Impactante hallazgo en una isla: aves que crujen por dentro a causa del plástico
Se trata de la isla Lord Howe, declarada Patrimonio de la Humanidad, ubicada a unos 600 kilómetros de la costa continental australiana.
En una isla remota cerca de Australia, científicos registraron un fenómeno alarmante: al palpar el vientre de algunas aves, sus cuerpos crujen debido a la enorme cantidad de plástico que ingirieron. El hallazgo revela hasta qué punto la contaminación plástica alcanzó incluso los rincones más vírgenes del planeta.
Hallaron aves que crujen por dentro a causa del plástico
Se trata de la isla Lord Howe, declarada Patrimonio de la Humanidad, ubicada a unos 600 kilómetros de la costa continental australiana. Allí viven apenas unos cientos de personas, pero su ecosistema fue duramente afectado por los desechos plásticos que llegan a través del océano. Desde hace casi 20 años, el grupo de investigación oceánica Adrift Lab visita la isla para monitorear el impacto del plástico en las aves locales. Cada año, los niveles de contaminación aumentan.
Uno de los datos más escalofriantes surgió recientemente, cuando los investigadores encontraron 778 trozos de plástico en el estómago de un solo polluelo, superando ampliamente el récord anterior de 403. El equipo científico se encuentra analizando cómo pudo haber ocurrido tal incremento en tan poco tiempo.
La especie en estudio es la pardela del Pacífico, un ave marina que regresa cada año a la isla para reproducirse, lo que permite a los investigadores hacer un seguimiento constante. Según reportó CNN, gran parte del plástico encontrado este año en sus cuerpos estaba compuesto por materiales que aún están siendo identificados como, por ejemplo:
- Fragmentos no identificables
- Tapas de botellas
- Separadores de azulejos
- Grandes cantidades de cubiertos de plástico
Cómo es esta isla con tanto plástico
Con sus paisajes de bosques tropicales, montañas escarpadas y abundante fauna silvestre, la isla Lord Howe se presenta como un paraíso para quienes buscan aventura y contacto con la naturaleza en estado puro. Más del 85% de su superficie está cubierta por bosques autóctonos, y cerca del 70 % forma parte de una Reserva de Parque Permanente, donde está estrictamente prohibido cualquier tipo de desarrollo urbano o turístico.
En la cima del monte Gower, el punto más alto de la isla, se encuentra un bosque nuboso en peligro de extinción, una joya ecológica que refuerza el carácter único del ecosistema local.
Desde hace más de cuatro décadas, Lord Howe limita el turismo estableciendo un tope máximo de 400 visitantes al mismo tiempo, controlado a través del número de camas habilitadas. Esta política busca proteger a las numerosas especies endémicas que habitan la isla, muchas de las cuales no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Gracias a esta estricta conservación, la isla fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1982.