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Coloquio de IDEA

Cómo generar negocios a pesar del cambio climático

Las compañías no están exentas de los efectos de este fenómeno que está cambiando la forma de hacer negocios en múltiples dimensiones. ¿Hay una ruta para seguir?

Para el mundo empresario, el cambio climático también es uno de los principales desafíos de la actualidad, casi en paralelo con la crisis económica; la elevada inflación; la disparada del dólar y la incertidumbre política que generan las próximas elecciones presidenciales del 22 de octubre.

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Entienden que el impacto se extiende de manera global, alternado las economías nacionales y la forma de vivir de las personas, si no se asumen compromisos para mitigar su daño a corto, mediano y largo plazo.

Ocurre que las compañías no están exentas de los efectos de este fenómeno que día a día está cambiando la forma de hacer negocios en múltiples dimensiones: acceso al financiamiento y a los mercados; atracción y retención de talento; preferencias de los consumidores; adaptaciones a cambios tecnológicos y regulaciones, entre otras.

En este contexto y durante el 59 Coloquio de IDEA que se llevó a cabo en los salones del Hotel Sheraton de Mar del Plata, entre el 4 y el 6 de octubre pasados, un grupo de ejecutivos de empresas y expertos en medio ambiente debatió sobre el impacto que el cambio climático tiene en los negocios.

El Coloquio de IDEA que se llevó a cabo en los salones del Hotel Sheraton de Mar del Plata, entre el 4 y el 6 de octubre pasados.

Lo hizo a partir de un trabajo elaborado por la mayor entidad empresarial de la Argentina en colaboración con el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS). El documento analizar cómo el cambio climático afecta la operación de las empresas y presenta propuestas concretas en consecuencia.

El primer conjunto de iniciativas se centró en persuadir a más empresas acerca de las oportunidades de transformar los modelos de negocios a esquemas sostenibles y motivar a las empresas a tomar este camino.

Problema real

El segundo enfoque está en sintonía con la creciente aceleración de la acción climática y las consecuentes regulaciones más estrictas. Para IDEA, “es esencial establecer espacios de colaboración entre el sector público y privado para crear en conjunto agendas de descarbonización que tengan en cuenta las particularidades de los distintos sectores industriales”.

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Los preceptos fueron analizados durante el panel “La sustentabilidad es negocio”, que se dividió en tres segmentos. El primero estuvo integrado por Inés Camilloni; vicepresidente del Grupo 1 del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), Investigadora CONICET – UBA, y Martín Ticinese; presidente de Cervecería y Maltería Quilmes.

El segundo lo integraron Juan Garibaldi, CEO y vicepresidente Senior de Danone Cono Sur; Juan Parma, director de IDEA y CEO de HSBC Argentina; María Rigou, directora Ejecutiva de Cambio Climático y Servicios de Sostenibilidad en EY y Virginia Vilariño, coordinadora del área Clima y Energía del CEADS.

Para IDEA, “es esencial establecer espacios de colaboración entre el sector público y privado para crear en conjunto agendas de descarbonización que tengan en cuenta las particularidades de los distintos sectores industriales”.

El tercer y último lo conformaron Verónica Marcelo, gerenta General de Natura Argentina, y María Eugenia Tibessio, Directora de IDEA y presidente de DuPont Argentina y Directora de Ventas de LATAM.

Al respecto, Inés Camilloni, sostuvo que la forma más breve de definir el cambio climático está en 10 conceptos o grupos de palabras. “Sabemos que es real, que la temperatura del planeta viene aumentando en forma acelerada, principalmente en los últimos ocho años y que en 2023 alcanzará niveles sin precedente”, aseguró la ejecutiva para quien la responsabilidad de esta realidad recae en las empresas y en las personas.

“Hay causas humanas en el cambio climático con la quema de carbón y combustibles fósiles; la deforestación; los cambios en el uso del suelo y los sistemas de producción y consumo a nivel global, aunque con diferentes responsabilidades históricas” ejemplificó.

Dijo además que más del 70% de la emisión de gases con efecto invernadero a nivel global proviene del sector de la energía; 19% corresponde a agricultura, ganadería y otros usos del suelo, mientras que el resto se reparte entre sectores con menor contribución.

De igual modo, agregó que en la Argentina, 73% corresponde a la generación térmica de electricidad y 37% a agricultura y ganadería con lo cual más vapor de agua en la atmósfera significa más energía disponible “y por eso tenemos tormentas cada vez más severas, además de cambios en el régimen de lluvias, sequías e inundaciones”.
Para Camillone, el cambio climático es malo por los impactos que está generando, pero también por los riesgos a futuro con escenarios de aumentos sostenidos de la temperatura.

