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Fin de la historia

El electrodoméstico ideal para calefaccionar la casa: mitos y verdades

Con la llegada de las bajas temperaturas, la pregunta más frecuente es: qué consume más energía, si el aire acondicionado o la calefacción.

El debate sobre qué consume más energía, si el aire acondicionado o la calefacción, suele resurgir cada vez que llegan las facturas elevadas en pleno verano o invierno. Aunque el costo y uso de ambos sistemas varía según la ubicación geográfica y las condiciones climáticas, las estadísticas generales marcan una diferencia notable entre ellos.

Aire acondicionado o calefacción

Llega el invierno y la pregunta más frecuente es: ¿aire acondicionado o calefacción?

En líneas generales, la calefacción demanda significativamente más energía para mantener una casa confortable, sobre todo en regiones con inviernos rigurosos, como Canadá o el sur de Argentina. En estos casos, el sistema debe compensar una gran diferencia entre la temperatura exterior y la interior. Por ejemplo, si se busca mantener el interior a 21 °C mientras afuera hay temperaturas bajo cero, el sistema de calefacción debe activarse con mayor frecuencia y durante más tiempo, lo que incrementa el consumo.

Mitos y verdades del aire acondicionado

Una investigación publicada en 2013 en Environmental Research Letters, que analizó distintas zonas de Estados Unidos, reveló que los sistemas de calefacción consumen, en promedio, hasta cuatro veces más energía que los equipos de aire acondicionado.

Esto se explica porque calentar el aire requiere más esfuerzo que enfriarlo. Mientras que el aire acondicionado funciona extrayendo el calor del ambiente, la calefacción genera calor directamente, utilizando fuentes como electricidad, gas, gasóleo o propano, muchas de las cuales pueden ser menos eficientes desde el punto de vista energético.

El aire acondicionado es el electrodoméstico ideal para calefaccionar y ahorrar energía

Reducir el consumo energético de la casa

El tipo de energía utilizada influye de manera considerable tanto en el consumo como en el costo total del sistema. Por ejemplo, en países con abundantes reservas de gas natural, este recurso suele ser más económico que la electricidad, lo que lo convierte en una opción más eficiente y accesible para la calefacción.

En regiones de clima cálido, donde los inviernos son suaves y los veranos prolongados -como en zonas tropicales-, el consumo anual de energía destinado al aire acondicionado puede superar al de la calefacción. Sin embargo, incluso en esos casos, los sistemas de refrigeración tienden a ser más eficientes en términos energéticos que las soluciones tradicionales para calentar el hogar.

Una ventaja destacada del aire acondicionado moderno es la incorporación de tecnologías avanzadas, como los compresores de velocidad variable, que pueden reducir el consumo de energía hasta en un 30%. Esto resulta especialmente útil para mitigar el aumento en la demanda energética durante los veranos cada vez más intensos.

El factor clave que determina el nivel de consumo energético, tanto para calefacción como para aire acondicionado, es la diferencia entre la temperatura interior deseada y la exterior. Cuanto mayor sea ese contraste, más esfuerzo (y energía) requerirá el sistema para mantener un ambiente confortable.

Para mejorar la eficiencia energética y reducir costos, se recomienda:

  • Realizar mantenimiento regular a los equipos, ya que sistemas limpios y bien calibrados funcionan con menor consumo.
  • Apostar por tecnologías más eficientes, como las bombas de calor de última generación, o aprovechar recursos como el gas natural si están disponibles.
  • Utilizar termostatos inteligentes y reforzar el aislamiento del hogar para minimizar las pérdidas de calor en invierno y de frescor en verano.

Fecha de publicación: 30/06, 6:18 am