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Debate

Fracasó el tratado global de plásticos: qué pasará con la contaminación y qué dicen los expertos argentinos

La reunión en Ginebra concluyó sin acuerdo. ¿Hubo algunos consensos para avanzar hacia la economía circular? Cuál es la postura de la industria y las organizaciones locales.

Luego de casi dos semanas de intensas negociaciones en la ciudad suiza de Ginebra, representantes gubernamentales y de organizaciones civiles y científicas de 184 países no lograron establecer un Tratado Global de Plásticos.

Fracasó el tratado global de plásticos: qué pasará con la contaminación y qué dicen los expertos argentinos.

La reunión, técnicamente llamada INC 5.2, finalizó el 15 de agosto sin un texto que -al estilo de lo que fue el Acuerdo de París de 2015 para el Cambio Climático-, establezca metas y compromisos consensuados para frenar la contaminación plástica global y sus efectos en la salud y el ambiente.

Qué dejó las negociones del tratado global de plásticos

Esto fue leído como un fracaso por muchas organizaciones y delegaciones asistentes. Sin embargo, hay quienes piensan, como la representante de la Alianza Global Alternativas a la Incineración (GAIA), Ana Rocha, que “un no tratado es mejor que un mal tratado y que no se cumpla”.

Desde Ecoplas, una organización que promueve el uso sustentable del plástico en la industria, destacaron que pese a no haber logrado un acuerdo, “hubo avances en cuestiones importantes como impulsar compromisos basados en la ciencia, que contemplen la responsabilidad extendida del productor, la adecuación de la gestión de residuos a las realidades nacionales – evitando el enfoque único-, y la necesidad de financiamiento para infraestructura de reciclado en países de ingresos medios y bajos”, señala Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas.

Luis-Vayas, presidente del comité internacional que dirigió las conversaciones en Ginebra.

Para Andrés Abreu y Camila Astesana, de Unplastify “los factores por los cuales no se logró un Acuerdo Global son diversos, y entre los puntos más controvertidos están la necesidad de definir si el tratado debe cubrir toda la vida útil del plástico (desde la producción hasta la eliminación), así como el financiamiento”.

El proceso de negociación exige consenso, y eso hace que el Grupo Árabe ( Irán, Irak, Arabia Saudita), Estados Unidos, India y China, que tienen intereses vinculados con el petróleo, la industria plástica y/o química, presionen para frenar los avances que reclaman otros grupos como la Coalición de alta ambición (países de Africa, América Latina y el Caribe).

«Creemos que un tratado global es posible, pero, en ese proceso, la presión de la sociedad civil, de las comunidades científicas y de los países comprometidos con un Tratado Global ambicioso es fundamental”, señalan los especialistas de Unplastify.

Contaminación por plásticos, un problema en aumento

La producción, consumo y descarte de residuos, mayormente plásticos, viene aumentando exponencialmente desde la década del 50. “Según el último informe del Waste Management Outlook, de continuar los actuales patrones de producción y consumo, el mundo va a generar en 2050 178% más de residuos que en 2020. O sea, unas 3.172 billones de toneladas”, advierte Atilio Savino, vice presidente de la Asociación de Residuos Sólidos (ARS) y miembro de la Asociación Internacional ISWA (International Solid Waste Association).

En tanto, si bien son en su mayoría reciclables, la tasa efectiva de reciclado de plásticos no supera en promedio en el mundo el 10%, según datos de UNEP/ PNUMA.
En este contexto, crece la preocupación por los impactos -no solo ambientales, sino en la salud animal y humana- de los plásticos y sus componentes químicos.

El mundo va a generar en 2050 178% más de residuos que en 2020.

El informe, «Plásticos, salud y un solo Planeta», elaborado por WWF (representada en Argentina por Fundación Vida Silvestre), y la Universidad de Birmingham, sintetiza 200 estudios científicos sobre los riesgos de la contaminación plástica para la salud humana y ambiental. Este trabajo evidencia que los micro y nano plásticos (MnP) y los aditivos químicos que contienen, están vinculados a alteraciones endócrinas, cánceres relacionados con hormonas (como el de mama y testículo), problemas reproductivos, infertilidad y afecciones respiratorias crónicas.

Diego Albareda, coordinador de Paisajes Costero – Marinos de Fundación Vida Silvestre, explica que “los residuos plásticos, sean macro o microplásticos, ya contaminan todos los ambientes naturales y se han incorporado a la cadena alimenticia de muchas especies, incluidos los humanos. La contaminación por plásticos es hoy una cuestión de salud pública: a través de alimentos y bebidas incorporamos pequeñas partículas plásticas que se distribuyen y acumulan en nuestro organismo. Estudios indican que las personas consumimos en promedio, una tarjeta de crédito por semana a través de micro plásticos”.

¿Hay soluciones a la vista para frenar la contaminación plástica?

Si en algo coinciden las organizaciones consultadas es que enfrentar el desafío de los residuos plásticos requiere un enfoque de ciclo de vida basado en la economía circular, el ecodiseño y la responsabilidad compartida en toda la cadena de valor.

En este sentido, los principios de ISWA son claros: “Prevenir la generación de residuos plásticos debe priorizarse sobre su gestión. Abogamos por enfoques científicos, prácticos, basados en la evidencia e inclusivos para erradicar la contaminación plástica”, apunta Savino.

Si en algo coinciden las organizaciones consultadas es que enfrentar el desafío de los residuos plásticos requiere un enfoque de ciclo de vida.

“Necesitamos un acuerdo global vinculante que minimice los plásticos desechables de corta duración y elimine aquellos que contienen sustancias químicas preocupantes. Se debe hacer hincapié tanto en las fases de diseño, producción, consumo y fin de vida útil”, destaca el referente de ARS e ISWA.

Los esquemas de EPR (Responsabilidad Extendida del Productor) deben volverse obligatorios, transparentes, integrales, rastreables y verificables, asegurando que los fabricantes asuman la responsabilidad por las fugas de plástico y la gestión del final de su vida útil. Asimismo, las soluciones deben adaptarse a los contextos locales, con tecnologías e intervenciones basadas en los sistemas ya existentes.

Ecoplas, coincide en “la necesidad de una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que ponga reglas claras en la gestión de envases».

La entidad especializada en residuos sólidos también propone “establecer objetivos de reducción de plástico per cápita y promover una reducción en la diversidad de polímeros plásticos comercializados para facilitar la clasificación, tratamiento y reciclado”.

Ramos, de Ecoplas, coincide en “la necesidad de una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que ponga reglas claras en la gestión de envases. Estamos de acuerdo en regulaciones, pero no en prohibiciones”, señala y apunta que en Argentina hay unas 190 empresas recicladoras de plásticos, que generan más de 25.000 empleos directos e indirectos. Pero están trabajando al 50% de su capacidad instalada y podrían duplicar el volumen reciclado si existiera un sistema nacional de recolección diferenciada que asegure mayor caudal y calidad de materiales”.

Finalmente, Abreu y Astesana, de Unplastify, remarcan: “La única forma y la más eficaz de abordar el dilema de los plásticos es hacerlo desde su origen. El primer paso es reducir la producción y consumo, en especial de los plásticos de un solo uso y de corta vida útil así como eliminar el uso de aditivos tóxicos”.

Y mientras se logra un acuerdo global, “la transición hacia un mundo sin plásticos de un solo uso ya está ocurriendo desde abajo: en ciudades, empresas y organizaciones. Y esa ola va a empujar también a la diplomacia internacional”, afirman.

Fecha de publicación: 20/08, 3:45 pm