Este país europeo prohíbe biocombustibles asociados a la deforestación a partir de 2025

A partir de 2025, España prohíbe de facto el uso de biocombustibles elaborados a base de cultivos asociados a la deforestación, como la palma, al dejar de considerarlos como “renovables”.

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Esta medida, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por el Ministerio para la Transición Ecológica, forma parte de una nueva normativa que persigue alcanzar los objetivos de energías renovables en el transporte para 2030.

Por primera vez, el cálculo de estos objetivos incluye la aviación y la navegación, sectores que hasta ahora no forman parte del mismo. Además, se incorporan nuevas tecnologías como el biogás, el hidrógeno y otros combustibles renovables de origen no biológico, también conocidos como sintéticos, según explicó EFEverde.

Por qué prohíben biocombustibles asociados a la deforestación

El objetivo europeo establece que la energía renovable debe representar al menos el 29% de la demanda de transporte para 2030. En España, el camino hacia este objetivo está centrado en biodiésel y bioetanol, con una meta intermedia del 12% para 2026. Sin embargo, la nueva normativa busca incentivar el uso de biogás, hidrógeno y combustibles sintéticos, al valorar el doble cada unidad energética puesta en el mercado en comparación con el biodiésel y bioetanol.

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Además, se aplica un multiplicador de 1,2 para la energía renovable consumida en aviación y navegación, sectores difíciles de electrificar. Esta medida busca dar seguridad jurídica y potenciar los proyectos en curso en España para la producción de combustibles de aviación sostenible (SAF) y e-metanol para buques, posicionando a los puertos españoles como referentes mundiales.

Aceite de palma y soja, prohibidos

La normativa también elimina la posibilidad de cumplir los objetivos de renovables mediante biocombustibles obtenidos a partir de materias primas con alto riesgo de cambio de uso de la tierra (ILUC) a partir de 2025, como la palma y, previsiblemente, la soja. Esta eliminación responde a las advertencias de ecologistas y científicos sobre los impactos negativos de estos cultivos en la deforestación, la biodiversidad, el cambio climático y la seguridad alimentaria.

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En 2019, la Comisión Europea cataloga el aceite de palma como materia prima de alto riesgo de ILUC y aprueba su eliminación gradual como combustible renovable para 2025. Un informe de la CE revela que los biocombustibles producidos con aceite de palma y soja generan más emisiones que el diésel fósil. A pesar de la deforestación causada por el cultivo de soja en ecosistemas biodiversos de América del Sur, su eliminación aún se negocia a nivel europeo. España, sin embargo, toma medidas para limitar su uso.

En 2022, los biocarburantes fabricados a partir de palma y soja representan el 0,51% y el 0,06% del consumo de combustibles de automoción en España, respectivamente. La nueva orden ministerial también refuerza el Sistema de Certificación de Biocarburantes y la Plataforma SICBIOS, aumentando las categorías de certificados y habilitando el traspaso de certificados excedentarios. Además, introduce certificaciones provisionales trimestrales y pagos de compensación anticipados para los incumplidores de los objetivos.

Con estas medidas, el Gobierno español busca acelerar la transición hacia un transporte más sostenible, cumpliendo con los objetivos europeos y posicionándose como líder en el fomento de energías renovables.