Las empresas de ropa deportiva se suman a la “moda verde”: ya crean indumentaria con material reciclado
Distintas empresas están trabajando en sus propios proceso de reinvención productiva para generar ropa con menos impacto ambiental.
Con la premisa de que “sólo hay un planeta donde entrenar”, el plástico y las redes de pesca abandonadas en los fondos de los mares europeos se han convertido en materias primas reciclables para la confección de prendas deportivas de calidad y sostenibles.
Es el caso de la firma “Stay Humble or not” que produce sus prendas con hilo de nylon procedente de botellas y restos textiles de tereftalato de polietileno o PET -53 %- y redes de pesca -25 %-, mientras que el resto del porcentaje es elastano o lycra.
El proceso de “upcycling” -aprovechamiento de materiales reciclables para crear nuevos productos con un mayor valor que el original- de esta empresa permite la transformación de estos residuos marinos en un tejido llamado ‘Econyl’, compuestos por materias recicladas en cerca de un 80 %.
“Esto nos permite tener un impacto positivo sobre el medioambiente, a la vez que hacemos productos de calidad” para el mercado de la ropa deportiva, ha explicado a Efe el cofundador de la marca, François Bacourt, quien recuerda que, cada año, hasta 8 millones de toneladas de plástico acaban en mares y océanos y, de ellas, unas 640.000 toneladas están relacionadas con las redes de pesca abandonadas.
Nace de la ética ambiental y la pasión por el deporte
La compañía, que nació hace un año y apenas lleva unos meses ofreciendo sus productos, surgió “como respuesta ante la falta de identificación de valores y tejido con el equipamiento deportivo”, además de su propia experiencia en la costa africana de Nigeria donde “navegué en un mar literalmente de plástico -por la cantidad de desperdicios en superficie- durante 15 minutos”.
Ello impulsó la creación de esta iniciativa destinada a “dar una segunda vida a productos al fin de su vida útil y crear una marca con la que gente de nuestra generación se pudiera sentir identificada en cuanto a valores y por su impacto sobre el medioambiente”.
Así, la empresa trabaja con la ong Healthy Seas y buzos voluntarios para recoger en el fondo del mar Mediterráneo, así como del Adriático y del Mar del Norte, las “redes de pesca fantasma” arrojadas y abandonadas por los pescadores y que, pese a que nadie las usa,”siguen capturando animales y son las que más dañan la vida marina”, ha advertido Bacourt.
Coherencia ambiental en todo el proceso productivo
Ambientalmente, este proyecto de moda no se limita al origen del tejido sino que “era muy importante para nosotros tener coherencia a lo largo del proceso productivo”, por lo que el 100 % de la energía empleada en la producción proviene de fuentes renovables y el 50 % del agua que usan es reutilizada, aparte de “reutilizar todos los desechos que se puedan generar durante el proceso”.
Además, “no tenía mucho sentido hacer todos esos esfuerzos para luego enviar el paquete empaquetado en plástico y generar aún más desecho”, por lo que usan un material a base de celulosa de maíz, “resistente y biodegradable”, para los envíos.
La colección incluye prendas deportivas, “transpirables, anti olores y anti bacterianas”, gracias a las características especiales del ‘Econyl’, y complementos deportivos como guantes de boxeo, en los que trabajan con intención de lanzar una colección fabricada con cuero vegetal a partir de las fibras de la hoja de la piña y así “ser los primeros en ofrecer una solución 100 % vegetal” en este deporte.
“Buscamos concienciar a la gente de que otra manera de producir y consumir es posible”, ha resumido este emprendedor, y aunque de momento su catálogo sólo se puede adquirir en su página web, a partir de este mismo mes de febrero contarán también con puntos de venta física.
Todas las prendas son confeccionadas entre Italia y Portugal y, en estos primeros meses, “nos ha sorprendido el nivel de curiosidad que ha mostrado el público por este tipo de productos”, ha reconocido Bacourt.