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Agro

El “oro verde” que despierta el interés de los inversores en Argentina pese a su poco desarrollo

Se estima que la industria podría alcanzar cifras inéditas para el sector si logra superar los obstáculos productivos.

En los últimos años, el crecimiento sostenido de la siembra y exportación de alfalfa consolidó a Córdoba como una provincia estratégica dentro de un mercado con fuerte proyección internacional. Gracias a sus condiciones agroclimáticas favorables, la provincia se convirtió en un punto de referencia para la agroindustria, en un contexto donde el mercado global de heno y forrajes “parece no tener techo en el corto plazo”, según empresarios del sector.

El “oro verde” que despierta el interés de los inversores en Argentina

El “oro verde” que despierta el interés de los inversores en Argentina

El liderazgo cordobés se sustenta tanto en la gran superficie cultivada -610.000 hectáreas- como en la articulación público-privada del llamado clúster de alfalfa. Este ecosistema colaborativo reúne a 105 actores del sector productivo e industrial y ya tiene en agenda una misión comercial a Francia y Alemania en noviembre. El objetivo: abrir nuevos mercados y conocer experiencias europeas durante el IV Congreso Mundial de Alfalfa, en Reims, y la feria Agritechnica, en Hannover.

Sin embargo, pese al entusiasmo, Argentina representa actualmente apenas el 1,5% del mercado global de heno. Con exportaciones anuales cercanas a las 147.000 toneladas, el país participa de un negocio global que supera los 9,8 millones de toneladas, impulsado por la demanda de sistemas ganaderos intensivos en distintas partes del mundo. En 2023, las exportaciones nacionales generaron ingresos por 66 millones de dólares, una cifra relevante pero aún muy por debajo del potencial estimado por los referentes del sector.

Un informe interno del clúster destaca que el avance de la ganadería intensiva a nivel mundial está generando una demanda creciente por forrajes de alta calidad, con exigencias específicas en cuanto a henos y silajes que se integran en raciones completamente mezcladas. En este contexto, Argentina tiene una oportunidad concreta para diversificar su matriz exportadora y ganar terreno en un mercado global en expansión, cuyo techo todavía es difícil de calcular.

Se estima que la industria podría alcanzar cifras inéditas para el sector si logra superar los obstáculos productivos

Córdoba lidera la expansión del negocio del heno

Con la mayor concentración de hectáreas destinadas al cultivo de alfalfa y cuatro de las siete plantas de recompactado de heno del país, Córdoba se consolida como la principal provincia exportadora. Además, alberga una de las dos únicas plantas deshidratadoras existentes en Argentina. Según estimaciones del sector, si se logra avanzar en la industrialización y en la ampliación del complejo productivo, el país podría alcanzar exportaciones anuales de entre 800.000 y un millón de toneladas, lo que representaría ingresos cercanos a los 250 millones de dólares por año.

Las proyecciones no se basan únicamente en la disponibilidad de tierras, sino también en el crecimiento de la infraestructura y la adopción tecnológica. Para alcanzar ese volumen, se calcula que sería necesario contar con unas 50 plantas procesadoras capaces de manejar 20 toneladas por hectárea o, alternativamente, 100 plantas de 10 toneladas. Esto implicaría inversiones significativas en polos industriales, centros de acopio y soluciones logísticas que garanticen la calidad del producto a lo largo de toda la cadena.

A nivel global, el mercado está dominado por Estados Unidos, que concentra el 58% del comercio mundial de heno. Le siguen Australia (12%), España (10%), Canadá (5%), Francia e Italia (2% cada una). En cuanto a la demanda, Japón lidera como principal importador global con un 26% del total, seguido por China (23%), Corea del Sur (11%) y Emiratos Árabes Unidos (9%).

En este contexto de grandes jugadores, la escasa participación argentina en el comercio internacional representa tanto una debilidad como una oportunidad. Córdoba encabeza los esfuerzos por revertir esa situación, consolidándose como polo tecnológico en deshidratado y recompactado de heno, y como centro neurálgico de las exportaciones nacionales.

El mayor desafío para escalar en este negocio está en la necesidad de una mayor industrialización. Desde el clúster provincial se insiste en que el foco debe estar puesto en tecnologías de deshidratado, expansión de centros de almacenamiento y mejoras logísticas para competir en los exigentes mercados internacionales.

Sin embargo, el clima sigue siendo un obstáculo. Las zonas más productivas para la alfalfa se encuentran en regiones húmedas o subhúmedas, donde la época de crecimiento coincide con períodos de lluvias frecuentes. El secado tradicional a campo necesita de ventanas de 4 a 5 días sin precipitaciones, una condición que rara vez se da. Esto expone al forraje al deterioro y afecta tanto la calidad como el volumen disponible.

Se estima que, en promedio, los productores pierden dos de cada seis cortes anuales debido a las lluvias, lo que limita significativamente la producción de heno de calidad exportable. Además, la alta humedad impide alcanzar el estándar internacional de menos del 14% de humedad requerido para exportación, dificultando el secado a niveles adecuados para su transporte en contenedores.

A pesar de estas limitaciones, la experiencia cordobesa -con un ecosistema productivo bien organizado y un rol protagónico en el comercio exterior- se presenta como modelo a seguir para otras regiones del país interesadas en expandir su producción. El sector vislumbra la posibilidad de multiplicar por cinco o seis las exportaciones en los próximos años, lo que permitiría reposicionar a la Argentina en el mapa global del heno y consolidar una nueva alternativa de crecimiento agroindustrial.

Fecha de publicación: 09/06, 10:26 am