La NASA logró abrir la cápsula con muestras del asteroide que impactaría contra la Tierra
Los científicos lograron obtener el material de Bennu, el objeto que fue catalogado como “potencialmente peligroso”, por su probable impacto en 2135.
El pasado 24 de septiembre de 2023 quedó marcado como un día trascendental en la historia de la NASA. Después de una extensa misión de siete años, una cápsula retornó a la Tierra transportando material extraído del asteroide Bennu, ubicado a más de 300 millones de kilómetros de distancia.
La anticipación era palpable entre los expertos, quienes intentaron abrir el contenedor de muestras pocos días después del regreso, pero se encontraron con un obstáculo inesperado: el mecanismo de apertura se atascó debido a la gran cantidad de material aspirado por la sonda OSIRIS-REx.
Se limitaron a analizar una parte del material exterior que había desbordado del contenedor principal y permanecía dentro de la cápsula. Casi cuatro meses después, esta semana, finalmente los expertos lograron acceder a las muestras principales sin alterar su esencia ni contaminar el material.
//Mirá también: Científicos determinaron que la corteza terrestre se está partiendo en dos mitades
El 11 de enero de este año, la agencia espacial finalmente consiguió abrir el compartimento que albergaba los restos del asteroide Bennu, clasificado como potencialmente peligroso por la NASA debido a su frecuente cercanía a la Tierra y la posibilidad remota de una colisión en el próximo siglo.
Eileen Stansbery, jefa de la división de ARES (Investigación y Ciencia de Exploración de Astromateriales) en Johnson, expresó: “Nuestros ingenieros y científicos han trabajado incansablemente durante meses, no solo para procesar los más de 70 gramos de material al que pudimos acceder anteriormente, sino también para diseñar, desarrollar y probar nuevas herramientas que nos permitieron superar este obstáculo”.
En las muestras recuperadas, la nave espacial OSIRIS-REx logró obtener un total de 250 gramos de material del asteroide Bennu, catalogado como ‘potencialmente peligroso’. Los científicos creen que profundizar en su composición proporcionará información crucial sobre cómo enfrentar posibles colisiones en el futuro.
Bill Nelson, administrador de la NASA, destacó: “Casi todo lo que hacemos en la NASA busca responder preguntas sobre quiénes somos y de dónde venimos. Las misiones como OSIRIS-REx mejorarán nuestra comprensión de los asteroides que podrían amenazar a la Tierra y, al mismo tiempo, nos permitirán vislumbrar lo que hay más allá. La muestra ha regresado a la Tierra, pero aún queda mucha ciencia por hacer: ciencia como nunca antes habíamos visto”.
En relación con la posible colisión con la Tierra, un informe de la NASA indica que gracias a los datos recolectados por OSIRIS-REx, se logró entender mejor los movimientos del asteroide Bennu hasta el año 2300. Este análisis permitió reducir las incertidumbres relacionadas con su órbita futura y mejorar la capacidad de predicción.
Aunque se determinó que Bennu tendrá un primer acercamiento a la Tierra en 2135, sin representar peligro inmediato, el conocimiento preciso de su posición en ese momento es esencial para entender su trayectoria futura. La NASA, tras analizar los datos, estima que la probabilidad de impacto con la Tierra en el año 2300 es de aproximadamente 1 en 1750, es decir, un 0,057%.
David Farnocchia, portavoz del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (Cneos) de la NASA, brindó tranquilidad al señalar que, aunque las probabilidades son mayores de lo previsto, los nuevos resultados aún son insignificantes como para generar preocupación. Tanto la NASA como sus científicos aseguran que Bennu, considerado uno de los asteroides más peligrosos conocidos, no representa una amenaza significativa, brindando tranquilidad tanto a la actual como a las futuras generaciones.