Cuál es el aporte de los micros eléctricos para reducir costos y mitigar el cambio climático
A largo plazo, la incorporación masiva de colectivos eléctricos podría es una opción para reducir los costos del transporte público y mejorar el medioambiente.
La adopción masiva de autobuses eléctricos podría convertirse a largo plazo en una alternativa para reducir los costos del transporte público de pasajeros, además de contribuir a mitigar la contaminación ambiental y acústica en las principales localidades del país, según la evaluación de analistas del sector.
Según Sergio Alvaro, presidente de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (Aavea), aunque calcular la tarifa de los autobuses no es tarea fácil debido a las numerosas cargas de diferentes componentes, como subsidios, gasoil y seguros, es probable que un autobús eléctrico tenga considerablemente menores costos de mantenimiento. Alvaro subrayó la importancia de esta tecnología en la búsqueda de un transporte público sustentable, destacando la propuesta de una ley de Electromovilidad que Aavea impulsa desde febrero.
El proyecto busca poner fin a la paradoja de subsidiar un servicio de autobuses diésel ineficientes y contaminantes con más de 20 años de antigüedad, mientras se desperdician grandes sumas de dinero. La implementación exitosa de la ley podría significar un aumento significativo en la producción y empleo, así como la transformación de la flota de autobuses a eléctrica, utilizando los fondos actualmente destinados a los subsidios al autotransporte de pasajeros.
El presidente de la Asociación de Vehículos Eléctricos de Chile, Rodrigo Salcedo, destacó el éxito del transporte público 100% eléctrico en Chile, donde ya hay 2,200 buses eléctricos en circulación y se espera incorporar más unidades en el futuro cercano. A pesar de este avance, se señala que en Argentina aún se deben abordar temas pendientes, como la infraestructura de recarga y la falta de normativas sobre facturación del servicio.
La ley propuesta no se limita solo a vehículos eléctricos, sino que abarca la “electromovilidad”, incluyendo incentivos para la fabricación y comercialización de automóviles, así como el desarrollo de una red de equipos de recarga de alta potencia en todo el país. A pesar de los desafíos logísticos y la búsqueda de interlocutores gubernamentales, la iniciativa busca promover una transición hacia un transporte más sostenible y eficiente.