En este sentido, advirtió que cualquier postura que tienda a negar el cambio climático obliga a apartarlas y a recurrir a la ciencia para hablar de soluciones globales. “Y aunque la Argentina no sea responsable del problema global (representa 1% de las emisiones), debemos ser parte de la solución”, remarcó.

La tecnología, aliada al cambio climático.

A su turno, Martín Ticinese, sostuvo que el cambio climático tiene consecuencias globales y que por eso es fundamental la mirada nacional y local de cada país.
Aseveró que el sector privado busca aplicar tecnologías probadas para mitigarlo y, admitió que “como no somos ajenos al impacto, esto cambia radicalmente la forma de hacer negocios”.

Por ejemplo, dijo que afecta el acceso al financiamiento; la atracción y retención de talentos; el uso de tecnologías; regulaciones; preferencias de un consumidor cada vez más consciente de lo que consume y el rotulado de productos para que elijan las marcas. “Así que el impacto es fenomenal, teniendo en cuenta, por ejemplo, que en la Argentina sufrimos el doble impacto sobre el PBI global a 2050 y la necesidad local de crecer”.

Para Ticinece, se trata de un gran desafío y una oportunidad crear una economía baja en carbono. Por lo cual, propuso usar ese filtro para la toma de decisiones como forma de “hacer las cosas mejor, que obviamente no se recorre en piloto automático”.

Para el máximo ejecutivo de Quilmes, la responsabilidad del empresariado “es igual de grande que el impacto que podemos lograr. Trabajar colaborativamente va a traer soluciones que brinden prosperidad al planeta, a las empresas y las personas”

La coyuntura no ayuda

Uno de los aspectos que, para el hombre de la principal compañía cervecera del país, juega en contra en el objetivo de combatir el cambio climático de manera más acelerada es la coyuntura de crisis que atraviesa la Argentina.

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“La actual situación nos hace concentrar en el corto plazo semanal, ni siquiera digo mensual. Pero el liderazgo consiste en saltar esa barrera y no perder la dirección con esta mirada climática, porque será vital para sostener negocios a futuro”, enfatizó.

En ese sentido, hizo mención a dos propuestas. Por un lado, a encarar un modelo de transición de compañías hacia modelos sostenibles, donde tendrá mucha importancia medir la huella de carbono ya que sin medirla no se puede cambiar nada.

Uno de los aspectos que juega en contra en el objetivo de combatir el cambio climático de manera más acelerada es la coyuntura de crisis que atraviesa la Argentina.

Por otro, el acceso o no al financiamiento para seguir construyendo compañías a futuro y también ser parte del debate del marco regulatorio para las soluciones a futuro.

Al respecto, Juan Garibaldi, CEO y vicepresidente Senior de Danone Cono Sur, acompañó el diagnóstico de su colega al sostener que la sustentabilidad no es una opción sino una obligación. “Es una decisión que nos exige la gente”, dijo.

En el caso de Danone señaló que la alimenticia tiene un propósito: dar salud a través de la alimentación de forma sustentable. “Los consumidores no son los mismos de antes. Están al tanto del contenido de los productos y su opción es estirar o no la mano para tomar o desechar un producto”, advirtió.

Recordó en ese sentido, que hace varios años que Danone se asoció como empresa B para poder medirse la huella de carbono con el objetivo de controlarla. “Si no nos podemos controlar, no podemos mejorar y así entramos en ese círculo vicioso que hace que las empresas no perduren, que es peligrosísimo”, agregó.

Para Garibaldi, esta forma de medir la huella de carbono “nos ayuda a decidir. Hoy 50% de las empresas miden la huella de carbono. Un 50% de los consumidores se pasan a productos que son más sustentables. Y 80% de los empleados se quedan a trabajar en Danone por coincidir con la sustentabilidad”, aseveró.

Millones en pérdidas

l número uno de la multinacional francesa hizo cuentas y señaló que en la actualidad la pérdida del PBI global por cuestiones ambientales llega a los u$s18.000 millones.

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“Esto indica que no podemos hacer el camino solos y que hay que llegar a una articulación público-privada en las regulaciones de reciclados. Los castigos no sirven; los incentivos sí para cambiar la matriz de envases”, agregó a la vez que enfatizó que “tomarnos la sustentabilidad en serio es negocio”.

A su turno, María Rigou, sostuvo que las empresas están siendo interpeladas por una serie de regulaciones de sus gobiernos, stakeholders y también del mercado de capitales, para que muestren acciones más acordes con el desafío que implica el cambio climático.

En la actualidad la pérdida del PBI global por cuestiones ambientales llega a los u$s18.000 millones.

