Los nanoplásticos y su impacto en la efectividad de los antibióticos: un riesgo emergente para la salud
Un estudio internacional reveló cómo los nanoplásticos interfieren con la acción de los antibióticos. Detalles.
Los nanoplásticos se originan tanto por la fragmentación de materiales plásticos como por su liberación desde diversas fuentes, tales como componentes electrónicos, pinturas y adhesivos, entre otros. Estos micro fragmentos pueden ingresar al organismo a través de alimentos o bebidas contaminadas, o bien ser inhalados o absorbidos por la piel.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Scientific Reports reveló que los nanoplásticos también pueden disminuir la eficacia de los tratamientos con antibióticos. La investigación fue realizada por científicos de Suecia, Brasil, Austria, Alemania, Reino Unido y Hungría.
Este hallazgo se suma a la ya grave problemática de la resistencia a los antimicrobianos, especialmente los antibióticos, que representa una de las principales amenazas para la salud pública mundial. Este avance se da en el contexto de la Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos, celebrada entre el 18 de noviembre y este domingo.
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Los nanoplásticos son partículas diminutas de plástico, con un tamaño que varía entre 1 y 1.000 nanómetros. Para entender su escala, estas partículas son considerablemente más pequeñas que la arena fina, que tiene diámetros que oscilan entre 0,063 mm (63.000 nanómetros) y 0,125 mm (125.000 nanómetros), según un estudio de la Universidad del País Vasco (España).
Aún se están investigando los efectos de estas sustancias en la salud humana. La creciente preocupación se debe al acelerado ritmo de producción de plástico, que actualmente alcanza las 460 millones de toneladas anuales. En marzo, un estudio publicado en el New England Journal of Medicine relacionó la presencia de microplásticos y nanoplásticos en las placas de los vasos sanguíneos humanos con un posible aumento del riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte.
En su investigación más reciente, publicada en Scientific Reports, los científicos se enfocaron en cómo los nanoplásticos afectan a la tetraciclina, un antibiótico de amplio espectro, al adherirse a su superficie y alterar su eficacia.
El estudio reveló que los nanoplásticos se adhieren a los antibióticos, lo que dificulta su capacidad para combatir las infecciones bacterianas. Este fenómeno no solo disminuye la eficacia de los antibióticos en las áreas donde deberían actuar, sino que también podría hacer que el medicamento se transporte a otras partes del cuerpo. Allí, podrían generarse dosis subletales que favorezcan mutaciones en los patógenos y promuevan la resistencia a los antibióticos.
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Entre los nanoplásticos estudiados se encontraron materiales comunes como el nylon, polietileno, polipropileno y poliestireno, que se hallan en textiles y envases.
En experimentos in vitro con células humanas y de ratón, se observó una reducción significativa (entre el 40 y el 50%) en la eficacia de la tetraciclina cuando se combinaba con partículas de nanoplásticos como el poliestireno y el polietileno. Esta interacción podría disminuir la absorción del antibiótico en el torrente sanguíneo, reduciendo así su concentración en las zonas objetivo.
A través de modelos computacionales avanzados, los investigadores descubrieron que la unión de los nanoplásticos con los antibióticos es especialmente fuerte en el caso del nylon, uno de los materiales más comunes en el aire interior.
“Los resultados son preocupantes, especialmente si se considera lo extendidos que están los nanoplásticos y el papel crucial que juegan los antibióticos en la salvación de vidas”, comentó Lukas Kenner, profesor visitante en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad de Umeå en Suecia y uno de los principales investigadores del estudio.
El estudio subraya que los nanoplásticos no solo afectan la efectividad de los tratamientos médicos, sino que también contribuyen a problemas emergentes como la resistencia bacteriana, lo que los convierte en una amenaza considerable para la salud pública.
“Aunque se necesita más investigación para arrojar luz sobre las conexiones y las posibles medidas, podemos concluir de nuestros resultados que los nanoplásticos son un riesgo para la salud que debería tomarse más en serio”, enfatizó Kenner.