PUBLICIDAD
Nuevo estudio

Los microplásticos ya están en nuestro cuerpo: qué riesgo hay para la salud

El informe determinó que los microplásticos pueden viajar desde el estómago a distintos órganos del cuerpo. Los detalles.

Un reciente estudio llevado a cabo con ratones sugiere que los microplásticos, diminutas partículas de plástico presentes en el medio ambiente y en nuestra cadena alimentaria, podrían estar migrando del tracto digestivo a los riñones, el hígado y el cerebro de los seres humanos.

//Mirá también: El cambio climático amenaza la salud de más del 70% de los trabajadores del mundo

Los microplásticos ya están en nuestro cuerpo.

Los resultados de la investigación, publicados en la edición del 10 de abril de la revista Environmental Health Perspectives, generaron preocupación entre los científicos debido a las posibles implicaciones para la salud humana.

El investigador sénior Eliseo Castillo, profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo México, lideró el estudio que reveló cómo los microplásticos pueden infiltrarse en diversos órganos después de ser ingeridos. “Pudimos detectar microplásticos en ciertos tejidos después de la exposición”, explicó Castillo. “Eso nos dice que puede cruzar la barrera intestinal e infiltrarse en otros tejidos”.

Microplásticos, en todas partes del cuerpo humano

Según estimaciones de los científicos, las personas ingieren alrededor de cinco gramos de partículas microplásticas cada semana, aproximadamente la misma cantidad de plástico que se encuentra en una tarjeta de crédito. “En las últimas décadas, se han encontrado microplásticos en el océano, en animales y plantas, en el agua del grifo y en el agua embotellada”, señaló Castillo. “Parecen estar en todas partes”, sumó.

//Mirá también: Aprobaron un desarrollo argentino que permite que la semilla de soja produzca proteína de cerdo

¿La solución al cambio climático? Descubren un depredador microscópico marino que captura carbono
Las personas ingieren alrededor de cinco gramos de partículas microplásticas cada semana.

El estudio alimentó a ratones de laboratorio con una cantidad de microplásticos equivalente a lo que los humanos ingieren semanalmente. Después de un mes, se descubrió que los microplásticos habían salido del intestino y se habían alojado en los tejidos del hígado, el riñón y el cerebro de los ratones.

Castillo advierte que la acumulación de microplásticos en tan poco tiempo en los ratones plantea preocupaciones para la salud humana, aunque la investigación con animales no siempre se traduce directamente a los humanos. Sin embargo, el investigador teme que los microplásticos puedan estar exacerbando problemas de salud, como la inflamación y la alteración del metabolismo celular.

El siguiente paso en la investigación será examinar cómo la dieta afecta la absorción de microplásticos. “La dieta de cada persona es diferente”, explica Castillo. “Entonces, lo que vamos a hacer es darles a estos animales de laboratorio una dieta alta en colesterol y grasas o una dieta alta en fibra, y estarán expuestos o no expuestos a los microplásticos”.

También se planea investigar cómo los microplásticos afectan las bacterias naturales del intestino. Castillo enfatiza la importancia de entender cómo esto afecta la salud intestinal, ya que puede tener efectos sistémicos en el cuerpo humano.

La investigación subraya la importancia de comprender los posibles impactos de los microplásticos en la salud humana y destaca la necesidad de tomar medidas para abordar esta creciente preocupación ambiental y de salud pública.

Fecha de publicación: 24/04, 7:00 pm