En Europa lanzaron una nueva normativa para eliminar las botellas de plástico

El Parlamento Europeo aprobó nuevas normativas destinadas a reducir, reutilizar y reciclar envases, con el fin de disminuir la huella de contaminación. Según Eurosat, el centro de estadísticas de la Unión Europea, en 2021, cada habitante generó 188,7 kg de residuos de envases, 10,8 kg más que en 2020, marcando el mayor aumento en una década y casi 32 kg más que en 2011. En particular, se estima que cada persona produjo en promedio 35,9 kg de residuos de envases de plástico, de los cuales 14,2 kg fueron reciclados.

Ante estas cifras anuales consistentes, la Unión Europea delineó un camino hacia una economía más sostenible y menos contaminante. En 2019, se aprobó la Directiva sobre la reducción del impacto ambiental de ciertos productos plásticos, imponiendo obligaciones específicas a las empresas del sector. Estos objetivos tienen diferentes fechas límite para la implementación, siendo una de ellas el próximo 3 de julio.

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Tapones anclados a las botellas de plástico

A partir del próximo mes, entrará en vigor una medida que afectará a las botellas de plástico. Según la normativa, los Estados miembros deben asegurarse de que los productos de plástico de un solo uso, enumerados en la parte C del anexo, que incluyan tapas y tapones de plástico, solo puedan ser comercializados si estas tapas y tapones permanecen unidos al recipiente durante su uso previsto.

En los últimos meses, se observó cómo los tapones de los envases de leche y botellas de agua están unidos al envase mediante una arandela de plástico, en cumplimiento con esta normativa. Los productos que entran en el grupo C del anexo incluyen recipientes para bebidas de hasta tres litros de capacidad. Sin embargo, quedan excluidos de esta obligación los envases de vidrio o metal que contengan tapas y tapones de plástico, así como los recipientes para bebidas destinados a usos médicos especiales.

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Nueva normativa para eliminar las botellas de plástico

Esta nueva regulación forma parte de los esfuerzos de Bruselas para alcanzar su meta de reducir la contaminación por microplásticos en un 30% para 2030. La normativa adoptada abarca todas las partículas de polímeros sintéticos de menos de cinco milímetros que sean orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación, con el objetivo de disminuir las emisiones intencionales de microplásticos en la mayor cantidad posible de productos.

En la lucha contra los microplásticos, a finales de octubre de 2023 entró en vigor otra normativa destinada a reducir los plásticos y los microplásticos. La Unión Europea prohibió la venta de productos que contengan microplásticos añadidos intencionadamente, como detergentes, cosméticos, juguetes y purpurina, entre otros, con el fin de prevenir la liberación de aproximadamente medio millón de toneladas de estas partículas sintéticas al medio ambiente.

La nueva normativa abarca diversos productos y sectores, como el material de relleno granular usado en superficies deportivas sintéticas, cosméticos que contienen microplásticos para propósitos como la exfoliación o la creación de texturas, fragancias o colores específicos, además de detergentes, suavizantes, purpurina, fertilizantes, productos fitosanitarios, juguetes, medicamentos y productos sanitarios, entre otros.