fines de lucro en Palo Alto, California, donde alguna vez estuvo la sede de Tesla.

“Hay una oportunidad significativa, casi sin importar lo que haga Tesla”, afirmó Bowermaster. “El mercado se encargará de eso. ¿Cómo lo hacen de manera oportuna y rentable?”.

No obstante, según algunas personas de la industria, no se extrañará tanto a Tesla como habría ocurrido hace unos años. Los subsidios públicos y el capital privado están impulsando un aumento en la construcción de cargadores que no depende de Tesla: la cantidad de cargadores rápidos públicos en Estados Unidos aumentó en casi 11 mil, alrededor del 36 por ciento, de abril de 2023 a abril de 2024.

“La experiencia de la recarga pública va a ser cada vez más fácil”, comentó Peter Slowik, experto en automóviles del Consejo Internacional de Transporte Limpio, una organización de investigación. “No creo que el mercado de la recarga ni el de los vehículos eléctricos se ralenticen por culpa de Tesla”.

Tesla fabrica el equipo de recarga para las estaciones Supercharger en una fábrica de Búfalo, Nueva York, lo cual era necesario hace unos años, cuando no había muchos proveedores. Desde entonces, muchas empresas han empezado a vender equipos de recarga y la tecnología se ha estandarizado.

El año pasado, casi todas las grandes automotrices que venden sus vehículos en Norteamérica accedieron a usar el enchufe de recarga que desarrolló Tesla a partir de 2025, para reducir la complejidad. Los autos eléctricos de Europa y China dependen de normas distintas de las que usa Tesla en Norteamérica.

La retirada de Tesla “es un paso normal de una profesionalización del mercado”, opinó Jörg Heuer, director ejecutivo de EcoG, una empresa de Múnich que suministra software de recarga.

Musk no explicó sus motivos para recortar el gasto en la construcción de cargadores, pero, según algunos analistas, es probable que haya llegado a la conclusión de que iba a ser más difícil ganar dinero de la recarga conforme más empresas entren al mercado.

Tesla no respondió a una solicitud para ofrecer comentarios.

Fuente: The New York Times

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Fecha de publicación: 08/05, 7:24 am