La pesca de arrastre y el cambio climático sí están conectados y esta es la razón
Un nuevo estudio científico califica a este sistema de pesca como una “deforestación marina” que causa “daño irreparable” al clima, la sociedad y la vida silvestre.
Sí, la pesca de arrastre y el cambio climático están conectados. El dato surge del una investigación científica publicada recientemente en Frontiers in Marine Science.
Según sostienen, la pesca de arrastre inyecta más de 370 millones de toneladas CO2 a la atmósfera por año, algo que hasta el momento no se había podido comprobar. Los expertos calificaron a la pesca de arrastre como una “deforestación marina” que causa “daño irreparable” al clima, la sociedad y la vida silvestre.
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Se estima que la cantidad de carbono liberado por la pesca de arrastre duplica las emisiones anuales que vienen de la quema de combustible de toda la flota pesquera mundial, que son cerca de 4 millones de embarcaciones.
Según los científicos, entre el 55% y el 60% del dióxido de carbono producido bajo el agua, por la pesca de arrastre, llega a la atmósfera dentro de un plazo de 9 años, provocando graves daños al ambiente.
“El 40% – 45% restante del dióxido de carbono permanece en el agua, produciendo su acidificación y reduciendo la capacidad del océano para almacenar carbono”, según informan desde la ONG Sin Azul No Hay Verde.
Cómo es el sistema de pesca de arrastre
Un estudio realizado con anterioridad, por el mismo equipo de científicos, había revelado que parte del carbono, generado por la remoción de los sedimentos marinos, se convierte en dióxido de carbono bajo el agua.
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Es decir, que, si las enormes y pesadas redes de arrastre no removieran los sedimentos, el carbono quedaría almacenado, de forma segura, durante milenios en el fondo del océano.
Continuando con las investigaciones, el informe actual reveló que entre el 55% y el 60% del dióxido de carbono producido bajo el agua por la pesca de arrastre llega a la atmósfera dentro de nueve años.
Es decir, según lo advierte el equipo científico en ambas investigaciones, las millones de toneladas de carbono que libera la pesca de arrastre son superiores, o equiparables, a:
- 1 – Las emisiones anuales que vienen de la quema de combustible de toda la flota pesquera mundial, que son cerca de 4 millones de embarcaciones.
- 2 – El 4% de las emisiones que genera la producción mundial de alimentos.
- 3 – Lo que emite la totalidad del sector de la aviación en todo el planeta.
En este sentido, el estudio sostiene que hasta 9.200 millones de toneladas de CO2 podrían haber entrado en la atmósfera entre 1996 y 2020, debido a las perturbaciones provocadas por los barcos arrastreros.
En declaraciones a la prensa, Trisha Atwood, ecóloga acuática de la Universidad de Utah y de Pristine Seas de National Geographic, sostuvo que “nuestro estudio es el primero en demostrar que más de la mitad del carbono liberado por la pesca de arrastre finalmente escapa a la atmósfera en forma de dióxido de carbono en un lapso de aproximadamente 10 años, contribuyendo al calentamiento global”.
En la misma línea, la profesional advirtió que “al igual que la destrucción de los bosques, la excavación del fondo del mar causa un daño irreparable al clima, la sociedad y la vida silvestre”.