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Cabrales

La fórmula de la mayor marca de café del país para que una taza reduzca las emisiones de carbono

La compañía marplatense acaba de invertir $500 millones en una nueva tecnología que reduce el consumo de energía y las emisiones gaseosas.

Afortunadamente, hay varias formas de hacer que el café sea más respetuoso con el medio ambiente en cada etapa de la cadena de suministro. Desde las prácticas agrícolas sostenibles hasta los empaques de café reciclables, todos pueden aportar su grano de arena para reducir las emisiones de carbono.

Pocos saben que una taza de café también contamina la atmósfera. Que cada posillo libera huella de carbono. Es decir, gases de efecto invernadero que se expresan en toneladas de dióxido de carbono (CO2) y cuya fuente más común es la quema de combustibles fósiles.

En el caso de la bebida que nos puede acompañar desayunando, conduciendo hacia el trabajo, merendando, cocinando la cena, preparando un baño o viendo una película, la cosecha, el procesamiento, el transporte, el tueste, produce emisiones que dañan el medioambiente. 

Ocurre cada etapa de la cadena de suministro, al cultivar el grano; cosecharlo; procesarlo, transportarlo; tostarlo y molirlo implica la liberación de CO₂ a la atmósfera. Si se tiene en cuenta la leche, el azúcar y la crema, la huella de carbono es sustancialmente mayor.

De hecho, informes elaborados por organismos especializados como la University College London (UCL), dan cuenta de que un café espresso tiene una huella de carbono promedio de 0,28 kg, mientras los que incluyen leche, como el latte o el cappuccino, llega a entre 0,41 kg y 0,55 kg.

Y es tan grande el consumo de café a nivel mundial y local que se comenzó a prestar cada vez mayor atención a cómo se pueden reducir las emisiones de carbono asociadas a una sola taza de café. 

Solamente en la Argentina y según una encuesta de la Cámara Argentina de Café, se consume un kg de esta infusión por habitante al año mientras que el 48% de los consultados bebe entre una y tres tazas por día. De este porcentaje, el 70% lo elige en el desayuno, mientras que un 62% lo hace para merendar.

A partir de estos porcentajes se puede inferir entonces la fuerte acumulación de carbono que el café tiene en la atmósfera de nuestro país, con un impacto que los expertos califican como devastador para el medio ambiente, en especial para el llamado efecto invernadero. 

Es por eso, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que para minimizar el aumento de las temperaturas globales, la huella de carbono promedio de una persona al año debe ser inferior a dos toneladas para 2050.

Y la industria del café debe participar su aporte para llegar al objetivo, si se tiene en cuenta que cada año se producen más de 9.500 millones de kilos y se prevé que la demanda se triplique de aquí a la fecha elegida por la ONU. 

Por lo tanto, identificar y cuantificar la huella de emisión de gases de efecto invernadero del café es esencial para que se convierta en un cultivo más sostenible, advierten los expertos. 

En ese marco, Café Cabrales, la principal productora y comercializadora de la Argentina acaba de encarar un proceso de inversiones por $500 millones para sumar un nuevo equipamiento de tecnología alemana que permitirá modernizar el proceso de tostación, optimizando procesos y reduciendo consumos de energía y emisiones gaseosas.

Según destacan los ejecutivos de esta marca con 81 años de trayectoria, el objetivo es incorporar una nueva tostadora de características únicas en el país que permitirá una capacidad productiva de más de 2000 kg de café por hora, un 25% superior a la capacidad instalada hasta el momento.

“Esto representa un paso fundamental para que la marca continúe su proceso de diversificación de sus productos a la vanguardia de las necesidades de los consumidores actuales”, argumentó Martín Cabrales, vicepresidente de Cabrales S.A.

El empresario explicó también que la incorporación de más este equipamiento de este tipo se podrá lograr “con un marco con condiciones de estabilidad, seguridad jurídica y políticas a largo plazo que animen a las empresas a realizar inversiones”.

Un marplatense sustentable

El proceso de modernización sumado por Café Cabrales a su mecanismo de tostación a través de esta tecnología de punta implica, a su vez, la reducción de los niveles de energía utilizados.

Un esquema esencial para mejorar la relación de la empresa marplatense con el medio ambiente si se tiene en cuenta que en el mercado gastronómico, solo en bares y confiterías del país vende entre 170 y 175 millones de pocillos de café por año.

El nuevo equipo cuenta con motores eléctricos y un sistema de programación de arranque y parada que optimiza el consumo significativamente.

Asimismo, las emisiones gaseosas generadas durante el proceso son tratadas por el equipo reprocesando y reutilizando humos que se generan en la tostación, obteniendo como resultado una reducción significativa de las emisiones gaseosas y logrando un proceso sustentable con el medio ambiente.

Para Cabrales, esta tecnología “nos pone a la vanguardia respecto a los mejores procesos de tostación mundial y de cara a la industria de los cafés tostados y de especialidad, desde donde aportaremos los mejores productos en nuestros distintos segmentos de consumo”

Del mismo modo, destaca que se trata de un paso muy importante hacia la sustentabilidad de los procesos de la empresa “por las mejoras medioambientales que ofrece y la optimización del recurso energético”.

Todo el proceso será desarrollado en la planta que la compañía posee en la planta que funciona en el Parque Industrial de Mar del Plata. 

En ese predio, la tostadora Probat “Promundo 2000” convertirá el proceso en sustentable con el medio ambiente, brindando mejoras en la capacidad de producción, que aumenta un 30%, unos 2.500 kilos de café por hora.

Para Cabrales, “esto nos permite ofrecer una bebida más pareja, de mejor calidad, que tiene empatía con el consumidor y nos permite mantener los estándares de calidad que pretendemos, los valores de Cabrales, que son innovación y calidad, de lo que estamos hablando”.

Del grano a la taza

Desde Cabrales no olvidan que la decisión de apostar por una mejora en sus procesos de reducción de las emisiones de carbono se basan en datos empíricos a nivel global.

Por ejemplo, que las emisiones en cada etapa de la cadena de suministro contribuyen a aumentar la huella, tal como lo refleja un estudio realizado por el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia (LUKE, por sus siglas en finés) que reveló que el cultivo y el procesamiento del café representan el 68% del impacto climático del café. Esto se comparó con el 11% de la preparación y menos del 4% del transporte, el tueste y el empaque combinados. 

A estos índices se suman los aportados por los fertilizantes, los pesticidas, el combustible y la cal usadas para la producción y que contribuyen altos niveles de emisiones de CO2. 

Otro de los mayores contribuyentes a la huella de carbono del café es el consumo que supone casi un tercio de las emisiones totales.

El tercer factor se vincula con el transporte, el tueste y el empaque de los granos.

Por eso, estudios internacionales entienden que la producción sostenible de café podría reducir las emisiones de carbono en casi un 80%, en comparación con la producción convencional. 

Se recomiendan prácticas más sostenibles, como la reducción de los fertilizantes artificiales; el uso de empaques de café reciclables, compostables y biodegradables, entre otros. 

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Fecha de publicación: 24/03, 8:17 am