Productos compostables: ¿Qué empresas están innovando en este camino?
Una práctica que comienza en el hogar y llega a las empresas.
Consumo masivo y cosmética son algunos de los sectores que están incorporando materiales biodegradables para cuidar el ambiente
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) la práctica del compostaje es una de las mejores opciones para manejar los desechos orgánicos y reducir los impactos ambientales.
A través de esta práctica, se puede reducir la dependencia de químicos, ayudar a recuperar la fertilidad del suelo, mejorar la retención de agua y la llegada de nutrientes a las plantas.
De esta manera, al reducir el desperdicio de productos orgánicos, como restos de alimentos, papel, cartón, el compostaje también ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
En este sentido, la creación de productos compostables y su reemplazo por aquellos plásticos de un solo uso, puede evitar mayor generación de residuos y colaborar con el cuidado del ambiente.
Por ello, desde Economía Sustentable dialogamos con tres empresas que han comenzado a desarrollar estos materiales, escuchando los cambios de hábitos de consumidores más consientes.
Ecovio: polímero compostable
“Ecovio es un polímero compostable certificado con contenido de base biológica”, detalla Marcelo Rosa, responsable de Poliuretanos para la Construcción Sustentable de la unidad Materiales de Performance de BASF. Este bioplástico tiene como principales áreas de uso las películas de plástico como bolsas de residuos orgánicos, bolsas de frutas y verduras, bolsas de transporte con doble uso (primero para compras, luego para residuos orgánicos) o películas agrícolas.
Como parte de su elaboración, este material posee un alto contenido de materias primas renovables, como el PLA (poliácido láctico) del almidón de maíz, ofreciendo una huella de carbono reducida. “Asimismo, permite un uso eficiente de los recursos mediante la descomposición de los residuos orgánicos y el ahorro de recursos escasos, como los fosfatos para la fertilización del suelo, que pueden ser reemplazados por el compost obtenido”.
Además, se pueden producir las soluciones de envasado compostables, como el recubrimiento de papel, las películas retráctiles y de encogimiento, así como el moldeo por inyección y los productos
termoformados.
Con respecto al avance para su desarrollo masivo, Marceo Rosa, informa que el desafío es estimular y promover este tipo de tecnologías, que son el futuro del plástico y la ecología del planeta. “Existe mucha errónea respecto a las características propias que tiene un producto, y cuándo no lo es. Por ejemplo, para que se genere el compostaje de Ecovio de BASF, es necesario un ambiente que contenga humedad, CO2 y bacterias, de lo contrario, sin esos factores que se encuentran en las plantas de compostajes, no obtenemos el resultado deseado”, explica.
A nivel comercial, destaca que en BASF aumentó la venta de Ecovio, “motivo que nos invita a pensar que el mercado está demandando nuevas tecnologías sustentables y elementos compostables como el que producimos”.
Asimismo, agrega que el público “lo recibe con mucho entusiasmo ya que las nuevas generaciones son cada vez más conscientes del cuidado que debemos tener con nuestro planeta”, concluye Rosa.
Cuchara biodegradable
Recientemente el Grupo HZ, lanzó al mercado la primera cuchara en cartulina reciclable y biodegradable. Mientras que una cuchara de plástico tarda más 400 años en degradares la cuchara Biohz se degrada de 12 a 18 meses.
“Con la línea Biohz nos enfocamos en desarrollar y fabricar productos innovadores, funcionales, disruptivos, reciclables, amigables con el medio ambiente y a precios competitivos”, explica Santiago Villagra, gerente comercial del Grupo HZ. Así, comenzaron por la cuchara, porque dentro de la línea de cubiertos es el producto que tiene más uso y consumo en la vía pública.
Para su elaboración, el departamento de desarrollo de maquinarias creó una máquina especial automática para el formado y pegado de la cuchara. Este proceso, entre diseño y el desarrollo de la maquinaria, fue el trabajo de casi un año, logrando una cuchara apta para el contacto directo con todo tipo de alimentos y temperaturas. Además, no tiene blanqueadores y posee un tratamiento antihumedad y antigrasa.
En cuanto a los desafíos, James MacDonald, responsable de innovación y desarrollo del Grupo Hz, indica que el principal reto es entender la razón de ser del producto, qué se espera de él más allá de su . “En este caso, se buscaba desarrollar una cuchara sustentable, lista para usar, que no precise armado y que no modifique el hábito del consumidor. Conocemos las trabas culturales y el esfuerzo que puede implicar el cambiar un hábito de consumo. Buscamos el diseño óptimo para salir al mercado con una propuesta de cuchara que sea fácilmente aceptada por todos”.
Mientras que, en lo productivo, el desafío estuvo en la creación de una máquina desarrollada especialmente que permite el formado de las cucharas, habilitando así su fabricación y comercialización en forma masiva.
Por último, desde su lanzamiento ha respuesta del público es muy buena. “La mayoría se sorprende con el hecho de utilizar un material biodegradable en contacto directo con líquidos y que no cambie su composición. Lo perciben como un producto novedoso, ya que son las primeras cucharas de cartulina en el mercado local”, afirma MacDonald a Economía Sustentable.
Bambú como alternativa
Acompañando la tendencia de que cada vez más hogares se suman al compost, surgen productos que antes se desechaban y hoy pueden compostarse como los cepillos dentales. “Los cepillos de bambú para quedarse como una opción interesante frente al plástico que no solo no es compostable sino que es uno de los residuos más contaminantes”, asegura Michael Levy, CEO de la marca de cosmética e higiene Sri Sri Tattva que desde el año pasado cuenta con su propia línea de cepillos Sudanta para adultos y niños.
“El bambú es altamente renovable: se reproduce rápidamente sin causar agotamiento ni degradación de los suelos y para su cultivo no se necesita el uso de fertilizantes, herbicidas y no requiere riego. Incluso, puede capturar un 30% más rápido el CO2 de la atmósfera que otras plantas y su madera es antibacterial, resistente y duradera”, explica el en Argentina de Sri Sri Tattva.
Estos cepillos son 97% biodegradables y 3% reciclable. Una vez que finaliza su vida útil, se debe quitar las cerdas que deben depositarse en el cesto de reciclables y dejar el mango para la compostera. En total tarda 180 días en degradarse.
En cuanto al impacto de la industria cosmética, Levy indica que “Es muy importante que poco a poco vayamos tomando conciencia de que los plásticos dañan muchísimo al ambiente, desde el momento en que se desechan en el tacho de basura y de pasan a formar parte del resto de los residuos. Incluso muchas veces por acción del viento o de corrientes de agua pueden terminar en ríos y llegar hasta el océano, dañando a las especies”.
Para finalizar, añade que, en este camino, “la población ha expresado su deseo de una opción más sustentable”.