Para la experta, se está pasando de un escenario voluntario a otro mandatorio, en el cual se inscribe la gestión de la sustentabilidad, con grandes empresas que exigen a su cadena de valor medir y reportar resultados y con consumidores que también están haciendo un cambio de hábitos de compra.

Recordó en este sentido el caso de Mercado Libre, que hace poco realizó un estudio que revela una suba de 30% en el consumo de los milennials y la generación X de la región debido a su preferencia por productos sustentables.

“Estas mismas generaciones jóvenes actúan de la misma manera cuando tienen que tomar decisiones profesionales, con lo cual la gestión, retención y atracción del talento se ve bajo el prisma de la sustentabilidad, reveló la experta.

A esto le sumó el enfrentamiento que, según su visión, se da en un momento de cambio en el mundo financiero, donde se está marcando el ritmo y el direccionamiento del crédito hacia proyectos sustentables.

“Para poder ilusionarnos con un mundo y país mejor, debemos abordar esta agenda climática y desplegar nuestro potencial”, agregó.

Vectores financieros

A su momento, Juan Parma, explico que el papel del financiamiento en la mitigación del cambio climático es muy importante y manifestó la existencia de dos vectores desde el punto de vista de una entidad financiera: la necesidad de reducir gradualmente el financiamiento a actividades que emiten carbono y aumentarlo para los que trabajan en la transición hacia energías renovables. Esto no es de un día para otro.

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“Hoy el financiamiento sustentable es 10 veces mayor que hace 10 años, principalmente en bonos verdes. Pero la parte no tan buena es que, para llegar al límite de 1,5 grados en la temperatura de 2050, se requieren inversiones de 3,5 trillones de dólares por año hasta 2040”, advirtió el CEO del HSBC.

Para el banquero, en los países emergentes el aumento del financiamiento debe ser entre 5 y 10 veces mayor y eso debe ser derramado a la Argentina. En el caso de Virginia Vilariño, el problema es que los gobiernos y el sector privado enfrentan desafíos similares en materia de metas y compromisos de reducción de emisiones. Por eso deben estar coordinados.

Para la experta del CEADS, cómo implementarlos ya está bajo la lupa del sector financiero. “No alcanza con tomar compromisos a mediano y largo plazo, sino que éstos deben estar acompañados por planes de acción en el corto plazo, concretos y con reportes de avances”, sostuvo.

En este sentido, agregó un tercer reto, que es el acceso al financiamiento para las metas climáticas de las empresas. En este sentido, dijo que “cerrar la brecha va a ser indispensable, principalmente cuando las metas de las empresas se articulan con las del país”.

Como propuesta se refirió a implementar estos espacios de colaboración público-privada y que los compromisos sean asumidos de forma participativa, además de avanzar en mesas sectoriales para desarrollar los mejores planes, instrumentos y acciones a corto mediano y largo plazo.

Grupos de decisión

Cuando le llegó el turno a Verónica Marcelo, la gerenta General de Natura Argentina pidió actuar de manera acelerada, “porque no podemos seguir comprometiendo el tiempo que les dejamos a las futuras generaciones”.

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Advirtió en este sentido que todo el potencial que tiene la Argentina en los distintos sectores de alto impacto no podrá ser aprovechado si no se asume el compromiso de comenzar la transición hacia la sustentabilidad de los negocios.

“Los impactos los estamos viendo hoy en la salud, en el desarrollo de las personas, en la economía y los ecosistemas, y también necesitamos conocer las ventajas competitivas que tenemos en recursos humanos, financiamiento, atracción de talentos, nuevos consumidores, etc. Las empresas que no transicionen no van a lograrlo” se anticipó.

Las empresas que no transicionen no van a lograrlo, afirman desde Natura.

Reclamó además participar de los grupos de decisión que regulen la descarbonización del planeta. “Muchas empresas ya lo estamos haciendo y en ese proceso estamos obteniendo ventajas competitivas ya que no importa el tamaño de la empresa o si debe encarar la transición. Se puede y hay herramientas, porque es necesario y urgente”, enfatizó la empresaria.

Lo mismo hizo María Eugenia Tibessio. Para la directora de IDEA, presidente de DuPont Argentina y directora de Ventas de LATAM se debe trabajar para reducir riesgos y aumentar oportunidades para ir migrando hacia nuevos modelos de gestión sostenibles.

Recordó que la Argentina ha asumido metas muy importantes de descarbonización hacia 2030 y que el sector empresario debe estar muy cerca de los gobiernos; ser parte de la elaboración de esas hojas de ruta en metas de las que no somos parte de la decisión.

“Es una ilusión que debemos transformar en acciones concretas, con una frase para recordar: las empresas debemos ser competitivas por ser sostenibles; no a pesar de ello”, enfatizó.

Fecha de publicación: 13/10, 8:00 am