Marfrig quiere reconvertir residuos orgánicos en energía eléctrica sostenible y contribuir con el medioambiente
La compañía avanza en sus metas de sustentabilidad a través de una alianza que le permite valorizar energéticamente su principal residuo orgánico en San Luis.
Marfrig, empresa líder a nivel mundial en la producción de hamburguesas y una de las principales productoras de carne vacuna del planeta, junto a Bioeléctrica, está llevando a cabo un innovador proyecto en su planta de Villa Mercedes, San Luis.
En conjunto con la empresa líder en desarrollo de plantas de biogás para el aprovechamiento energético y la descarbonización, Marfrig quiere convertir sus residuos orgánicos en una fuente de energía eléctrica sostenible, capaz de abastecer el consumo anual de 190 familias.
Desde su inicio en agosto de 2022, el proyecto tiene como objetivo contribuir significativamente a la reducción del cambio climático mediante la reutilización del rumen, su principal residuo orgánico.
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Este residuo es empleado como sustrato para la generación de biogás, un valioso combustible renovable que, a su vez, se utiliza para la producción de energía eléctrica de manera sostenible y respetuosa con el medioambiente.
“Esta iniciativa significa otra enorme apuesta de Marfrig a la economía circular”, afirma Ignacio Alegro, Gerente de Medio Ambiente de Marfrig Argentina.
“Como actores relevantes de la industria creemos que es fundamental que llevemos adelante proyectos junto a socios estratégicos que nos permitan reafirmar nuestro compromiso con la reducción de los GEI (gases de efecto invernadero), valorizando energéticamente nuestro principal residuo orgánico y produciendo de una manera más sostenible”, agrega.
La compañía lleva recicladas más de 4300 toneladas de rumen, que equivalen a la generación de 556.140 KW de energía eléctrica que es inyectada en el sistema de distribución eléctrica de Villa Mercedes, aumentando la oferta de esta energía proveniente del tratamiento de residuos.
Qué son los residuos orgánicos
Los residuos orgánicos, también conocidos como residuos biodegradables, son una parte fundamental de nuestra vida cotidiana y tienen un impacto significativo en el medio ambiente. Estos residuos provienen de materiales de origen biológico, como restos de comida, desechos de jardín y productos de papel. Aunque pueden descomponerse naturalmente, su manejo adecuado es esencial para minimizar su impacto negativo.
La separación y el compostaje de residuos orgánicos son prácticas clave para abordar este problema. Al separar los residuos orgánicos del resto de la basura, se crea la oportunidad de convertirlos en compost, un valioso fertilizante natural. El compostaje implica la descomposición controlada de estos residuos, permitiendo que se conviertan en un material rico en nutrientes para enriquecer el suelo. Esto reduce la necesidad de fertilizantes químicos y mejora la calidad de la tierra, promoviendo un ciclo sostenible en la producción de alimentos.
Sin embargo, cuando los residuos orgánicos se descartan incorrectamente en vertederos, se convierten en un problema. La descomposición anaeróbica (sin oxígeno) de estos residuos en vertederos produce metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono en términos de calentamiento global. Este gas contribuye al cambio climático y agrava sus impactos.
Además del compostaje, la tecnología también ofrece soluciones innovadoras para gestionar los residuos orgánicos. La digestión anaeróbica es un proceso en el que los microorganismos descomponen los residuos orgánicos en ausencia de oxígeno, produciendo biogás como subproducto. Este biogás puede ser utilizado como fuente de energía renovable, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y mitigando el impacto ambiental.
En resumen, los residuos orgánicos son una parte natural de nuestras vidas, pero su manejo adecuado es esencial para minimizar su impacto ambiental. La separación y el compostaje son prácticas clave que permiten reciclar estos residuos en valiosos recursos para la agricultura. Al mismo tiempo, la adopción de tecnologías como la digestión anaeróbica puede convertir los residuos en energía renovable. Al tomar medidas conscientes para gestionar los residuos orgánicos, podemos contribuir a un medioambiente más limpio y sostenible para las generaciones futuras.