Dos grupos australianos crean un mega holding para la producción de litio con sede en Buenos Aires
Las empresas Orocobre y Galaxy Resources fusionaron sus operaciones para dar nacimiento a un grupo que proyecta quedarse con el 10% del mercado de litio.
En momentos en los cuales el Gobierno profundiza la búsqueda de inversiones en el sector minero intenta redefinir el esquema productivo del país para encarar el desarrollo de baterías para autos, celulares, tablets y laptops a partir del litio, dos gigantes australianos anunciaron una megafusión para crear una nueva compañía que tendrá sede en la Ciudad de Buenos Aires y cuyo objetivo será convertirse en uno de los mayores players en la producción de ese mineral.
Se trata de las compañías Orocobre y Galaxy Resources, que acaban de unificar sus activos valuados en u$s3.100 millones, para creará el quinto mayor productor mundial de litio, materia prima que se utilizan en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, con creciente demanda.
No parece casual la elección de la capital argentina como sede de las operaciones de esta empresa que todavía no tiene nombre formal si se advierte que gigantes automotrices como BMW también pusieron sus ojos en el país con la firma de un contrato con la minera estadounidense Livent por u$s334 millones para la compra de litio del proyecto que la firma tiene en Catamarca.
Es que a partir de esta operación, la Argentina se convertirá en su segundo proveedor de litio a partir de 2022, detrás justamente de Australia, donde Orocobre y Galaxy tienen sus casas matrices.
Por esos motivos, y a pesar de la inestabilidad política y económica que actualmente ofrece el país a los inversores internacionales, ambas empresas definieron apuntalar las operaciones del nuevo grupo en el sector minero local, luego de la decisión de las autoridades nacionales de redefinir el esquema productivo a partir del litio.
Se trata de un negocio que se expande en la cordillera de los Andes que une a Argentina, Bolivia y Chile y en donde compiten compañías de Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Corea del Sur, Italia y China por la explotación de este valioso mineral.
Nuevo jugador
Este competitivo escenario tendrá a partir de ahora un nuevo jugador que surge de lo que se considera el mayor acuerdo en el sector minero en lo que va del año que tendrá su sede en Buenos Aires, será conducido por el director Ejecutivo de Orocobre, Martín Pérez de Solay, empresa que además poseerá el 54,2% de la compañía fusionada, mientras que Galaxy tendrá el restante 45,8% del capital.
El perfil de crecimiento de los proyectos combinados que administrará el nuevo holding la ubican con una participación del 10% del mercado de litio en los próximos cinco a siete años.
Según la información oficial, el acuerdo otorga al holding fusionado un conjunto de activos geográficamente diversificados teniendo en cuenta que Orocobre comercializa carbonato de litio a partir de la mina Olaroz en Argentina, mientras que Galaxy aporta sus activos en Australia y una serie de proyectos de crecimiento en Canadá y Sudamérica.
Para los expertos, la nueva compañía se convertirá en un actor relevante a nivel mundial en términos de producción química de litio, al punto que podría convertirse en el tercer productor de ese mineral a partir del 2025 si todos los planes de crecimiento siguen adelante.
Es el caso del proyecto Sal de Vida en Jujuy que opera Galaxy Galaxy Resources y que aspira a iniciar la producción de salmuera de litio en el 2022, a pesar de la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Covid-19.
Esta iniciativa fue frenada por el grupo australiano en abril del año pasado, luego de la puesta en marcha de las fuertes medidas restrictivas ordenadas por el presidente Alberto Fernández para combatir el coronavirus.
Luego, en mayo del mismo año, se reanudaron las operaciones bajo estrictos protocolos provinciales, lo que, según Galaxy, ha dificultado el transporte terrestre y el movimiento de empleados durante la fase de diseño actual.
El objetivo de Galaxy Resource apunta a crear una mina de salmuera de litio altamente competitiva y de bajo costo en la salina del Salar del Hombre Muerto, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar y que forma parte del “triángulo de litio” que incluye a Chile y Bolivia, y que alberga más del 60% de la producción anual de litio del mundo.
Según datos de Bloomberg, la compañía estima invertir alrededor de u$s153 millones en el proyecto y se estima que durante una vida útil de 40 años, Sal de Vida rendirá hasta 25.000 toneladas al año de carbonato de litio para baterías y 95.000 toneladas de cloruro de potasio, un ingrediente clave para la producción de fertilizantes. El plan también incluye una inversión adicional por u$s412 millones para triplicar esa tasa de producción en la segunda y tercera etapas.
