Dos argentinos crearon un mamógrafo 3D y ya trataron el cáncer de 700 mil mujeres
Guillermo Pepe y su padre, homónimo, crearon una startup para salvar vidas y ya obtuvieron reconocimiento internacional y un apoyo financiero de USD 5 millones.
Mamotest es la historia de un padre y un hijo que enfrentaron la frustración profesional con creatividad, propósito y tecnología, y crearon una start-up de diagnóstico por imágenes de alta calidad y a distancia.
Con 10 años de trayectoria y 60 empleados, Mamotest ya se transformó en una health-tech, sin embargo, se perfila para convertirse en una bio-tech que ofrezca tratamientos personalizados.
La compañía ya pasó por la vida de 700 mil mujeres, obtuvo múltiples reconocimientos y el apoyo financiero internacional por 5 millones de dólares, al tiempo que está en pleno proceso de expansión, sin perder su objetivo original: salvar vidas.
Guillermo Pepe, socio fundador & Chief Executive Officer de Mamotest, y su padre, homónimo, médico especialista en diagnóstico de estudios mamográficos, idearon en 2013 la forma de paliar la desilusión que significaba que los casos de cáncer de mama avanzados de la ruralidad correntina llegaran tarde a un diagnóstico.
Así, crearon un mamógrafo digital móvil 3D, de alta precisión, para garantizar un diagnóstico clínico certero y a distancia, que achicó a minutos una tarea que demoraba semanas. Y, aunque este aporte fue grande, fue sólo el primero.
Todavía no había sucedido la pandemia, el 70 por ciento de los mamógrafos del país eran analógicos y los pocos digitales se concentraban en los grandes centros urbanos, allí irrumpió Mamotest. “Era una solución integral, no sólo de telediagnóstico”, recordó Pepe a iProfesional y puntualizó que la prioridad fue ofrecer un enfoque “holístico” al, por ejemplo, bregar por legislaciones que promovieran la concientización y la prevención, pero también porque llevaron equipamientos propios a centros médicos ubicados en el interior de Corrientes, Chaco y Misiones, para posibilitar que un médico especializado formulara un diagnóstico remoto en menos de 24 horas. “Era realmente innovador porque nadie sabía qué era la telemedicina”, rememoró Pepe.
Luego, la pandemia otorgó a la telemedicina niveles de masividad inéditas gracias a su capacidad para achicar tiempos y distancias, en días en que las poblaciones debían permanecer aisladas en sus hogares. Y esa experiencia fue bisagra.
La estrategia se apalancó en un modelo de negocio rentable, que tendía lazos con el sector público y el privado, y que nunca descuidó su foco solidario: “Fuimos muy pioneros. Muchos me decían que estaba loco, que cómo hacía semejante inversión (…), que nunca sería rentable. Y demostramos que salvamos vidas y que también somos rentables, pero empezamos a ver que necesitábamos ir más allá del diagnóstico”, contó Pepe.
//Mirá también: Aprueban en el país la primera vacuna contra el dengue: en qué casos hay que aplicarla
El segundo paso estratégico fue lograr que cada paciente llegara al tratamiento de forma exitosa y, para ello, desarrollaron un software propio que, conocido por la expresión anglosajona Patient Journey, busca acompañar al paciente en toda su experiencia en el cuidado de su salud, es decir, desdela concientización y los controles hasta la concreción de un tratamiento.
“Desarrollamos un software que ayuda a la mujer a navegar de forma eficiente todo el sistema de salud que, en América Latina en general, está roto y no es lineal”, explicó Pepe y precisó acerca de la imperfección de un sistema que alarga plazos que deberían acortarse: “¿Qué puede pasar en esos meses o en ese año, desde que se hace una mamografía y se inicia un tratamiento? La diferencia entre la vida y la muerte. Por eso, desarrollamos una herramienta que, conInteligencia Artificial, ayuda a hacer más eficiente ese proceso, mientas aprende y releva datos, de manera anónima, que es algo importantísimo porque no existía en América latina”.
Para Pepe, faltan datos vinculados al cáncer de mama en la región, que sean clínicos,pero también demográficos, socioeconómicos y hastapsicológicos de las pacientes; sobre esa idea crearon un sistema que está destinado al uso médico yal que el paciente tambiéntiene acceso.
“La idea es que la Inteligencia Artificial vaya aprendiendo para que, tal vez más pronto de lo que pensamos, ofrezca la solución óptima a cada caso porque, a veces, el tratamiento ideal no es el óptimo”, dijo y precisó cómo los condicionamientos socioeconómicos o geográficos pueden colaborar (o inhibir) el acceso a un tratamiento efectivo. Por ello, la posibilidad de ofrecer medicina personalizada y de transformar a Mamotest en una empresa bio-tech.
En todo este recorrido, también llegaron los reconocimientos, la expansión y el interés internacional. Fue premiado por el Foro Internacional de Avances en Salud de Estados Unidos (IFAH);recibió el Premio de Sostenibilidad Zayed 2022,en Semana de la Sostenibilidad de Abu Dhabi 2022 (ADSW); y fue galardonado con el Premio Nobel del Impacto al integrar el listado de 100 empresas que la Fundación Norrsken valora porsu potencial de impactar de forma positivaen la vida de un billón de personas.
Hoy, además de operar en la Argentina, lo hace desde 2021 en México y ultima los detalles para iniciar sus operaciones en España, al tiempo que analizan la expansión a Colombia, Costa Rica y Estados Unidos.
La apuesta es esperanzadora y genera confianza, por eso, desde hace dos años, también tuvieron éxito en dos rondas de apoyo internacional, una con el Laboratorio Merck MSD y otra con Johnson y Johnson que, sumadas, les propiciaron 5 millones de dólares en inversión.
En este décimo aniversario, el foco está puesto en continuar ese proceso de evolución. ¿Ser el próximo unicornio? “Ojalá, pero hay que ir de a poco y generando soluciones, que es lo importante”, admitió Pepe y reforzó la idea de que el impacto social positivo está en el ADN de esta empresa, y que ese es su norte.