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Salud

Revelaron el mayor secreto de la vitamina B1, que es clave para el metabolismo de las personas

Hasta ahora, se desconocía cómo este compuesto orgánico cumplía su función biológica en el cuerpo humano.

La vitamina B1, o tiamina, se encuentra en alimentos como arvejas, frijoles, cereales integrales y algunas carnes de órganos. Su función principal es ayudar al cuerpo a descomponer los azúcares de los alimentos para transformarlos en energía. Sin embargo, durante mucho tiempo los científicos no comprendían con exactitud cómo se desarrollaba este proceso esencial en el metabolismo humano.

Recientemente, un grupo de investigadores logró descubrir, con evidencia sólida, uno de los mayores misterios de este compuesto vital para el organismo.

Investigadores encontraron evidencias claves para el desempeño de la vitamina B1

En 1958, el químico Ronald Breslow propuso que la vitamina B1 desempeñaba un papel clave en el metabolismo al formar una estructura molecular llamada carbeno. El desafío con esta teoría radicaba en que los carbenos son compuestos extremadamente inestables y tienden a descomponerse de inmediato en presencia de agua, lo que parecía incompatible con el ambiente acuoso del cuerpo humano.

No obstante, un equipo de científicos liderado por la Universidad de California en Riverside (UC Riverside) consiguió estabilizar un carbeno en agua durante varios meses dentro de su laboratorio. Este hallazgo, publicado en la revista Science Advances, marca un avance significativo en la comprensión del papel de la tiamina en el cuerpo humano.

Por primera vez, los científicos lograron observar un carbeno estable en agua, según informó Vincent Lavallo, autor principal del estudio y miembro de la Universidad de California en Riverside. “Muchos pensaron que era una idea descabellada. Pero resulta que Breslow tenía razón”, afirmó.

El avance fue posible gracias a la creación, en laboratorio, de una molécula protectora que actúa como una “armadura” alrededor del carbeno, preservándolo intacto. Esta estructura fue confirmada mediante imágenes de alta resolución.

Con algunos ajustes químicos adicionales, los investigadores lograron que esta envoltura mantuviera al carbeno estable en un entorno acuoso durante hasta seis meses. Este descubrimiento sugiere que los carbenos podrían ser biológicamente viables y que la vitamina B1 tal vez adopte esta forma para cumplir sus funciones metabólicas en el cuerpo.

Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, la deficiencia de vitamina B1 puede causar beriberi, una enfermedad que afecta el corazón, el sistema nervioso y el aparato digestivo. Sin embargo, un exceso de esta vitamina podría favorecer el crecimiento acelerado de células cancerosas.

Los autores del estudio creen que este hallazgo tiene un gran potencial para la industria. La capacidad de estabilizar carbenos en agua permitiría sustituir solventes tóxicos en diversas reacciones químicas, abriendo la puerta a procesos más sostenibles para fabricar medicamentos, combustibles y otros productos.

La vitamina B1 se encuentra en alimentos como arvejas, frijoles, cereales integrales y algunas carnes de órganos

“El agua es el disolvente ideal: es abundante, no tóxica y respetuosa con el medio ambiente”, explicó Varun Raviprolu, químico de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y primer autor del artículo. “Si logramos que estos potentes catalizadores funcionen en agua, estaremos dando un gran paso hacia una química más verde”.

Curiosamente, los investigadores no se propusieron comprobar la teoría de Breslow. Su enfoque original era estudiar la química de moléculas reactivas en general, lo que convierte este descubrimiento en otro ejemplo de cómo la ciencia puede avanzar gracias a hallazgos inesperados surgidos de la investigación profunda.

El estudio también sirve como un recordatorio de no abandonar una idea prometedora, incluso después de casi seis décadas. Aunque aún hay mucho que explorar, como por qué la protección adicional de la molécula parecía reducir su reactividad, es evidente que la predicción de Breslow estaba en lo cierto. “Existen otros intermediarios reactivos que nunca hemos logrado aislar, como este”, señala Lavallo. “Usando estrategias protectoras como la nuestra, finalmente podremos observarlos y aprender de ellos”.

Solo hace 30 años, la gente pensaba que estas moléculas ni siquiera podían ser creadas. Ahora podemos ‘embotellarlas’ en agua.

Fecha de publicación: 01/05, 12:05 pm