Por su parte, Orocobre Limited produce litio en el salar de Olaroz desde 2017 y aspira a convertirse en el principal proveedor de carbonato de litio de alta calidad del mercado global.
Opera a través de la subsidiaria Sales de Jujuy, gestionada por un joint-venture del cual participa con el 66,5% de las acciones, mientras que la japonesa Toyota Tsusho (del Grupo Toyota) controla el 25% y la empresa provincial Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse) es dueña del 8,5% restante.
La empresa acaba de iniciar estudios para encarar la tercera etapa de expansión de la planta de carbonato de litio Olaroz que comenzó en 2014 y, actualmente, junto al Salar del Hombre Muerto en Catamarca, produce el 16% de la demanda mundial de litio.
Futuro cercano
Entre sus objetivos se encuentra el de ampliar a 50.000 toneladas por año su capacidad de producción utilizando los recursos extraídos de los salares de Olaroz y Cauchari, ambos en Jujuy, de acuerdo a lo que la empresa señaló en su presentación sobre los resultados de su trimestre fiscal terminado el 31 de diciembre del 2020.
Sin embargo, la pandemia también obligó a este grupo a postergar sus proyectos para el año próximo durante el cual espera comenzar la producción y alcanzar niveles de 25.000 toneladas anuales.
Hasta el momento, la compañía lleva invertidos en el país cerca de u$s172 millones, especialmente en el desarrollo de pozos de extracción de salmuera y en las plantas de carbonatación y carbonato de sodio.
En agosto del 2020, obtuvo un préstamo por u$s180 millones para continuar con la segunda etapa de su expansión en Jujuy, que espera finalizar en la primera mitad de este año, e incrementar su capacidad de producción para pasar de las 25.000 toneladas anuales actuales a un total de 42.500 por año en el 2029.
Parte de esa producción se utilizará como materia prima en la planta de hidróxido de litio que la empresa australiana ya empezó a construir en Naraha, Japón, para abastecer a la industria de baterías de ese país a partir de contar con una capacidad de elaboración de 10.000 toneladas anuales.
Además proyecta exportar a China carbonato de litio desde Jujuy, con envíos por un total de 10.080 toneladas de carbonato de litio y de carbonato de litio de grado de batería micronizado que se usa principalmente, en la producción de baterías para la industria tecnológica y automotriz.
La combinación de todos estos proyectos que ahora pasan a manos de la compañía surgida de la fusión entre Orocobre y Galaxy Resources parece darle la razón a la mirada que el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, tiene sobre el futuro del litio para la Argentina a partir de su uso como referente en el negocio de la electromovilidad.
El funcionario se basa en las proyecciones globales de esta industria que plantea para el 2030 que al menos la mitad de las ventas mundiales de las automotrices procedan de vehículos totalmente eléctricos, lo cual aumentará la necesidad de producción de baterías de litio, una industria calificada como clave para la creación de empleo, el desarrollo de las economías regionales y las energías renovables.
De hecho, un informe del Ministerio de Desarrollo Productivo sostiene que el litio “representa una gran oportunidad para el desarrollo de energías renovables y la movilidad sustentable a nivel mundial”, y asegura que la Argentina puede tener un rol estratégico en este escenario global. Recuerda además que el país se ubica tercero entre los productores mundiales de litio y que es también la tercera reserva del mundo, “característica que lo transforma en un destino muy atractivo para concretar inversiones”.
Por ese motivo, el presidente Alberto Fernández definió una agenda para desarrollar el sector y sumar industrialización a los recursos naturales.
En la actualidad, en Argentina existen dos minas de litio en operación, una en construcción y 17 proyectos avanzados que en total poseen recursos por 93 millones de toneladas.
Si bien los 10 de mayor escala suman el 86% de los recursos que se identificaron, una vez avanzados los proyectos que actualmente se encuentran en investigación se estima que se pueden llegar a extraer 350.000 toneladas anuales.
Los datos forman parte del informe de Desarrollo Productivo de la Secretaría de Minería de la Nación en el que también se destaca que las inversiones acumuladas entre el 2017 y el 2020 totalizaron u$s1.118 millones y que el empleo se ha duplicado en los últimos tres años, registrándose en junio del año pasado 1.474 empleos directos y casi 3.000 indirectos.
El documento añade que el país está impulsando este sector estratégico para el crecimiento a largo plazo de la economía y el desarrollo de una industria que promueva “la explotación sustentable y medioambientalmente sostenible de este tipo de actividades extractivas”.