Google prepara su vehículo autónomo y eléctrico: detalles de su alianza con Volvo
Las posibilidades de los autos modernos y de los nuevos servicios para compartir vehículos siguen creciendo y grandes empresas se enfocan en eso.
Waymo, la empresa de conducción autónoma de Google, ha anunciado un acuerdo con Volvo para desarrollar un vehículo eléctrico y autónomo destinado a ser usado en servicios de carsharing. A raíz de esta alianza Waymo trabajará con Volvo, Polestar y Lynk & Co (todas marcas del gigante automotriz chino Geely) para integrar su sistema Waymo Driver en una nueva plataforma para vehículos eléctricos.
En un principio el automóvil tendrá un nivel 4 de autonomía, lo que significa que es capaz de conducir por su cuenta en la inmensa mayoría de situaciones sin necesidad de supervisión por parte del conductor. A día de hoy Waymo ya cuenta con un servicio de carsharing autónomo en Arizona, el cual emplea como vehículo un Chrysler Pacifica PHEV adaptado.
La unión hace la fuerza
La alianza con Volvo posibilitará el desarrollo de un modelo creado desde el principio con la conducción autónoma en mente, lo que permitirá optimizar su diseño. Así, es posible que Waymo siga los pasos de Cruise, la empresa de conducción autónoma de General Motors, la cual recientemente presentó su modelo Origin, el cual prescinde entre otras cosas del volante y los pedales.
Actualmente Waymo cuenta con tratos con FCA (FIAT-Chrysler), Jaguar Land Rover y la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi: mientras la empresa estadounidense se centra en el desarrollo del hardware y el software de sus sistemas de conducción autónoma, los fabricantes de automóviles aportan su experiencia para ayudar a crear vehículos capaces de integrar fácilmente el Waymo Driver.
Por el momento el objetivo de Waymo es seguir una estrategia similar a la de Google con Android, desarrollando un software que después se ofrecerá a los fabricantes de automóviles para que equipen a sus modelos con él. Por lo tanto, es de esperar que a corto plazo la compañía siga tejiendo alianzas con otras firmas del sector.
Avances en conducción autónoma
La pausa que provocó la pandemia ha acelerado una crisis que ya había empezado en la industria. Muchas empresas de vehículos autónomos no tienen ingresos y los costos operativos son inusualmente altos. Las empresas emergentes de vehículos autónomos gastan u$s 1,6 millones al mes en promedio: cuatro veces la tasa de las empresas tecnológicas financieras y de atención médica, de acuerdo con PitchBook, una firma que monitorea la actividad financiera en la industria.
Es un giro brusco en comparación con 2016, cuando se infló una burbuja de inversión en torno a la tecnología de los vehículos autónomos. General Motors compró Cruise, una empresa emergente de 3 años de antigüedad con un personal de 40 individuos, por casi u$s 1.000 millones, incluidos los incentivos por rendimiento. Unos meses después, Uber anunció que iba a pagar unos u$s 680 millones por Otto, una empresa emergente de camiones autónomos con 6 meses de antigüedad.
Los precios de esos acuerdos se calcularon en unos u$s 10 millones por ingeniero, y esa se convirtió en la tarifa estándar. Por ejemplo, una empresa emergente principiante de tres personas se valuaba en 30 millones. Ahora, una empresa emergente de vehículos autónomos ha quebrado y otra está a la venta. Cuatro han despedido a sus empleados. Y las más grandes están esperando a que terminen los retrasos.